Una carrera para reivindicar al burro

Más de 2.000 personas se citan en Isla Cristina para ver la prueba organizada por la Asociación Mi Amigo el Burrito Andaluz

Una carrera para reivindicar al burro
C.r.p. · S.v. / Isla Cristina

12 de septiembre 2012 - 01:00

"Es pequeño, peludo, suave; tan blando por fuera, que se diría todo de algodón, que no lleva huesos. Sólo los espejos de azabache de sus ojos son duros cual dos escarabajos de cristal negros (...) Es tierno y mimoso igual que un niño, que una niña; pero fuerte y seco por dentro, como de piedra". Platero, el burro más famoso de la literatura, era descrito así por Juan Ramón Jiménez en la obra que le dio el Premio Nobel de Literatura.

Este punto de vista también puede servir para definir a los quince burros que se congregaron recientemente en la Barriada de San Francisco de Isla Cristina. Sin lugar a dudas, son animales de aspecto noble y tranquilo. No obstante, esta imagen nada tiene que ver con el nervio y la garra que demostraron durante la carrera disputada por las calles de este barrio isleño. Se trata de una iniciativa de la Asociación Mi Amigo El Burrito Andaluz, cuya finalidad "es disfrutar", según uno de sus presidentes, José Antonio Nieves. Asimismo, "nos gustaría que esta actividad sirviera para lanzar un mensaje de protección y consideración con estos animales, que han tenido un valor histórico muy importante, han sido y son muy útiles y, sin embargo, se están olvidando e, incluso, están en peligro de extinción", ha añadido. Junto a José Antonio ejercen también como presidentes Miguel Garrido y Adrián Lociga. Los tres son dueños de nueve burros y todos ellos participaron en la original competición junto a otros de la localidad isleña, Ayamonte y Cartaya.

La segunda edición de esta carrera congregó a más de 2.000 personas, el doble que el pasado año. Y es que la espectación que despierta esta prueba es cada día mayor "por ser algo diferente y por tener como protagonistas a estos adorables animales", ha explicado Nieves.

Los jinetes iban montados sobre sus burros sin aparejo ni montura, sólo un cabestro. Agarrados a las riendas y sobre el pelo del animal, los jóvenes apretaron sus piernas al lomo y se lanzaron a la carrera, cuyo recorrido constaba de un kilómetro y medio. Fue una prueba muy disputada hasta el final. Cinco de los asnos pelearon en la línea de llegada por ser el primero en cruzar la meta. El primero fue uno de Cartaya. Sólo hubo que lamentar la caída de uno de los jinetes que sufrió unas magulladuras y arañazos, "gages del oficio", según el accidentado.

Tras la carrera, la organización premió a los ganadores y, a continuación, se disputó una carrera de cintas a caballo.

Tras el éxito un año más de esta particular competición de burros, la organización tiene previsto repetirla el próximo año. De hecho, "confiamos en que el público sea aún más numeroso -ha reconocido- porque la experiencia, que es muy divertida y sorprendente, así lo merece".

No hay comentarios

Ver los Comentarios

También te puede interesar

Lo último