Las cigüeñas ya no traen niños de París
fauna | cambio de comportamiento en los hábitos migratorios de este ave zancuda
Sólo uno de los cinco ejemplares asentados en Huelva marcados en el Programa Migra invernó en África Franz y Blas, sedentarias, se quedan en la provincia Flack y Pica murieron el pasado año
Los niños que traen las cigüeñas asentadas en Huelva ya no vienen de París. Ni siquiera del Sahel africano, adonde solían migrar. Son también de ascendencia onubense o, a lo sumo, de algún paraje del Aljarafe o del Bajo Guadalquivir, muy cerca de Doñana. De hecho, cada vez es menos frecuente asociar a este ave zancuda tan familiar, tradicional símbolo de la fertilidad, a las migraciones que anticipan la llegada de la primavera. Muy ligada al hombre, ha mutado su conducta hasta convertirse en estacionaria.
Las cigüeñas blancas (Ciconia ciconia) asentadas en Huelva no se distinguen básicamente en hábitos migratorios de las del resto de la Península Ibérica, la mayoría de las cuales han modificado sus costumbres sacrificando los flujos intercontinentales para adoptar la condición de sedentarias. Cada vez son más los ejemplares, sobre todo adultos, que prescinden del éxodo invernal a África para quedarse todo el año en España, donde han hallado nuevas fuentes de alimentación próximas a asentamientos urbanos y unas condiciones climatológicas más benignas debido a temperaturas más altas.
Así lo corrobora el comportamiento de los cinco ejemplares marcados en la provincia de los 50 que integran el Programa Migra de SEO/BirdLife, desarrollado con la colaboración de Fundación Iberdrola España, el Grupo SaBio del IREC, la Estación Biológica de Doñana, la organización Storch Schweiz y los gobiernos de La Rioja y País Vasco. Los cinco, marcados en la zona de Doñana conocida como Matasgordas, en el término de Hinojos, y bautizados con los nombres de Javier, Franz, Blas, Flack y Pica -estos dos últimos fallecidos el pasado año-, han evidenciado a través de un seguimiento por geolocalización cómo han modificado sus hábitos migratorios pues sólo Javier sigue prefiriendo volar al Sahel africano para pasar el invierno, mientras que el resto opta por quedarse en latitudes españolas.
Franz y Blas son sedentarios ya que en las últimas temporadas han preferido quedarse incluso no moverse de Andalucía. Franz se movió entre el entorno de Doñana, las inmediaciones de La Palma y Villarrasa, y la localidad sevillana de Los Palacios, no haciendo rutas de más de 40 kilómetros por día y no alejándose más de 50 kilómetros de su punto de marcaje, en tanto que Blas, también oriundo de Doñana, se movió prácticamente por el mismo entorno, calcando prácticamente los mismos parámetros de desplazamiento.
Peor suerte corrieron Flack y Pica, que presumiblemente fallecieron según SEO/BirdLife al dejar de emitir la señal que incorporaban sus localizadores. Curiosamente, el primero de ellos mostró en la campaña 2013/14 un comportamiento sedentario, ya que se movió por La Palma, Villarrasa, Bollullos y Almonte, sin alejarse de Doñana, si bien en la siguiente optó por emigrar al Sahel, donde halló la muerte. En concreto, Flack abandonó la Península Ibérica a través del Estrecho de Gibraltar realizando etapas de más de 300 kilómetros y atravesando Marruecos, Argelia, Níger y Mali, donde falleció en las inmediaciones de Bamako, a más de 2.800 kilómetros de donde fue marcada.
Blas tuvo un comportamiento migratorio similar ya que, si bien en la campaña 2013/14 se movió entre Huelva y Sevilla, en la 14/15 cruzó el Estrecho y se perdió su rastro en las inmediaciones de Rabat, a 350 kilómetros de su nido.
