La cirugía robótica se consolida en el hospital Juan Ramón Jiménez de Huelva con más de 440 pacientes operados con el robot Da Vinci

El robot es utilizado para los casos más complejos de tumores de estómago, esófago, colon, recto, hígado o páncreas y se traduce en menos dolor para el paciente y en mejores resultados

Las cirugías robóticas con Da Vinci crecen un 40% en el último año

El servicio de Cirugía Vascular de Huelva suma un segundo médico después de haberse lanzado hasta tres ofertas de captación de especialistas

Profesionales del hospital Juan Ramón Jiménez emplean el robot Da Vinci en una cirugía.
Profesionales del hospital Juan Ramón Jiménez emplean el robot Da Vinci en una cirugía. / M. G.

Huelva/El hospital Juan Ramón Jiménez de Huelva realiza cada vez más cirugías robóticas, consolidándose las mismas en intervenciones de alta complejidad por su gran precisión y comodidad para los pacientes. Tanto, que los profesionales realizaron con el robot Da Vinci un 40% más de cirugías que el año anterior -de 135 a 189- y en el primer trimestre de 2025 han sido un 26% más que en el mismo período del pasado año -de 42 a 53-.

Una tendencia claramente ascendente desde la puesta en marcha de esta tecnología de vanguardia hace menos de tres años en este centro hospitalario, de la que se han beneficiado hasta la fecha un total de 441 pacientes, mayoritariamente con procesos oncológicos. Por especialidades, un total de 256 intervenciones (el 58%) han sido del servicio de Cirugía General y Aparato Digestivo, 101 (23%) de Ginecología y 84 (19%) de Urología.

El interés de los profesionales del Hospital Universitario Juan Ramón Jiménez en el avance de esta modalidad quirúrgica viene dado porque posibilita realizar por vía mínimamente invasiva cirugías de alta complejidad con excelentes resultados, permitiendo ofrecer a los pacientes los mejores estándares de calidad.

Empleo del robot Da Vinci en una intervención quirúrgica en el hospital Juan Ramón Jiménez.
Empleo del robot Da Vinci en una intervención quirúrgica en el hospital Juan Ramón Jiménez. / M. G.

Así, los especialistas de Cirugía General y Aparato Digestivo de este hospital utilizan el robot de manera preferente para intervenir los casos más complicados de tumores de estómago y esófago, tumores de colon y recto, de hígado y páncreas y, recientemente, se han realizado también las primeras cirugías de pared abdominal por esta vía.

En Urología, el robot se viene empleando en cáncer de próstata, extirpación de ganglios tumorales o estrecheces de uréter, extirpación de la vejiga por cáncer vesical y, en breve, comenzarán la extirpación del cáncer renal conservando la parte del órgano sano. En Ginecología, se ha utilizado en pacientes con cáncer ginecológico, endometriosis y también en diversa patología benigna.

Entre las ventajas para el paciente del uso de esta tecnología, destacan la realización de incisiones y cicatrices más pequeñas, lo que conlleva una considerable reducción del dolor postoperatorio y más comodidad, se reduce la pérdida de sangre -con lo disminuye la necesidad de transfusiones- y el riesgo de infección, se acorta el tiempo de recuperación y el de ingreso hospitalario.

A estos beneficios se suman las potencialidades que aporta el robot quirúrgico al cirujano, en tanto le muestra una imagen de alta definición y tridimensional inmersiva y magnificada, lo que le permite ver el campo quirúrgico como si estuviera dentro del cuerpo del paciente, aumentando hasta 10 veces el nivel de detalle de la zona sobre la que está trabajando.

El cirujano gobierna el robot a distancia desde una consola telerrobótica a través de controles (mandos y pedales), que le permiten articular 360º las dos manos y realizar movimientos finos, rápidos y muy precisos, eliminando el temblor del pulso. El cirujano dirige los movimientos del robot sentado, aportándole mayor comodidad en este tipo de intervenciones de varias horas de duración.

El carro robotizado, situado junto a la mesa de quirófano, está dotado de cuatro brazos electromecánicos provistos de los instrumentos necesarios para llevar a cabo cada operación. Uno de ellos porta las luces y una cámara de vídeo con dos imágenes de doble canal que se funden y dan la imagen estereoscópica tridimensional, permitiendo que el cirujano cambie, mueva, enfoque y rote con facilidad su campo visual. Otros dos brazos sostienen el instrumental, y el cuarto incorpora un instrumento para realizar tareas adicionales. Todo ello combinado con los sistemas más avanzados de instrumentalización robótica y de software.

Para el manejo de toda esta tecnología, los facultativos llevan a cabo de modo previo un programa de entrenamiento diseñado por el Servicio Andaluz de Salud con la finalidad de adquirir la formación y destrezas especiales necesarias, asegurando así la excelencia de los resultados.

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