Las medidas contraincendios retrasan la concesión de la licencia de obra para la rehabilitación del emblemático edificio del Banco de España, un inmueble que se transformará en un Museo de Bellas Artes. Desde el Ayuntamiento de Huelva indican que "se están aclarando detalles sobre los recorridos de evacuación".

En el primer Pleno ordinario del año celebrado en el Consistorio, en respuesta a una pregunta del Grupo Municipal del Partido Popular sobre la licencia para la rehabilitación de la edificación, el teniente de alcalde y responsable del área de Urbanismo, Manuel Gómez, señaló que "no se ha podido otorgar la licencia porque no se han llegado a subsanar los incumplimientos en los puntos contraincendios".

Gómez explicó que desde el Ayuntamiento se ha propiciado una reunión con los departamentos técnicos de la Junta de Andalucía "para orientar el estudio" que hay que realizar en esta materia, a lo que añadió que "la seguridad en materia de prevención de incendios es fundamental".

Semanas antes, el alcalde de Huelva, Gabriel Cruz, ya manifestó, al respecto, que el Ayuntamiento otorgará a la Junta de Andalucía la licencia para continuar con las obras de remodelación del antiguo edificio del Banco de España “cuando se cumplan los requisitos que marca la ley” y “se aporte la documentación que se exige para la seguridad del proyecto”. Cruz apuntó que “se han hecho sucesivos requerimientos a la Junta de Andalucía”, de forma que, “cuando se cumplimenten todos esos requerimientos y tengan todo los informes favorables, se dará”.

El alcalde recalcó que como pasa en todas las actuaciones urbanísticas, “presentas un proyecto, se evalúa,si está bien se da licencia y si hay algún aspecto que cumplimentar, que corregir o que modificar, se hace un requerimiento” y “si se cumplimenta perfectamente se da la licencia”.

Las obras de rehabilitación del antiguo edifico del Banco de España se paralizaron tras la aparición de restosarqueológicos, lo que obligó a realizar un nuevo proyecto para incorporarlos en la edificación. Éste se centra en la modificación de la volumetría con el objetivo de reubicar los espacios e instalaciones que siguen siendo necesarias pero que no pueden implantarse en el sótano del edificio por los hallazgos, al no ser compatible la ejecución del sótano planteado inicialmente con la conservación de los restos arqueológicos. Se trata, por lo tanto, de un rediseño del proyecto con el fin de integrarlos en la edificación.

El planteamiento inicial del proyecto establecía en la planta sótano, con una superficie aproximada de 250 metros cuadrados, una serie de elementos de servicio destinados a espacios de carga, almacenes y talleres de mantenimiento, así como a alojar instalaciones eléctricas, de fontanería, de climatización, centro de transformación y centro de protección de datos.

El hallazgo de los restos arqueológicos impide que dichas instalaciones pueden implantarse en la ubicación prevista pero, al ser éstas imprescindibles para dar servicio al futuro museo, se ha propuesto la reubicación de las mismas en una torre técnica proyectada, modificando la volumetría que ésta tenía anteriormente. En la planta sótano se mantiene exclusivamente la escalera de acceso y el ascensor para hacer accesible la futura cripta arqueológica que ocupará la superficie correspondiente en el sótano; y en las cinco plantas superiores se incrementa la superficie de la torre técnica unos 50 metros por planta, adosándose completamente a la medianera.