Los cambios en la Diócesis afectan a cuatro paroquias de la capital

Cuatro parroquias de la capital se han visto afectadas por los nombramientos realizados hace escasa semanas por el obispo de Huelva, José Vilaplana. Las parroquias son por un lado, Sagrado Corazón y San José Obrero. En el primero de los casos, su titular es Feliciano Fernández que procede de Lepe; en el segundo, Miguel Fuentes pasa del Sagrado Corazón a San José Obrero, donde se ha jubilado Francisco Gaona.

Las otras dos parroquias competen a Isaac Moreno, que regresa a la Diócesis onubense tras haber realizado estudios teológicos en Roma. Ha asumido Beata Eusebia Palomino y Sagrada Familia.

A estos cambios en la capital hay que añadir el que afecta al Santuario de la Cinta. En este caso, asume las labores de capellán José Alcázar Godoy. Este cargo lo simultanea con su labor de gerente del Monasterio de Santa Clara de Moguer.

Otro de los puntos que llama la atención en los nombramientos realizados por el obispo es la incorporación inmediata de los tres sacerdotes que fueron ordenados el pasado 13 de junio, si bien ya efectuaban labores de diaconado. Son los casos de los párrocos de Zalamea, Almonaster y Santa Ana la Real, y Alájar y Linares de la Sierra, aunque el ámbito de actuación de estos sacerdotes trasciende los municipios mencionados.

Cierta sorpresa ha provocado el cambio en Almonte. Tras dos años allí sustituyendo al fallecido José García, Antonio Ceped,a que estaba ejerciendo de párroco en la localidad y como rector del Santuario del Rocío, ha sido enviado a realizar estudios teológicos a Salamanca. Su puesto lo ha ocupado Francisco Jesús Martín, quien hasta hace escasas fechas era párroco de San Juan Bautista, en la cercana La Palma del Condado.

Otro retorno es el de Emigdio del Toro Medina, que ha sido nombrado párroco de Rociana del Condado y procede del Vicariato Apostólico de Yurimaguas (Perú). Del Toro ha sido con anterioridad vicerrector del Seminario Diocesano onubense.

Sí era de esperar, sin embargo, el nombramiento de José Arturo Domínguez como vicario judicial, responsabilidad asumida hasta el momento por monseñor Juan Mairena. Es más que probable que el propio Mairena haya propuesto a Domínguez como su sucesor. No obstante, el nuevo vicario judicial mantiene su cargo de párroco de San Pedro.

Los nombramientos, que tendrán su continuidad con otros nuevos en escasas fechas, según adelantó la propia Diócesis, no se han visto exentos de polémica en Isla Cristina. Allí se recogieron más de 1.000 firmas para evitar el traslado de su párroco a Lepe lo que finalmente se llevó a cabo.

En la mayor parte de los casos, los nombramientos se harán efectivos el próximo mes de septiembre.