Huelva

El obispo de Huelva presidirá un triduo de rogativas en el santuario de la Cinta

  • El culto será a puerta cerrada, sin fieles, y retransmitido por las televisiones locales y redes sociales

El obispo José Vilaplana acudirá a la Cinta al triduo en el que se pedirá por el final de la pandemia.

El obispo José Vilaplana acudirá a la Cinta al triduo en el que se pedirá por el final de la pandemia. / Josué Correa

La Hermandad de Nuestra Señora de la Cinta celebrará en este mes de mayo el triduo anual a puerta cerrada y sin fieles ante la Patrona de onubenses, ante el decreto de estado de Alarma. Dado el tiempo tan difícil que se vive, será un triduo de rogativas pidiendo su ayuda para que acabe la pandemia por el coronavirus, que tantas vidas se está llevando y que tiene a la población confinada en sus casas desde hace más de un mes.

La junta de gobierno de la hermandad patronal ha querido que este triduo del mes de mayo, que se celebrará los días 6, 7 y 8, tenga ese relieve especial y será presidido por el obispo de Huelva, José Vilaplana Blasco, que ha acogido la iniciativa con bastante interés.

Una celebración religiosa que se celebrará a puerta cerrada, sin presencia alguna de fieles, y será retransmitida por las televisiones locales para que todos los onubenses puedan seguirla desde sus casas y a través de las redes sociales. Se sigue así las indicaciones de las autoridades referente al estado de Alarma.Los tres días del triduo la misa será a las 12:00 de la mañana, de esta forma se sustituirá así la que de lunes a viernes preside el obispo de Huelva en la capilla del Palacio Episcopal.

La Hermandad de la Cinta quiere con este triduo de rogativas acudir una vez más ante la Patrona de los onubenses, como desde hace más de cinco siglos lo viene realizando en momentos difíciles para la población como ocurre ahora, en los que también se acude a la ayuda espiritual.

Se recuerda así el hecho de que en la epidemia de 1918 se celebró en el santuario de la Virgen de la Cinta un triduo de rogativas al final del mes de octubre, como se quiere celebrar ahora. En aquella ocasión culminó el día 31 con el traslado de la imagen de la Virgen de la Cinta hasta la parroquia mayor de San Pedro en una procesión de plegarias.

Se llevó a cabo en el momento más duro vivido entonces por la ciudad.

La Virgen de Cinta volvió a su santuario del Conquero cuando la epidemia remitía, una procesión de gracias que se llevó a cabo en la jornada del 21 de diciembre de 1918, con miles de fieles acompañándola.

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