Seis décadas del accidente de la calle Aragón
Los cabezos configuran la fisonomía de la ciudad. Un paisaje urbano que dio más de un susto a lo largo de la historia. La mayor catástrofe se produjo en la madrugada del 12 de septiembre de 1956, cuando parte del cabezo de San Pedro se desplomó por la calle Aragón, afectó a la casa número 12 y causó la escalofriante cifra de 13 fallecidos.
Huelva tuvo siempre en su memoria aquella desgracia que, unida a los problemas de lluvias que inundaba la ciudad de barro, le llevó históricamente al peinado de los cabezos, ganando espacio urbano a costa de la desaparición de esta seña de identidad.
En la calle Aragón se pudo comprobar después que fue una imprudencia la construcción realizada junto a la misma ladera del cabezo. Una desgracia que marcó siempre un distanciamiento con los cabezos, aunque muchas casas que colindaban con ellos en otras zonas, como las calles de San Sebastián, San Andrés, Menéndez Pidal o en la barriada de Las Colonias se horadaba el cabezo para hacer cuevas que servían de desahogo a las viviendas.
El entierro de las víctimas supuso una gran muestra de solidaridad del pueblo onubense. Se celebró al día siguiente y resultó una de las más grandes manifestaciones de la ciudad. Más de 30.000 personas acompañaron a los féretros; incluso el comercio local y la industria cerraron aquel día. En el Hospital Provincial de la Merced se instaló la capilla ardiente y el Ayuntamiento de Huelva celebró Pleno extraordinario. Se dejó constancia del esfuerzo en el rescate de las víctimas y se recordaban entonces las gestiones municipales realizadas en ese mismo año, en el mes de abril, al Ministerio de Obras Públicas denunciando el grave problema que suponían los cabezos para la ciudad, por sus reiterados desprendimientos.
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