Huelva

Los conductores onubenses están condenados a pagar por circular

  • De los 481 kilómetros de carreteras de titularidad del Estado, estarían sometidas a la tasa de utilización un total de 137

  • La A-49 se añade al peaje todavía vigente de la autovía del Algarve

Imagen de la A-49 en la tarde de ayer.

Imagen de la A-49 en la tarde de ayer. / Josué Correa (Huelva)

Un proyecto que no gustó a casi nadie y que las críticas sociales y, especialmente, empresariales y económicas obligaron a arrinconar hace poco más de un año, el cobro por la utilización de las autovías, regresa a la actualidad disfrazado de una exigencia europea a la entrega de fondos de reactivación procedente de la UE. Los conductores de la provincia de Huelva lo tendrán más que complicado a la hora de eludir cualquier tipo de pago por circular. Por un lado, la A-49 desde Ayamonte hasta la capital hispalense está entre las vías implicadas en los planes del Ejecutivo y por el otro, ya soportan el peaje de la autovía del Algarve en Portugal, aunque desde hace unos meses se ha reducido a la mitad.

El Gobierno anunció hace unos días que inicia los trámites para estudiar las distintas posibilidades encaminadas a introducir un nuevo sistema de peajes en todas las carreteras de alta capacidad del país a partir de 2024, un plan que comienza su andadura, tal y como se comprometió con Bruselas a cambio de recibir los fondos europeos valorados en 70.000 millones de euros en subvenciones.

En lo que se refiere a las carreteras de la provincia, los conductores onubenses tendrán complicado eludir el pago de la tasa o impuesto que se termine decidiendo. Y es que la provincia cuenta con 481 kilómetros de carreteras de los que el Estado es el titular, aunque de ellas, las denominadas como dice el proyecto del Gobierno “de alta capacidad” son únicamente poco más de 137 kilómetros. El más largo de ellos es el correspondiente al poco más de centenar de kilómetros que discurren entre la localidad de Chucena y el paso fronterizo con Portugal en la localidad de Ayamonte, seguidos por los 10,7 de la H-30 entre la capital onubense y Gibraleón. A este hay que añadir los 10,8 kilómetros de la A-66 (autovía de la Plata) que discurre por Santa Olalla del Cala y los poco menos de 7 kilómetros de la H-31 entre la capital y la conexión con la A-49. Fuera del pago de la tasa, estarían los 11,36 kilómetros de carreteras denominadas “multicarril” y 332 de las convencionales.

El Gobierno también parece querer recuperar la tasa que se manejó en la primavera del año pasado como la más probable a la hora de grabar la utilización de las autovías. Así, se estudió la posibilidad de un céntimo por cada kilómetro recorrido. De esta manera, un viaje entre la capital onubense y Sevilla supondría el abono de algo menos de un euro, mientras que entre la primera y Madrid (a través de autovías, ya que no existe otra posibilidad al haberse construido las mismas sobre los trazados de las antiguas nacionales) llegaría a superar los 6 euros por cada viaje.

Peaje para entrar en Portugal. Peaje para entrar en Portugal.

Peaje para entrar en Portugal. / Jordi Landero (Ayamonte)

Todavía está en estudio la manera en la que se abonaría dicha tasa, ya que fundamentalmente supondría que quienes más utilicen estas vías deberían ser los que más pagaran por las mismas. Se manejan dos sistemas, el sistema de viñetas vigente en Austria, en el que se pagaría una cantidad fija al año para poder circular, o el sistema de pago por kilómetro recorrido que es el que tiene implantado Portugal, bien conocido en una provincia fronteriza con el país luso como Huelva.

En este último, los usuarios tendrían que darse de alta en una base de datos con una matrícula y un sistema de pago asociado. Unas cámaras de control de matrículas irían registrando el paso de los vehículos por los diferentes tramos e irían cargando el precio estipulado correspondiente a una tarjeta de crédito o a una cuenta corriente. Lo que sí parece descartado es hacerlo mediante un recargo en el Impuesto de Circulación que se abona anualmente y que es un impuesto que graba la posesión de un vehículo, no su utilización como se pretende hacer en la actualidad con una medida que todavía está en sus estadios preliminares para una implantación que parece inevitable.

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