La cornalina de la Tumba 14 de La Joya: Símbolo de poder en Tarteso y conexiones lejanas con Huelva
La pieza destacada de La Joya
Entre el rico ajuar funerario encontrado en la necrópolis tartésica de Huelva aparece una diminuta cuenta de un mineral rojizo con gran simbolismo para elevar el estatus en la sociedad de Tarteso

La tumba número 14 corresponde a una sepultura individual excavada en el terreno, con forma de fosa rectangular, cuyas dimensiones son de aproximadamente 2,50 metros de largo por 1 metro de ancho. Esta inhumación, orientada en dirección norte-sur, fue descubierta durante las campañas arqueológicas llevadas a cabo a comienzos de la década de 1970. Su hallazgo supuso una aportación significativa al conocimiento de las prácticas funerarias en la Huelva tartésica.
En el fondo de la fosa se localizaron los restos óseos de un individuo adulto, enterrado en posición de decúbito lateral izquierdo. El cuerpo estaba dispuesto con las extremidades inferiores ligeramente flexionadas, la cabeza colocada hacia el sur y orientada hacia el oeste, lo que podría reflejar alguna simbología ritual o creencias vinculadas con la dirección del ocaso. Esta disposición del cadáver es coherente con otros enterramientos de la misma época en la región, aunque también presenta rasgos propios que le confieren singularidad.
Uno de los aspectos más destacados de esta tumba es el ajuar funerario, que incluye una selección de objetos de notable valor simbólico, estético y material. Entre ellos sobresale un vaso de bronce con un perfil escalonado, una pieza de gran rareza dentro del contexto arqueológico local, ya que no se han documentado otros ejemplos similares en la zona. También se recuperó una paleta de cosméticos elaborada en marfil, lo que sugiere prácticas relacionadas con el cuidado personal o rituales de embellecimiento, posiblemente con implicaciones sociales o religiosas. Junto a ella, se encontró un peine igualmente de marfil, decorado con motivos que no han sido del todo descifrados, y varios elementos ornamentales hechos de hueso y cornalina.
Sin duda, también es destacable un broche de cinturón confeccionado en oro y plata. Este broche fue depositado junto al cuerpo, probablemente como parte del atuendo del difunto. La pieza cuenta con una estructura orgánica —posiblemente cuero— en la que se incrustaron pequeños clavos dorados, creando un efecto decorativo y sofisticado. Esta pieza no solo habla del estatus del individuo enterrado, sino también de la habilidad técnica de los artesanos de la época y del acceso a materiales preciosos.
Curiosamente, en esta tumba no se hallaron recipientes cerámicos completos, algo habitual en otras sepulturas de su tiempo. Sin embargo, en niveles superiores de la excavación se recuperaron fragmentos cerámicos que podrían corresponder a restos de un banquete funerario, una práctica documentada en otros contextos similares de la misma cronología, cuyas dataciones por radiocarbono realizadas sobre restos orgánicos de esta sepultura sitúan la inhumación en torno al siglo VII aC.

Cuenta de Cornalina
Datación: Siglo VII aC.
Material: Cornalina. Dimensiones: 2,5 x 1 cm. Origen: Tumba 14 de la necrópolis de La Joya (Huelva). Excavación: Juan Pedro Garrido Roiz y Elena María Orta García, 1970.
Fotografías: María Clauss.
Dónde verla: Exposición La Joya. Vida y eternidad en Tarteso, Museo de Huelva (Alameda Sundheim, 13). Horario: De martes a sábado, de 09:00 a 21:00 y domingos de 09:00 a 15:00. Entrada gratuita.
Otro elemento a tener en cuenta de esta sepultura es que representa a una figura situada en un rango social intermedio: no pertenece a las élites más poderosas, como las enterradas en tumbas monumentales de La Joya, pero tampoco se trata de una persona común. Esto sugiere una estructura social más compleja y jerarquizada de lo que se pensaba, en la que existían distintos niveles de poder y prestigio.
Entre los objetos más interesantes se encuentra una cuenta de cornalina, un mineral de sílice de color rojizo que en la Antigüedad se utilizaba como piedra semipreciosa. Este tipo de material no se encuentra de forma natural en la península ibérica, por lo que se considera un bien de importación, probablemente procedente de Egipto o del Próximo Oriente. Su presencia en el ajuar, posiblemente introducida a través de redes comerciales fenicias, sugiere un contacto indirecto con culturas del Mediterráneo oriental.
La cuenta en cuestión, de forma bicónica alargada y perforación longitudinal, fue localizada a la altura del pecho del individuo, lo que hace pensar que formaba parte de un collar o colgante, y que se trataba de un objeto personal de gran valor simbólico. En otras tumbas del yacimiento también se han hallado cuentas de cornalina, aunque en ocasiones fueron confundidas con piezas de ámbar debido a su tonalidad. La elección de esta piedra, junto con los demás objetos del ajuar, pone de relieve el gusto refinado y el estatus privilegiado del difunto.
También te puede interesar
Lo último