El cine Terraza Palacio (y II)

En el primer verano en 1960 la empresa exhibió en la pantilla de este cine una auténtica selección de excelentes películas l En 1965 la inauguración fue un gran éxito con ¡Qué noche la de aquel día!

El Terraza Palacio se ubicaba junto al edificio de la Unión y el Fénix (actual Gerencia de Urbanismo).
El Terraza Palacio se ubicaba junto al edificio de la Unión y el Fénix (actual Gerencia de Urbanismo).

29 de septiembre 2008 - 01:00

EN este primer verano, 1960, la empresa exhibió en la pantalla de este cine una auténtica selección de excelentes películas:

27 de julio: El campeón y la bailarina.

28 de julio: Maternidad imposible, interpretada por Linna Marques.

29 de julio: Defiéndete Callagnan, por Tony Whrigt.

2 de agosto: Sabela vuelve al ataque, por Sylvia Koscina y Renato Salvatore.

3 de agosto: El vizconde de Montecristo.

21 de agosto: Diego Corrientes, por José Suárez y Marisa de Leza.

31 de agosto: El albergue de la Sexta Felicidad, por Ingrid Bergman.

El día 25 de septiembre, cesaba la actividad de este cine de verano con la película titulada El Archiduque y la costurera, por Ziemann y Rodolf Pratk.

El 10 de junio de 1961 se inauguraba la temporada del Terraza Palacio con el film Los puentes de Toko-ki, por Gener Nebly. Williams Holden, Mickey Rooney y Frederich March.

Con excelentes entradas de público continuó la temporada que finalizó el día 1 de octubre de 1961. Aquél día se proyectó un film de acción: Las aventuras de Quintín Durward, de Robert Taylor y Kay Kindall.

La temporada de 1962 la comenzaba el 10 de junio con el estreno de Llamad al 22-22, Inspector Sheridan, por Ubaldo Lay y Nidtar Duca.

El éxito apoteósico de aquel verano fue, sin duda, el estreno -así lo anunciaba la Empresa en 'Odiel' el 15 de julio- de la película de Marisol, Ha llegado un ángel.

Con la proyección, el 26 de septiembre de 1962, de Anatomía de un asesinato, interpretada por James Stewart y Lee Remick, finalizaba la temporada veraniega de 1962.

En el verano de 1963 este cine no abrió sus puertas. No obstante, la Empresa tuvo mucha actividad en sus cines Palacio del Cine y Central Cinema y en las películas que proyectaba en el Estadio Cinema (en el Estadio Municipal también se daban sesiones de cine).

En las fechas caniculares de 1964, citemos dos éxitos: Rocambole, proyectada el día de la inauguración de temporada (24 de junio) y el día 3 de agosto, Los viciosos. Como actores: Graciela Borges y Jorge Salcedo.

Y llegamos al epílogo de este cine: la temporada de 1965. La inauguración la tuvo con un estreno que se convirtió en un gran éxito; ¡Qué noche la de aquel día!, en el que los papeles estelares los tenían los integrantes del mejor conjunto músico-vocal de la Historia, The Beatles.

Recordemos otros éxitos:

22 de julio: Molly Brown, interpretada por Debbie Reynold y H. Presnel.

29 de julio: El desierto de Pigalle, de Anne Girardot y Pierre Travaud.

El 5 de agosto Mario Moreno Cantinflas arrancó muchas carcajadas con su película Ahí está el detalle.

4 de septiembre: Los hijos del capitán Grant, por Maurice Chevalier, Hayley Mills y George Sanders.

18 de septiembre: El sabio en apuros, por Fred Mac Murray y Nancy Olvin.

El 26 de septiembre de 1965 los cinéfilos se despedían de las excelencias veraniegas de esta pantalla, disfrutando con la deliciosa película de Rocío Dúrcal. La chica del trébol. En esta ocasión, el oponente masculino de Rocío era José Luis López Vázquez.

Antes de finiquitar la historia de este cine, sepamos los motivos que indujeron a ello en una época en la que la actividad de un cine era un negocio serguro.

El solar donde estuvo ubicado el Terraza Palacio a lo largo de cinco años, procedía del derribo de un edificio que en el mismo espacio existía, cuya demolición se llevó a cabo por su dueño. Alfonso Ramírez de Arellano, Marqués de Encinares, previo expediente de declaración de ruina incoado a su instancia, y cuya tramitación, por la resuelta y unánime oposición de los inquilinos que habitaban el inmueble, dio origen a una larga y empeñada controversia administrativa que duró cerca de diez años.

En 1958, ya vacío el inmueble, el Ayuntamiento, basado en que se encontraba en estado ruinoso, obligó a don Alfonso a que derribara la vivienda. A lo largo de meses, el propietario del solar intentó venderlo sin que lo pudiera conseguir, ya que existía una gran crisis en nuestro país. ¿Y si construyera por mi cuenta un nuevo edificio semejante al de la sede de la Compañía de Seguros La Unión y el Fénix Español? pensó el noble terrateniente. Se puso en contacto con el arquitecto Sr. Cánovas del Castillo, que había hecho el proyecto de la casa propiedad de la compañía y éste le aseguró que en 1959 era imposible realizar una vivienda similar a la de La Unión y el Fénix por menos de nueve millones de aquellas pesetas (su coste alcanzaba por metro cuadrado unas 4.000 mil pesetas, por lo que los 460 metros cuadrados que medía el solar y las decoraciones interiores y exteriores de los pisos supondría la desorbitada, para la época, cantidad de nueve millones de pesetas). No se arredró, y se puso en contacto con los diversos bancos que no le pudieron prestar la citada cuantía, ya que una disposición del Ministerio de Hacienda prohibía esta clase de préstamos.

En este callejón sin salida, llegó Eugenio Sánchez Ramade y le propuso alquilarle el solar para instalar en él un cine al aire libre. Llegaron a un acuerdo y firmaron un contrato de arrendamiento para la explotación del solar por espacio de cinco años, haciendo constar en dicho contrato que si encontraba alguna persona que quisiera comprarlo, el arrendatario, señor Sánchez Ramade, habría de dejarlo libre mediante una pequeña cantidad de indemnización al comprador. Así pues, cuando terminó el contrato en 1965, el Terraza Palacio se convirtió en una de las páginas del libro de la Historia del cinematógrafo en nuestra ciudad.

En estos años, el ruido que producían los altavoces del cine que historiamos, provocó la denuncia, ante al Ayuntamiento, de Antonio Ruiz Muñoz, propietario del Hotel Victoria, situado en la calle José Nogales y limítrofe, por lo tanto, con la parte trasera del Terraza. Esta denuncia derivó a que durante el verano de 1963, permaneciese el cine en total inactividad.

Si todos los locales y solares destinados a la actividad cinematográfica en nuestra ciudad fueron empleados, en alguna ocasión para otros fines (veladas de boxeo, baile, espectáculos flamencos o de otra índole), el Terraza Palacio por su riguroso contrato de arrendamiento, en los cinco años en que estuvo vigente se dedicó, exclusivamente, a la proyección de películas.

stats