Huelva

Un desafío en káyak a la ría Formosa

  • Un grupo de socios del club deportivo cartayero Kumgang cruzó en tres días el paraje natural portuguésl muy activo El club deportivo cartayero Kumgang se dedica a los deportes de aventura.

El final de la necesidad de vivir aventuras y nuevas sensaciones más o menos arriesgadas es inherente al ser humano. De hecho, el hombre es hoy lo que es gracias a esa necesidad de descubrir cosas nuevas, de vivir lo aún no vivido, de conocer otros lugares y a otras gentes, de experimentar lo no experimentado y por qué no, de dominar lo no dominado.

No obstante, en los tiempos actuales no hay que descubrir América como hiciera el genovés Cristóbal Colón en 1492; ni ser el primero en dar la vuelta al mundo como en su día hiciera Magallanes; ni intentar descubrir el mítico El Dorado como Orellana, Lope de Aguirre o Sir Walter Raleigh; ni explorar la ignota África como Stanley y Livingston; ni buscar las fascinantes fuentes del Nilo como Burton y Speke, ni poner rumbo a los Mares del Sur en busca del último paraíso como hiciera el enfermo Robert Louis Stevenson, ni ser el primero en llegar al Polo Norte como en su día alegara el explorador estadounidense Robert Edwin Peary.

Aquellos eran otros tiempos. Ahora es mucho más fácil puesto que casi todo está descubierto, pero al mismo tiempo más difícil porque en la mayoría de las ocasiones nos vendamos los ojos ante lo más evidente, cercano, accesible o supuestamente conocido.

No obstante, y por suerte para ellos, hay personas hoy día que saben lo que tienen que hacer para vivir una aventura, y lo más importante, saben vivirla porque les gusta y porque para ellos una aventura es marcarse un reto y poner todos los medios para intentar alcanzarlo.

Y ese es el caso, por ejemplo, de un grupo de socios, pero sobre todo amigos, pertenecientes al club deportivo cartayero Kumgang, dedicado entre otras cosas a los deportes de aventura, los cuales no dudan en organizar cada vez que tienen ocasión rutas, viajes y, en definitiva, aventuras en las que redescubren lugares, gentes, culturas, tradiciones y también a ellos mismos, tanto de forma individual como grupal.

En esta ocasión el grupo formado por Pepe Abreu, José Celorico, Domingo Novoa, Rosa María Abreu, Américo González, Javier Ramos, Manuel Pérez y Mario Domínguez, todos ellos expertos en el manejo del kayak en largas distancias, se propusieron recientemente el reto de remontar la extensa ría de Formosa en el Algarve portugués. Se trata de un paraje natural protegido que abarca desde la conocida como isla de Faro hasta la localidad de Casela. En definitiva, se trata de una bonita ría interior protegida por una serie de islas como las de Culatra, Armona y Tavira y formada por una gran variedad de laberínticos caños y esteros, como sucede en casi todos los ecosistemas marismeños.

Es por ello por lo que nuestros particulares aventureros se cuidaron mucho de emprender esta ruta bien informados, provistos de fiables planos y mapas de la zona, que además es muy cambiante en función de las mareas, y sobre todo equipados con buenos kayaks de travesía con capacidad para transportar la equipación necesaria para los tres días de navegación que invirtieron en realizar la ruta.

Una ruta que iniciaron desde la isla de Faro para recorrer los 18 kilómetros que separan a ésta de la isla de Culatra, donde hicieron noche en sus tiendas de campaña. El segundo día partieron desde este punto muy temprano y tras levantar el campamento para dirigir sus káyaks hacia la localidad de Olhao. Fueron tan sólo 7 kilómetros de los cuales 3 de ellos tuvieron que soportar un fuerte oleaje de costado que hizo peligrar el equilibrio de las embarcaciones. Tras superar este duro tramo pararon para descansar frente a la isla de Armona para proseguir a continuación por lugares más estrechos y resguardados de la ría. Las siguientes paradas fueron Fuseta y Piedras de Rey, antes de finalizar la segunda jornada en la isla de Tavira tras haber recorrido un total de 30 duros kilómetros por interesantes zonas de marisma y playas interiores de finísima y blanca arena.

Por último, el tercer día resultó más relajado que los dos anteriores ya que la etapa hasta la localidad de Fábrica era tan solo de 8 kilómetros. En este sentido, la ruta transcurrió con total normalidad ya que hasta el viento, que hasta entonces habían tenido en contra, se volvió a favor. Durante la misma, pasaron por localidades tan bellas como Santa Luzia antes de llegar al final de la ruta, en la localidad de Fábrica, único punto de la zona donde es posible desembarcar sin dificultades.

Según el responsable del club Kumgang de Cartaya, José Abreu, "toda una aventura, además de una gratificante y enriquecedora experiencia" que no había realizado ningún español.

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