Un colorido mural marca sus agendas. Una breve presentación es la primera actividad de la mañana para las diez personas con trastorno del espectro autista (TEA) que asisten al Centro de Día de la Asociación Autismo Huelva Ánsares. Tras la misma, los usuarios, todos mayores de 16 años, se desplazan a los talleres, en los que desarrollan y optimizan su independencia en habilidades de autocuidado, desarrollo personal, físico y emocional, socialización, comunicación e intereses personales.
Jesús es un apasionado de Disney. Mientras tararea Hakuna Matata, la popular canción con la que Timón y Pumba manifiestan una actitud positiva ante la vida, colorea un dibujo del Rey León. El mismo quedará sellado en una chapa que fabricará junto a su compañero Sergio, quien aguarda este momento mientras realiza una actividad destinada a enriquecer sus frases a la hora de comunicarse.

Jesús se fija en la table para colorear un dibujo del Rey León.

Sergio realiza una actividad destinada a enriquecer sus frases, bajo la mirada de Tania García.
Ambos se encuentran en el taller de actividades cognitivas, que dirige Tania García, quien también coordina el cuidado del huerto, así como otras actividades más lúdicas, como la de abalorios. El objetivo del mismo es "evitar que se pierdan todos los conocimientos aprendidos durante la etapa escolar. Para ello, Ánsares instala "sistemas alternativos de comunicación" y promueve "el empleo de imágenes u objetos como sistemas para comunicarse con el resto de las personas".
Los pictogramas están muy presentes en el día a día de las personas con TEA, pues, tal y como sostiene la responsable del Centro de Día, María del Carmen Gómez, "ayudan a la comprensión y a la orientación visual ubicando a la persona afectada, tanto en tiempo como en espacio". Igualmente, permiten la mejora de la calidad del lenguaje y, por ende, de sus relaciones sociales y su capacidad de autonomía personal.

Agenda a base de pictogramas.
Tales signos gráficos copan las paredes de la sede de Ánsares. La agenda de cada uno está confeccionada a base de pictogramas, "de manera que ellos al llegar pueden conocer las actividades que les aguardan durante el día", sostiene Gómez. También componen el calendario del mes, "un elemento muy importante, dado que los cambios en las rutinas les pueden afectar", por lo que "nos anticipamos a ellos con un calendario hecho a base de los propios pictogramas".
Algunos de estos días están marcados en rojo. Para Teresa, otra de las usuarias con TEA, el momento que más ansía es la Semana Santa y así se extrae de su sonrisa. No obstante, todos coinciden en que sus fechas preferidas son las relativas a las celebraciones, "pues implica comer todo aquello que les gusta", explica María del Carmen Gómez.
Antonio Delgado es otro de los coordinadores de talleres. Los suyos ponen el foco en el reciclaje de papel, en la confección de utensilios con cuero y en el senderismo. La meta de estos es "potenciar la capacidad creativa, de manera que comprendan que, de un producto reciclado, pueden salir otros elementos". Diversos peces pequeñitos ocupaban la mesa principal del aula y todos ellos habían nacido de latas de refrescos recortadas y troceadas por los propios usuarios del Centro de Día.

Botellas convertidas en recipientes para el hogar.
Otro de los espacios de las instalaciones de Ánsares se emplea para el bricolaje. Aquí cualquier fragmento de madera se utiliza y se le da color. Un ejemplo es el cuadro que ha terminado Teresa. Por su parte, Iván, ataviado con su mono de trabajo, muestra los imanes con peces que se han construido en los últimos días. Más al fondo se encuentra Guille, quien preparar una serie de botellas que, posteriormente, van a fundirse para crear recipientes para el hogar.

Teresa muestra uno de los cuadros terminados.

Iván muestra los imanes creados.
El citado taller está coordinado por Manuel Alejandro Sánchez, quien resalta la "importancia" de realizar actividades que "favorezcan la sostenibilidad" y que, además, se traduzcan en la "creación de artículos útiles", como los ya mencionados recipientes para el hogar.

Guille prepara una botella para su posterior reutilización.
Los talleres y las actividades programados por Ánsares permiten a sus usuarios con TEA tener un feliz viaje por la vida. Y no la disfrutan solos. Sus propios compañeros y sus monitores forman una familia que da un paso firme hacia un ciclo vital repleto de felicidad.
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