Cien años de la publicación ‘La Rábida’ del padre Ángel Ortega
Huelva de ayer a hoy
“Pocos monumentos, a caso ninguno, en el mundo, que tenga igual importancia”
"Célebre en los anales franciscanos; más célebre aún en los del Descubrimiento; de fama mundial. Convento de fr. Antonio de Marchena y fr. Juan Pérez; santuario, escuela de los marinos del Tinto-Odiel; asilo de Colón... la humilde, la franciscana, la españolísima Rábida se engrandece, sublima, se transforma en símbolo y expresión de una de las más grandes epopeyas de la humanidad; todo lo que es y significa en la historia, Espa-América”.
Así nos presenta el padre franciscano Ángel Ortega a La Rábida en su historia documental crítica que firma su primer tomo el 1 de diciembre de 1924, aunque vería la luz al año siguiente tras obtener el correspondiente nihil obstat en abril de 1925; dándolo a la imprenta de Editorial de San Antonio de Sevilla que lo publicará en cuatro tomos, dos en el año 1925 y otros dos en 1926, en plena celebración del Vuelo del Plus Ultra.
Lamenta el padre Ortega el que de España-América se hayan “falsificado capítulos enteros de nuestra historia”, “han sido criticados, vilipendiados ante la humanidad”. Mientras en esta batalla “solo, acaso, La Rábida se ha salvado de los ataques, de las envidias y de los perjuicios, creadores de esa injusta negra leyenda en torno de España”. Resalta así el hecho de que “La Rábida es hoy un punto blanco y un capítulo inmaculado en la historia hispanoamerica”. Entiende que la misión de La Rábida en la historia no ha concluido. Espera que los pueblos ensanchando sus horizontes “aparezca, sin sombras, el alma, toda el alma de España-América, más y más se irá fortaleciendo aquel lazo que las une, aquel centro que las impulsa”.
Reconoce la carencia del archivo conventual, desaparecido casi en su totalidad, por lo que lo suple con la documentación conservada en el depósito historial de la orden franciscana, así como del archivo en la provincia de Andalucía y otros documentos de diferente procedencia.
En agosto de 1925 escribe el prólogo del segundo tomo y reconoce sentirse contento: “El primero, ha merecido franca y benévola acogida. Con satisfacción lo hacemos constar”, dice. Una tarea en la que “hemos puesto, con el mayor cariño y diligencia, toda nuestra voluntad; pero no el querer es poder, ni ante la crítica severa e inflexible se pueden sortear o encubrir fácilmente dificultades y lagunas que, independientes del historiador, existen”. No quiere recurrir “a la emoción poética” para cubrir lagunas, “preferimos dejar al descubierto el vacío”, sentencia.
Una obra que, además de incluir la referencia documental a pie de página, también la ilustra con fotografías que son todo un lujo en los años veinte para conocer mejor La Rábida y los acontecimientos que entonces se vivía.
En sus cerca de 1.500 páginas que compendian los cuatro tomos ofrece documentación interesante y deja, igualmente, opiniones en los capítulos preliminares muy a tener en cuenta, destacando la importante participación de los marinos de nuestra costa.
Reconoce, como hace la historia que “Colón representa el descubrimiento de América”, “pero Colón sin marinos, marinos que le comprendan y lleven, solo fuera un ideal o cuando mas un genio fracasado”. En esta línea sentencia: “Los marinos, fueron instrumentos providenciales y cooperadores activos y conscientes de la empresa”. A la vez que se aleja del “tópico manoseado” de que “embarcaron a la fuerza e ignorantes”, cuando fueron libres para embarcar en el Puerto de Palos.
Un relato de La Rábida que realiza siguiendo el orden cronológico de los siglos, llegando al XX cuando se produce la vuelta de los franciscanos que él mismo vive. Concluye con humildad, esperando que sus defectos en la obra lo suplan otros para la Historia de La Rábida.
El embajador de EE UU recibe la obra
El embajador de los Estados Unidos Irwin B. Laughlin visitó La Rábida en 1930 y fue recibido por el padre Ángel Ortega que le hizo entrega de su publicación de ‘La Rábida’. Conoció con detalle la empresa de Cristóbal Colón y los marinos palermos.
Esta obra ‘La Rábida. Historia documental crítica’ fue reeditada por la Diputación Provincial de Huelva en 1986, sesenta años después de que apareciera su último tomo, con la mirada puesta en la proximidad de la celebración del V Centenario del Descubrimiento, donde conocer todo sobre La Rábida. Útil también hoy cuando se promueve la declaración de Patrimonio de la Humanidad por la Unesco para la Rábida.
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