De las cinco cigüeñas blancas del Programa Migra etiquetadas en Huelva, sólo Javier completó en el último ejercicio el viaje de ida y vuelta hasta su hábitat natal tras emigrar al Sahel. Invirtió sólo 10 días, con etapas de hasta 300 kilómetros diarios, en alcanzar Senegal, a 2.800 kilómetros, donde pasó el invierno, después de atravesar Marruecos, Argelia, Mauritania y Mali, aunque tardó otros 40 en regresar debido a las paradas que realizó para avituallarse en su viaje por las costas de Senegal, Mauritania y Marruecos.
La conducta migratoria de Javier, Franz, Flack, Pica y Blas se ajusta, pues, al de las cigüeñas peninsulares, que ha puesto en los últimos años en entredicho el refrán Por San Blas, la cigüeña verás, ya que, si hasta hace pocos años este ave migratoria volaba coincidiendo con la festividad de dicho santo (3 de febrero) a latitudes españolas, ahora la cigüeña blanca, en vez de volar a África para pasar el invierno, se queda durante todo el año en España.
SEO/BirdLife indica que hay un número creciente de ejemplares que prefiere permanecer en España todo el año y no sólo porque hace menos frío, en relación con la segunda parte del refrán - "y si no las vieres, año de nieves"-, sino sobre todo porque, según sus técnicos, tiene que ver más con la presencia continuada de alimento accesible que con el clima.
La ONG empezó en 2012 a marcar cigüeñas blancas con GPS en La Rioja y Álava, para conocer sus movimientos y migraciones, sus vuelos y sus viajes y poder observarlo en directo a través de la página de Internet www.migracionesdeaves.org.Las nuevas tecnologías han permitido dotarlas con unos aparatos en la espalda, como si de mochilas se tratase, para poder conocer dónde están en cada momento. Así, la ONG recuerda que hace algo más de 50 años la cigüeña blanca invernaba principalmente en África y su llegada desde las remotas tierras africanas marcaba el inicio de la primavera para muchas personas.
Sin embargo, en las últimas décadas cada vez más cigüeñas blancas están invernando en España, y se ha detectado un importante cambio en su conducta migratoria, de modo que muchas cigüeñas de Centro Europa pasan el invierno en la Península Ibérica.
Entre las razones, han detectado que las cigüeñas tienen una nueva fuente de alimentación en arrozales y basureros, lo que les permite permanecer en España. De hecho, otra de las conclusiones es que los adultos se quedan en España a pasar el invierno, algunos en su propio territorio, cerca del nido durante todo el año, mientras que otros hacen migraciones cortas, a 50 o 100 kilómetros de su nido, donde pasan los meses fríos. El resto realiza un viaje un poco más largo, de incluso cientos de kilómetros, atravesando la península Ibérica de lado a lado, pero siempre permaneciendo en España.
La ONG ha advertido también que cada vez menos cigüeñas hacen migraciones transaharianas atravesando el desierto por los peligros que conlleva, entre ellos la muerte, como sucedió a Flack o Pica. Así, concluyen que la mayoría de los adultos se quedan en España, mientras que buena parte de los jóvenes continúa volando a África debido a que "han aprendido a adaptarse a las condiciones que les ofrece el medio y, entre ellas, a los nuevos ambientes y fuentes de alimentación que les proporciona el hombre".
Por otro lado, SEO/Birdlife ha identificado y denunciado múltiples casos de destrucción o retirada indebida de nidos, incluso con huevos o pollos en su interior, hechos que pueden vulnerar la normativa ambiental y poner en riesgo a las aves pues, según la legislación vigente, los nidos de esta especie deben permanecer intactos para asegurar que puedan reproducirse en condiciones óptimas.
"Ahora arranca la época reproductora, un período fundamental para la conservación de especies protegidas, como la cigüeña, y así queda reflejado en la normativa", explica el técnico de SEO/BirdLife Nicolás López, en alusión a la Directiva de Aves como la Ley 42/2007.
"La retirada de nidos sólo se puede autorizar de forma justificada, después de haber cumplido una serie de criterios estrictos y únicamente si no existe una alternativa satisfactoria. En todo caso, las autorizaciones, que conceden los órganos competentes de las comunidades autónomos o sus delegaciones territoriales, deben respetar el periodo de cría de las cigüeñas", concluye.
No hay comentarios