Un campamento a pie de playa
Hijos de militares, de entre 7 y 15 años de edad, participan en esta iniciativa en un entorno único


Entre pinares y con la playa a unos escasos cien metros, emerge el campamento militar de verano de El Picacho, dirigido por la Dirección de Asistencia al Personal del Ejército de Tierra (Diaper), y localizado en un entorno ideal para las vacaciones veraniegas, a apenas un kilómetro de Mazagón.
Se trata de un campamento para hijos de militares, del Ejército de Tierra y del Aire, la Armada y de la Guardia Civil, aunque también se puede acceder a él a través de familiares directos como tíos o abuelos que estén en la milicia.
El Picacho cuenta con una larga tradición de más de 30 años de acogida estival para niños de familias de militares. Hasta 2014 estuvo dirigido por la Capitanía General, posteriormente por la Subdirección General y desde el año pasado está a cargo de Diaper. A través de instancias que se publican en febrero o marzo, los tutores pueden inscribir a sus hijos en estos campamentos, para luego ser asignados en tres turnos de dos semanas cada uno en los meses de junio y julio, en ellos entran más de cien niños de todas partes de España, divididos por edades, de 7 a 9 años y de 9 a 12 años.
En agosto hay un programa especial en el que tienen la posibilidad de convivir padres e hijos con distintas opciones de programas que ofrece este campamento. Este es el segundo año consecutivo que cuentan con Over Limit, una empresa sevillana de preparados monitores encargada de motivar, supervisar y sobre todo divertir a los niños con actividades durante el día, la tarde y la noche, haciéndoles corta su estancia de apenas quince días.
El teniente coronel Salvador Rosell, comandante militar de Huelva y jefe del Establecimiento El Picacho, define este campamento como un lugar agradable donde los niños se sienten a gusto ejerciendo las diversas actividades deportivas, veladas y excursiones, y como no, haciendo amigos de todas partes de España. Al coronel Rosell, lo acompaña un equipo de veinte militares que velan por el lugar, además, de los veinte monitores que se van turnando, personal de limpieza y dos cocineras que se encargan de hacer unos menús caseros que suelen tener mucho éxito entre los niños.
Respecto al alojamiento, en una zona con un microclima agradable, los pequeños se dividen en módulos de cuatro camas y baño con ducha, además poseen duchas compartidas divididas para ambos sexos. Con un horario orientativo, se suelen despertar sobre las 8:30 o 9:00, para desayunar y preparase antes de la actividad que vayan a desarrollar, y se acuestan sobre las 00:30 o 01:00 como muy tarde, dependiendo de la actividad nocturna que hayan realizado.
Dentro del campamento no se permiten dispositivos electrónicos, dejándoles solo utilizar sus teléfonos móviles durante un descanso después de comer para hablar con sus familiares. Además, no disponen de televisión.
Los niños tienen una amplia variedad de actividades a realizar. Dividiéndose en varios grupos, practican diversos deportes y juegos, siempre supervisados por varios experimentados monitores. Durante el día, realizan actividades acuáticas en la playa que se encuentra colindante al campamento, tales como piragüismo, Banana boat, vela, voley, construcción de balsas y diversos juegos de playa más suaves que también realizan por la tarde.
Dentro del recinto llevan a cabo un sinfín de deportes como escalada al rocódromo, baloncesto, béisbol, fútbol en el campo y futbolín humano, tiro con arco y ciclo car. Diversas actividades y entretenimientos como camas elásticas, talleres de pintura y reciclaje, conocimientos de primeros auxilios, supervivencia y algunas clases de inglés.
Para cada noche, organizan una actividad diferente que siempre ameniza el rato antes de irse a la cama. Juegos de superhéroes, canciones, concursos, velada pirata, noche del terror, noche de cine, asalto al castillo y orientación nocturna son algunas de las actividades que terminan con un espléndido día de vacaciones en este campamento veraniego.
Además de toda esta amplia variedad, durante su estancia realizan excursiones a la aldea de el Rocío de Almonte, al Muelle de las Carabelas en La Rábida y al Jardín Botánico José Celestino Mutis, situado también en La Rábida, acompañado de un picnic en la playa. Los niños se encuentran en unas óptimas condiciones, donde el personal encargado vela por ellos, pendientes de que usen protector solar o repelentes para insectos, primeros auxilios, traslado a centro médico dada la necesidad, masajes musculares, vigilancia nocturna o que ningún niño salga del recinto sin una autorización de los padres o tutores legales.
El teniente coronel Salvador Rosell asegura que este campamento es siempre una gran experiencia para todos los niños, ya que aprenden a convivir con otros compañeros de una forma amena y responsable. Un cuento veraniego sobre unos cien niños de diversos lugares de España, llenos de energía y ganas de pasarlo bien, que durante dos semanas hacen amigos para toda la vida, divirtiéndose y aprendiendo, con un desenlace que no es otro que volver a casa cansados, pero muy contentos con la experiencia.
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