Una conductora denuncia que la empresa la despide por "homofobia"
Asegura que Damas la ha sometido desde hace años a un trato "vejatorio" sólo "por ser lesbiana"


Hace once años, en 2003, la onubense María Dolores Martín empezó a trabajar en la empresa de autobuses Damas. Lo hizo como conductora de los autobuses de la compañía concesionaria de líneas públicas de transporte de viajeros por carretera. Fue hasta 2007 la única mujer que ocupaba este puesto en la empresa, pero desde el primer momento, indicó ayer a este diario, su día a día fue "un calvario". Y todo por una única razón, según afirma: "Mi condición sexual: soy lesbiana y a la directiva no le gustó nada esto desde el primer momento".
Llegó a trabajar "hasta 14 y 15 horas diarias; empezaba a las 6:00 y terminaba a las 22:30", afirmación que apoya con distintos documentos que hizo llegar a este rotativo. "Hice los escritos porque me sentía totalmente discriminada, no era justo lo que estaban haciendo conmigo". Estaba tan "quemada" que llegó a plantearse poner su puesto de trabajo a disposición de Damas. Finalmente optó por "ponerme en contacto con la CGT, ya que los compañeros habían vivido ya una huelga en Huelva para luchar por nuestros derechos". El sindicato la viene respaldando desde entonces. En 2006 solicitó el traslado de la estación de autobuses de Huelva a la de Plaza de Armas, en Sevilla, y le fue concedido en el mes de abril.
Pensó que así mejoraría su situación, pero no encontró en la ciudad hispalense el paraíso laboral. "Me daban uniforme de hombre y no de mujer", afirma la onubense. Un año entero se pasó Loli Martín obligada a vestir con la ropa asignada a los conductores masculinos.
Fue a partir de 2007 cuando, a través de un escrito a su empresa, le ofrecieron, al menos, la posibilidad de utilizar el uniforme de acuerdo a su sexo, excepto la corbata, que debía seguir llevando.
En uno de los documentos pertenecientes al dossier que tanto ella como la CGT han hecho llegar recientemente al director general de Movilidad de la Junta de Andalucía, José Luis Ordóñez, la mujer explica a la empresa con todo detalle cómo llegó a trabajar 35 domingos en un año, "casi todos los posibles entre el 2 de abril de 2006 y el 15 de abril de 2007". Martín agrega que "tampoco me permitían ningún cambio de turno, ni siquiera para ir a visitar a un familiar al hospital".
María Dolores considera que ha sufrido "diez años de persecución a base de sanciones graves injustificadas". Y vuelve a argumentarlo con una sentencia de 7 de junio de 2013 a la que ha tenido acceso Huelva Información por la que la autoridad judicial decidió revocar la sanción de suspensión de empleo y sueldo de tres días que le impuso Damas (131,46 euros en total) por salir de la estación de Sevilla hacia Bollullos de la Mitación seis minutos tarde en enero de 2011.
"Me he sentido discriminada. Por ser mujer, una tiene que demostrar que trabaja más y mejor que un hombre. Hago lo mismo que el resto de compañeros", aseveró.
Después de todos estos años de "sufrimiento", que la chófer onubense reconoce como "trato vejatorio por ser lesbiana", Damas le comunicó hace unos meses su "despido objetivo" con el pretexto, afirmó, "de que necesitaba llevar a cabo una reestructuración de línea y que sobraban conductores".
Pero la mujer está convencida de que su condición sexual ha contribuido a que la dirección adopte tal decisión, lo que le ha llevado a denunciar el caso ante la Inspección de Trabajo.
Después de que el despido haya sido impugnado ante un juzgado de lo Social de Sevilla, espera la celebración del juicio, prevista para el próximo 24 de abril.
"Es una cuestión de dignidad. Estaría dispuesta a volver. Yo no he hecho nada para que me despidieran, siempre he cumplido con mi trabajo", apostilló la mujer, que considera que la empresa, "al no poder proceder a un despido disciplinario, aprovechó la reestructuración del consorcio" para expulsarla de sus filas.
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