Narcotráfico

Condenado a tres años y nueve meses de prisión por un alijo de 1,2 toneladas de hachís

  • La Audiencia absuelve al narco almeriense del delito de blanqueo de capitales

  • La Sala lo considera cooperador necesario por proporcionar a la banda los coches usados para trasladar la droga a Isla Cristina

Panorámica del polígono industrial Vistahermosa de Isla Cristina, donde estaba el almacén

Panorámica del polígono industrial Vistahermosa de Isla Cristina, donde estaba el almacén / Google Maps (Isla Cristina)

La Sección Tercera de la Audiencia Provincial de Huelva ha condenado a tres años, nueve meses y un día de prisión a J.D.C.G., quien atesora un rosario de antecedentes penales por narcotráfico, al considerarlo cooperador necesario en un alijo de 1.220 kilos de hachís que intentaron introducir otras cinco personas (condenadas en un procedimiento distinto) el 18 de abril de 2015 por la costa de Isla Cristina.

La Sala, que además lo condena a dos multas de cinco millones de euros, estima que ha cometido un delito contra la salud pública de sustancias que no causan grave daño a la salud y contempla la hiperagravante de extrema gravedad por el uso de embarcación y la de reincidencia.

Por contra, el tribunal ha decidido absolver a este hombre de 32 años y natural de la localidad almeriense de Carboneras del delito de blanqueo de capitales del que lo acusaba la Fiscalía. El Ministerio Público, de hecho, solicitaba para él una pena global de nueve años de reclusión.

En la sentencia, a la que ha accedido Huelva Información, los magistrados dan por probado que J.D.C.G. mantuvo contactos con los otros narcos condenados, J.H.S., J.M.H.S., L.A.G.Z., J.G.Z. y J.M.R.C, a comienzos de 2015. Estos se habían organizado para "traer a la costa de Isla Cristina un cargamento de hachís".

Este hombre, "con dinero que él mismo había conseguido fruto de su actividad ilícita", compró tres coches que llegó a inscribir a su nombre en la Jefatura Provincial de Tráfico de Huelva: un todoterreno Isuzu Trooper (comprado el 10 de enero de 2015 por 720 euros), un monovolumen Kia Carnival (adquirido por 650 euros el 12 de enero) y otro 4x4 Toyota Runner (comprado por 1.930 euros el 11 de marzo de 2015).

Antes del día del alijo J.D.C.G. puso los coches a disposición de los otros cinco -varios de ellos paisanos de Carboneras-. Tenía, a juicio de los magistrados de la Audiencia, "perfecto conocimiento de que los mismos, por su gran capacidad de carga, iban a ser destinados a transportar los fardos de hachís del alijo que los citados pretendían traer a costas onubenses".

Cuando eran las 15:00 del 18 de abril de 2015, la Guardia Civil detectó la embarcación recreativa cabinada y con dos motores de 225 cv en la que viajaban la droga y cuatro de los narcos. Estaba cubierta por una lona de camuflaje. El barco avanzó unos 800 metros por los caños de Ayamonte hasta arribar a la playa y los investigadores pudieron observar en la travesía cómo portaban cajas de color marrón y azul que escondían bajo la indiscreta tela verde.

Los magistrados creen que ha traficado durante años "pura y simplemente para enriquecerse"

En tierra les esperaba el quinto narco con el Toyota Runner propiedad del ahora condenado. A este coche engancharon el barco. La Benemérita localizó en este lugar 41 fardos que arrojaron un peso de 1,2 toneladas de resina de cannabis (hachís). Al condenado L.A.G.Z. le requisaron, además, dos teléfonos satélite y un GPS portátil que ocultaba en una mochila. Los cinco fueron detenidos de inmediato. A J.D.C.G. lo arrestaron después.

Ante los indicios fundados de que la banda guardaba coches y barcos en una nave del polígono Vistahermosa de Isla Cristina, el Juzgado de Instrucción 2 de Ayamonte autorizó el registro. En él se intervinieron el todoterreno Isuzu Trooper y el monovolumen Kia Carnival de los que era titular J.D.C.G. La Sección Tercera de la Audiencia onubense remarca que los más de 1.200 kilos de droga aprehendidos hubieran alcanzado un precio en el mercado ilícito de 1.382.260 euros.

La Sala subraya finalemente que aunque el ahora condenado fue consumidor durante 17 años de hachís y cocaína, "en el momento de cometer los hechos no consta que tuviera limitadas sus facultades intelectivos-volitivas para llevarlos a cabo". Es más, todo apunta a que se había rehabilitado, si bien durante años "no trabajó e hizo su forma de vida a través de obtener ganancias del tráfico ilícito, actividad que realizaba pura y simplemente para enriquecerse". 

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