El Centro Municipal de Acogida de Animales de Huelva, el hogar donde todos tienen una segunda oportunidad

Actualmente el centro refugia a más de 30 perros, 26 gatos, un equino y más de una decena de palomas

Imágenes del Centro Municipal de Acogida de Animales Vagabundos del Ayuntamiento de Huelva

Marta, una de las caninas más veteranas del centro, juega con una voluntaria. / Jesús Fernández
Lourdes Barba

28 de septiembre 2025 - 06:01

En las afueras de Huelva, hay un lugar en el que todos los animales tienen un hogar e infinitas oportunidades. En el Centro Municipal de Acogida de Animales de Huelva, trabajadores, voluntarios y veterinarios se unen para ofrecer a cada uno de los animales que pisen su suelo una vida cómoda, llena de cuidados y de amor humano. Cada adopción que se lleva a cabo no es solo una oportunidad para los animales, sino también para las familias que deciden darles el calor de un hogar.

Este centro no es un refugio cualquiera. Es un lugar diseñado para que todo tipo de animales puedan vivir con dignidad mientras esperan su segunda oportunidad. Un lugar de espera y mucha paciencia, donde el cuidado y el cariño hacia sus amigos de cuatro patas es infinito. Allí, las bienvenidas tienen un sabor distinto. Nada más entrar por la puerta, decenas de ladridos y maullidos inundan el espacio, buscando el calor de los voluntarios y trabajadores que día a día les dedican su tiempo sin esperar nada a cambio. Cada uno de sus animales, lleva consigo un pasado, un abandono, un maltrato o una vida rota; pero entre sus paredes todos encuentran un presente cargado de esperanza y atención, bajo las caricias de unas manos que curan y les hacen confiar en el ser humano.

Este es Snoopy, un cruce de mastín que apenas tiene diez meses de edad y al que le encanta jugar y estar con las personas / Jesús Fernández

Unas instalaciones pensadas para su bienestar

Al entrar, una nave principal organiza la vida diaria del centro. Allí, se encuentra la zona administrativa, el almacén, un espacio para aislamiento o cuarentena y una consulta veterinaria equipada con quirófano, en la que cada animal recibe la atención necesaria nada más llegar. Una gran puerta de chapa marrón conduce a los cheniles, cuarenta y ocho en total, que se reparten en un entorno limpio, ventilado y protegido. Recientemente, el Ayuntamiento de Huelva ha posibilitado la renovación de los suelos de esta zona con un material impermeable y más fácil a la hora de desinfectar, para que la estancia sea más cómoda y segura. "Este cambio nos ha venido genial porque el suelo anterior era rasposo y a veces los perros se hacían daño", explica Marina, veterinaria del Ayuntamiento de Huelva.

Actualmente, no todos estos cheniles se encuentran ocupados, lo que es una muy buena señal para el centro, que en los últimos años ha registrado un mayor número de adopciones a perros potencialmente peligrosos (PPP), o como prefieren llamarles allí "perros potencialmente cariñosos". Estos perros normalmente suelen ser los más rechazados a la hora de adoptar, pero desde que hace unos meses el ayuntamiento disminuyó la tasa para la obtención de la licencia municipal de estos animales, de 115,40 euros a 30, "cada vez son más los que se animan a darles una oportunidad también a ellos", traslada la veterinaria.

Gatos sociables, juguetones y con mucho amor que dar esperan dentro del centro. / Jesús Fernández

En uno de los laterales de la parcela, existe un área que es única y exclusivamente para gatos, como Zanahorio, Stella, Zoe o Lana. Una zona tranquila y adaptada con decenas de rascadores y rincones donde trepar y descansar, en la que el equilibro entre la libertad que les da la naturaleza y las comodidades de un hogar se hace muy visible. Al fondo, se encuentran los parques de esparcimiento, formados por amplias zonas al aire libre donde los perros corretean, entrenan y juegan, preparándose así para la vida en familia. Allí, se encuentra Yass, una perrita que pertenece a una raza denominada PPP, pero que derrama felicidad por cada parte de su cuerpo. No se cansa ni de jugar ni de pedir churus -snack-, sus dos cosas favoritas. "Están entrenándola para ser perra bombera", cuenta uno de los trabajadores con una sonrisa de orgullo mientras le acaricia. "Los bomberos la tienen acostumbrada a que cada vez que hace algo bien le dan un churu".

Cerca de las zonas de esparcimiento se encuentran cuatro boxes que, en principio, están destinados al alojamiento de equinos, pero como actualmente solo albergan a un poni, utilizan los otros tres espacios libres para el resto de animales. En uno de ellos, conocimos a Teo, Zoe y Tica, tres cachorros de cruce mastín/pastor que llegaron al centro el pasado 26 de agosto y apenas reúnen dos meses de vida entre sus pequeñas patitas. Cuando entraron eran cuatro, pero uno de sus hermanos tuvo la suerte de encontrar un hogar cálido y seguro a los dos días de su llegada.

Uno de los cuatro cachorros que llegaron el pasado 26 de agosto. / Jesús Fernández

Más adopciones que abandonos

El ambiente sorprende a quienes lo visitan por primera vez. Es un lugar tranquilo en el que se respira mucho amor y paciencia. Es una especie de un punto intermedio entre la calle y el hogar definitivo en el que trabajadores, voluntarios y veterinarios ponen todo su esfuerzo para que la espera sea lo más corta posible. El número de adopciones, por suerte, cada año va en aumento. En 2023, el centro alcanzó un récord histórico con más de 300 perros y 26 gatos que encontraron un hogar gracias a las campañas de adopción y al compromiso ciudadano. Por primera vez, salieron más animales de los que entraron. Y más recientemente, durante el pasado mes de febrero, apenas albergaron 29 perros, la cifra más baja de caninos desde que abrió sus puertas. Pero más allá de los números, lo que marca la diferencia es el aire que se respira en este centro. Allí, cada animal tiene un nombre, una historia, y sobre todo, un futuro.

Trabajadores, voluntarios, adoptantes y veterinarios posan junto a algunos de los animales. / Jesús Fernández

Detrás de cada adopción hay un antes y un después. Animales que entran desnutridos o asustados se transforman en compañeros alegres y felices en cuestión de semanas, como le ocurre a Cubi, un gato blanco y gris de tan solo un año que entró al centro el pasado mes de marzo y espera con ansias un hogar. Perros y gatos que una vez fueron invisibles hoy juegan, ronronean y duermen bajo el calor de un techo, arropados con mantas y cojines donados por quienes se animan a contribuir de una manera distinta.

El centro abre sus puertas de lunes a viernes, con horarios adaptados para que cualquier persona pueda acercarse, conocer a los animales y, quizás, dejarse conquistar por miradas como la de Xena, Marta o Bella, algunas de las caninas más veteranas del centro. Quien visita el centro lo comprende nada más entrar. Adoptar no es rescatar, sino dejar que te rescaten. Es entender que la verdadera riqueza de un hogar está en su compañero de cuatro patas, ese que espera pacientemente tu regreso cada día y te da amor sin siquiera pronunciar tu nombre. Hoy, en el Centro Municipal de Acogida de Animales de Huelva, hay decenas de vidas esperando. Cada una de ellas puede convertirse en un motivo de alegría inesperado, en ese compañero de vida que transforma tu día a día.

Acércate, conócelos y mira sus ojos. Quizás tu mejor amigo ya está allí, esperándote con paciencia y mucho amor guardado tras las paredes de este hogar temporal, preparado para encontrar en ti a su familia definitiva.

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