Han sido sólo quince días pero la irrupción de la crisis sanitaria del coronavirus, y muy especialmente el estado de alarma decretado en el país, han marcado decisivamente los números del sector de la automoción en el mes de marzo. Hasta un 70,7% han bajado las matriculaciones respecto al mismo mes del año pasado en la provincia de Huelva. Los valores absolutos también lo dicen todo, incluso tras el frenazo que se empezó a notar desde el último trimestre de 2018: 611 matriculaciones se cerraron en marzo de 2019; sólo 179 el mes pasado, y la mayoría en la primera quincena.

El sector en Huelva reconoce que la situación es “gravísima” pero se advierte que esto no es nada con lo que se viene en este abril recién empezado o en el próximo mayo, cuando las operaciones cerradas por los concesionarios sean mínimas, prácticamente anecdóticas.

El parón de la actividad comercial en el sector ha sido casi absoluto. Todas las empresas han optado por los expedientes de regulación temporal de empleo para salvaguardar los puestos de trabajo y asegurar la supervivencia a corto plazo. Y muy pocas han optado por dejar unos servicios mínimos en administración o taller para casos de emergencia.

La situación de Huelva sigue la misma línea que el resto del país. Sólo la media española es ligeramente mejor que la onubense, en torno al 69% de disminución en las matriculaciones de turismos y todo terrenos, que en Andalucía llega al 72,5% de media.

Esta estrepitosa caída se ha dejado notar, de hecho, también en el acumulado de este primer trimestre de 2020, con poco más de un millar de operaciones realizadas en Huelva (1.141), frente a las 1.762 del año pasado. La caída resultante es superior a un tercio, del 35,24%, mientras que en España se ha quedado en el 31% y en Andalucía ha llegado hasta el 36,8%.

Lo peor ha sido la imprevisión, la sorpresa. Cuenta el presidente de la Asociación de Concesionarios Vehículos Turismos de Huelva (Concetur), Ricardo Hueso, que “ha sido un shock, algo de la noche a la mañana”, muy distinto a la crisis económica de 2008, “en la que sabíamos qué pasaba”.

Hasta el 16 de marzo, asegura, el funcionamiento en las concesiones ha sido el habitual, tirando de pedidos a fábrica o de vehículos en stock, y con llegada posterior de unidades, previamente señaladas, cuya compra ha sido detenida en un primer momento por los clientes. “El cliente es muy prudente y muy sensato. Yo me pongo en la piel del comprador y, salvo necesidad, diría que esperara”.

Lo peor, entiende, es la incertidumbre, el desconocimiento del desarrollo que va a tener la situación actual, aunque sí da por seguro Ricardo Hueso que “en los próximos dos o tres meses puede haber caídas de hasta el 90%”.

Por eso la clave se coloca en el momento posterior al levantamiento del estado de alarma, con la recuperación de la actividad, que el presidente de Concetur entiende que debe ser gradual en el sector, inmersas todas las empresas en un ERTE para salvar los muebles, que son el empleo y la superviviencia. “Si queremos conservar los puestos es necesario que se dulcifiquen los ERTE y se alarguen en el tiempo. Si se vuelve a la actividad con el cien por cien de las plantillas no funcionará y se hundirán las concesiones”.

La otra pata en la que se debe sostener la recuperación, asegura Hueso, la forman los incentivos públicos al sector. “Es una gran oportunidad para renovar el parque y se consigan reducir las emisiones, porque los nuevos vehículos, también los diésel, tienen emisiones infinitamente más bajas que la mayor parte del parque”.

Ricardo Hueso hace un llamamiento, en consecuencia, a las administraciones, que “deben ser muy sensibles”. “Deben ponerse de acuerdo, dejarse de ideologías y aprobar un plan de choque común y coordinado de incentivos para el sector”.