Las Cooperativas de Consumo Coborja (Bonares), Cobiluz (Lucena del Puerto) y Cristo Obrero (Almonte) ultiman las negociaciones para una fusión que cuenta con las bendiciones de las distintas administraciones y la Federación Andaluza de Empresas Cooperativas de Consumidores y Usuarios (Fedeccon).

Aunque nadie ha querido poner cifras sobre la mesa para entender la dimensión social de esta operación, lo cierto es que de su éxito puede depender en gran medida la viabilidad económica de algunas entidades que atraviesan serias dificultades que no se circunscriben únicamente a la crisis económica, si bien la coyuntura ha contribuido aún más si cabe a agravar su situación. El verdadero aguijón que les ha provocado un pronunciado descenso de la facturación se debe a la dimensión adquirida por las grandes superficies, alentadas por una política de expansión cuyos tentáculos se extienden hoy día hasta cualquier municipio de la provincia. Esta globalización les ha hecho tener que comenzar a competir con unos precios que les deja al borde de la rentabilidad, amén de no disponer de la capacidad económica para sostener las suculentas inversiones en materia de marketing que realizan sus competidoras. Aun así la viabilidad del negocio social sigue vigente, si bien consideran que la fusión es la mejor vía para estar en disposición de competir de tú a tú, aplicando para ello una economía de escala que les permita disponer de un mayor margen de negociación con proveedores y acreedores y, en definitiva, de mejores precios para la población.

Fedeccon pretende alentar y liderar el proyecto, para lo cual se ha hecho con las riendas de la intermediación, a la par que bendice los beneficios que esta unión puede reportan a la hora de garantizar la viabilidad económica y las respectivas plantillas.

Gregorio Ojuelos, presidente de Fedeccon Andalucía, reconoce que desde la entidad se está estimulando y apoyando esta concentración social, la cual se lleva gestando desde hace meses mediante el diseño de un sinfín de estudios de mercado que garanticen la viabilidad económica del nuevo ente. Un proceso de unión que "cuenta con el respaldo de la Confederación de Entidades para la Economía Social de Andalucía (Cepes) y la propia Junta". En este sentido, enfatiza Ojuelos, "no podemos ser ajenos" a los dictados de la economía, por lo que únicamente "seguimos un proceso que ya llevan a cabo las entidades financieras e incluso multinacionales de toda índole".

La jefa del departamento de consumerismo de Fedeccon, Antonia Amador, se muestra enormemente cauta la hora de pronunciarse sobre los pormenores de una negociación que se está llevando con suma cautela.

Este temor subyace por el hecho de que hace más de un lustro este mismo proceso fracasó en el último momento tras no secundar el consejo de administración de una de las cooperativas la fusión. En concreto la Ley de Sociedades Cooperativas de España establece, en su capítulo VII, referente a la fusión, escisión y transformación, apartado sexto que "el proyecto quedará sin efecto si la fusión no queda aprobada por todas las cooperativas que participen en ella en un plazo de seis meses desde la fecha del proyecto". Este fracaso acarreó a las entidades cuantiosos gastos, por lo que ahora pretenden aprender de viejos errores y, como cita Ojuelos, "no vender la piel del oso antes de cazarlo".

Entre tanto, las instituciones consultadas por este periódico respaldarán cualquier propuesta que secunden los respectivos consejos de administración, dada la autonomía e independencia de la que disponen a la hora de definir sus estrategias comerciales. No obstante, ayuntamientos como Bonares alientan este proceso e incluso su alcalde, Juan Antonio García, se posiciona claramente a favor de una posible fusión. "Creemos que la concentración de empresas de un mismo sector puede ser beneficiosa a la hora de incrementar su dimensión, al permitir aplicar una economía de escala que repercuta en una mayor rentabilidad" y cuyo beneficio redunde en sus socios con mejores precios. García ejerce como vicepresidente de Fedeccon, si bien asegura "mantenerse al margen de la negociación interna que están llevando a cabo las cooperativas.

Bonares fue uno de los municipios pioneros en este campo, implantando hace casi una década una Cooperativa de Cooperación y Desarrollo que, en síntesis, trataba de aplicar una economía de escala de la que se pudieran beneficiar todas las entidades con sede social en el municipio. Con ello se lograba mejores condiciones de financiación, adquisición de equipos tecnológicos, papelería y un largo etcétera. En su momento la iniciativa logró numerosos premios por parte de las distintas instituciones y su modelo fue copiado en otras zonas de Andalucía.