Los Bussings de Damas, símbolo de modernidad en las fiestas de “la vecina y simpática villa de Gibraleón”

Crónicas de otra Huelva

Ponce: “El forastero que llega a Gibraleón encuentra siempre la casa que brinda albergue generoso; el amigo que tiene empeño terco en obsequiar con la mayor esplendidez y con generosidad sencilla”

Aviso para la Feria Gibraleón.
Aviso para la Feria Gibraleón. / José Ponce Bernal / Felicidad Mendoza Ponce

20 de octubre 2025 - 05:00

La Introducción

CRONISTA TURÍSTICO

La exaltación de lo local

Estamos de nuevo ante una crónica ligera o costumbrista, muy en la línea de la prensa local de provincias de la época y muy propia de nuestro autor. El tono es festivo, entusiasta, casi publicitario, buscando transmitir al lector la alegría y hospitalidad de Gibraleón durante sus fiestas.

A diferencia del artículo de la semana pasada del reloj de cuco (más irónico y personal), aquí el periodista adopta un papel casi de cronista turístico que alaba la vida local y anima a participar. Exalta lo localista, reforzando la idea de comunidad.

Describe el ambiente destacando la alegría y la hospitalidad de sus gentes, el bullicio del real y de la Plaza Mayor. Lo conoce. Él tuvo mucha vinculación con Gibraleón, pasaba los veranos con su familia en la finca Valdepalma, que algunos lectores conocerán. Asegura que los forasteros de Huelva acuden como si fuese una “segunda feria”.

Socialmente es un documento interesante porque cumple la doble función de ensalzar lo local y a la vez entretener al lector. Pero también porque refleja la importancia de la feria como espacio central de sociabilidad; la mezcla de tradición (taurinas, ganado, cortejo en la plaza) y modernidad (los autobuses). Los prejuicios de la época hacia las minorías… La belleza de las muchachas y los bailes como espacio de cortejo juvenil. Todo está descrito con aire pintoresco.

La presencia de los autobuses Bussings de la empresa Damas, muy populares en la época, se describe como símbolo de modernidad y progreso. La empresa automovilística del afamado empresario anuncia los viajes entre Huelva y Gibraleón casi con la frecuencia con que ahora se organizan para El Rocío. Pero es que Renfe también ponía lanzaderas, algo que nos sorprendió muchísimo. Ilustramos el artículo de hoy con ambos anuncios, para que los lectores actuales se sorprendan como nosotros. En ese sentido, sin duda, vamos para atrás.

Como todos los años, es decir, como todos no, sino con más agrado y simpatía, la vecina y simpática villa de Gibraleón acaba de celebrar sus tradicionales fiestas.

Quien haya estado alguna vez en Gibraleón sabrá lo que son estas bullangueras fiestas; hay que vivir este ambiente de franca alegría, de fraternidad para darse perfecta cuenta de él.

El forastero que llega a Gibraleón encuentra siempre la casa que brinda albergue generoso; el amigo que tiene empeño terco en obsequiar con la mayor esplendidez y con generosidad siempre sencilla.

Aquel real de la feria tiene un encanto recio; también aquella Plaza mayor del pueblo donde las mozas danzan y pasean incansables y los mozos pintureros galantean con fiebre de juventud.

Este año Gibraleón se ha visto animado como nunca. Los “forasteros” de Huelva que hacemos de esta feria olontense un suplemento obligado de la nuestra de la Cinta, hemos acudido también en proporciones extraordinarias. Díganlo si no los Bussings de la Empresa Damas, esas hermosas bestias mecánicas que han clasoneado con aire de triunfo después de la gran jornada. Como siempre, la popular Empresa automovilística batió el record de las preferencias públicas.

No han faltado las muchachas muy guapas que han unido sus encantos a los de las mozas del pueblo.

Los bailes se han visto concurridísimos. A sus compases se han tejido Dios sabe cuántos idilios. En ellos hemos vistos preciosas muchachas que han llevado a la villa de Olont la alegría de sus años y la belleza abundante que lograron acaparar.

Gibraleón se ha lucido este año en la organización de las fiestas; se han celebrado funciones taurinas y sus abalorios de colores han deslumbrado la sencillez de la gente aldeana.

También se ha visto animadísimo el ferial de ganados, haciéndose muchas transacciones.

Durante los días de fiesta no hubo incidentes que lamentar; únicamente la bohemia sucia de unas tribus gitanas, esparcidas estos días por el ferial de ganados, pusieron ayer un epílogo sangriento a los festejos, al enzarzarse las familias vagabundas en tan épico combate que dejaron reducida a categoría de escaramuza la batalla del Marne.

Aparte esta nota desagradable ha reinado en el pueblo la más franca armonía.

Nuestra felicitación, pues, y a esperar al año que viene, en que podamos volver a pasar unas horas en Gibraleón, tan felices como las vividas este año.

Blanqui-Azul

Diario de Huelva, 22 de octubre de 1930

stats