Comida con devoción y a precios populares
Las hermandades del Prado y Montemayor, junto a la Banda del Nazareno son tres de las nuevas casetas que se han instalado este año en el recinto
Colombinas 2025: Imágenes del ambiente el primer día de las Fiestas Colombinas
En el lado izquierdo de la primera calle del recinto ferial, bajo un toldo blanco con líneas azules que recorren la caseta como una lluvia de estrellas, una mujer remueve la olla como quien cuida su mejor secreto. Aquí no hay chefs con chaquetillas ni comandas digitales, aquí las cuentas se llevan con papel y boli. Los precios aparecen trazados con tiza blanca en pizarras que cuelgan de las paredes, al igual que las cartas, muchas de ellas pegadas con un fiso que resiste tanto como sus trabajadores resisten el cansancio. Así es como las hermandades de Huelva también están presentes en una fecha marcada con rotulador en el calendario onubense.
El albero que inunda las calles del recinto ferial cada año acumula más pisadas. Las Fiestas Colombinas han reunido entre sus casetas a mucho más público en los últimos años, llegando a colapsarse las calles y convirtiéndolas en intransitables. Con el paso de los años y el crecimiento de estas fiestas, se ha dado también un boom de casetas de las hermandades, haciendo que cada año sean más las que suben al carro de acercar más la hermandad a sus devotos. Cada edición de Las Colombinas cuenta con una afluencia de público mayor a la anterior, obligando a que en esta nueva el Ayuntamiento habilite una calle con cuatro nuevas casetas, de las cuales tres pertenecen a hermandades de la provincia. El Prado, Montemayor y la Banda de la Hermandad del Nazareno son las que se han sumado esta edición y que cuentan con una caseta en la calle de la portada, a pocos metros de la zona de conciertos.
Allí, entre sillas y mesas blancas de plástico que han vivido ya varias generaciones y manteles de papel, se cuece algo más que comida, se sirve identidad y sentimiento de pertenencia. Desde hace algunos años, es tradición entre la mayoría de los onubenses cenar en la caseta de tu hermandad, disfrutando de un ambiente familiar, reuniéndote allí con el resto de hermanos y apoyando económica y simbólicamente a la congregación. Tras la barra de cada una de las casetas que hay en el recinto ferial, todas vestidas de albiazul a juego con el equipo de nuestra ciudad, un fragmento de la gastronomía onubense espera con impaciencia para sorprender a sus clientes.
Estas casetas normalmente son gestionadas por hermanos voluntarios que se ofrecen a echar una mano sin nada a cambio, solo por fe y devoción, representando así el espíritu comunitario y familiar de los onubenses que se hace más presente que nunca en la semana grande de la ciudad. Además, estas casetas ofrecen una gran variedad de productos a precios populares con un marcado fin social que trata de reforzar la convivencia, la obra social y el mantenimiento del patrimonio, convirtiéndose así en una parada obligatoria en la ruta ferial de sus hermanos.
Las Fiestas Colombinas de Huelva son un despliegue de luces, ruidos y colores. Pero al fondo de cada calle del recinto ferial, se respira un aire distinto que atrae a todo aquel que pasa por su alrededor: el de las casetas cofrades, donde los platos tienen historia y las recetas se heredan como sus hermanos heredan las túnicas con las que hacían estación de penitencia sus familiares años atrás. Nada más entrar por la portada se puede oler lo que se cocina a fuego lento tras las barras de estas casetas, pero si te acercas un poco más puedes ver las historias que llevan detrás cada una de ellas.
Dentro de sus cartas, la calidad se sirve en montaditos, tapas y raciones. Muchas de ellas, anuncian en sus paredes con cartulinas de colores llamativos ofertas que resultan imposible pasar por alto. Ofrecen una oferta gastronómica variada, económica y de calidad, con precios que destacan frente a casetas privadas o comerciales. "Utilizamos material de primera calidad, siempre buscando una relación calidad-precio importante para poder ofrecer un buen servicio y que nuestros clientes se vayan satisfechos", expresa Pablo Marchena, hermano mayor de la Hermandad de los Estudiantes. En un recorrido por todas ellas, destaca que la mayoría cuentan con montaditos que rondan entre los 3 y 5 euros, y bebidas que no superan los 2 euros. Los precios tratan de ajustarse a la economía de sus socios, pero no hay que olvidar que la principal intención es recaudar fondos. Sus trabajadores sirven platos con un pensamiento que se mantiene firme y les impulsa a seguir: pagar un manto, restaurar una imagen o levantar el paso con menos carga económica a las espaldas.
También te puede interesar
Lo último
CONTENIDO OFRECIDO POR AMAZON