Buscan desesperadamente a una pareja que fue testigo de un atropello en Huelva: "Me da miedo que el conductor vuelva a hacerlo"
"Me gustaría ser escuchada, encontrar a aquellos testigos, y que no vuelva a ocurrirle a nadie. Tengo dos costillas rotas y la muñeca", contaba a Huelva Información
Un hombre atropellado en el barrio de La Orden en Huelva tras la colisión de dos vehículos
"Estoy aún muy en shock". Una vecina se desplazaba hasta el trabajo -como cada día- en bicicleta por la calle Manuel de Falla, en Huelva capital, sufrió el pasado 14 de julio un atropello por parte de un conductor. Ahora, busca desesperadamente a los testigos del accidente con el objetivo de interponer la denuncia y por miedo a que pueda ocurrirle a otros ciclistas. "Creo que si no se arrepintió ni se sintió mal puede volver a hacerlo".
Cinta M. F. asegura que fue embestida por un turismo que se encontraba delante y que giró bruscamente hacia Puerto Sur. Los hechos ocurrieron en torno a las 9:30 de la mañana, a la altura del enclave del Tiro al Pichón, cuando la ciclista se dirigía hacia el paseo marítimo para llegar hasta su trabajo.
El coche, que se encontraba "detenido" en un primer momento, "impactó directamente contra la rueda trasera de la bicicleta", lo que provocó que la mujer cayera al suelo bruscamente. A pesar del golpe, el conductor del vehículo -un hombre de avanzada edad -"no se interesó en ningún momento" por el estado de la atropellada y, según ella, llegó a amenazarla con la mirada y discutir, insinuando que "la culpa del accidente" había sido de la mujer.
Por suerte, un segundo vehículo que circulaba justo detrás pudo ver todo lo que había ocurrido, poniéndose de parte de la mujer y ayudándola. El joven que se había parado, al observar la actitud del primer conductor, trató de defender a la ciclista y se ofreció a llamar a una ambulancia. "Se bajó del coche y le dijo que él lo había visto todo, intentando llamar por teléfono para pedir ayuda", cuenta. Aunque Cinta asegura que sufría fuertes dolores en las piernas y costillas, en aquel momento "no había lesiones visibles ni sangrado", por lo que le restó cierta importancia.
"Solo fue simpático y amable cuando le dije que no denunciaría"
En ese momento, un vehículo de la Policía Portuaria pasaba por la zona y fue avisado por el testigo, que quería dar su versión de los hechos a los agentes. Estos tomaron nota del suceso y ofrecieron a la víctima la posibilidad de presentar denuncia, pero Cinta, al comprobar que "no tenía heridas externas y que el conductor era una persona mayor", decidió no continuar con el trámite y dejarlo en un mal susto. "Solo fue simpático entonces, cuando dije que no iba a poner una denuncia. Decía que el sol lo había deslumbrado y que no se había dado cuenta de lo ocurrido", asevera la mujer.
Una vez que la policía se marchó, Cinta se quedó a solas con el hombre que la había atropellado, quien finalmente se marchó del lugar, quedándose ella sin poder utilizar la bicicleta. Poco después llegó su marido, y ambos volvieron a cruzarse con el conductor, que se encontraba en un bar cercano. Lejos de mostrar arrepentimiento, el hombre volvió a tratarla con desprecio. "Dijo que me había caído sola, sin ninguna palabra amable a pesar de que había decidido no denunciar".
Decidieron acudir al hospital, donde descubrieron que las lesiones eran "mucho más graves de lo que parecían en un primer momento": dos costillas rotas, una muñeca fracturada y politraumatismos en ambas piernas. "He estado casi dos semanas sin poder andar", explicaba la víctima a este periódico, que continúa afectada física y emocionalmente por el accidente.
"Pensé en denunciarlo por civismo ante el resto de ciclistas y por como se había portado, además de porque tenía bastante más daños de lo que pensé en un primer momento. Considero que él podría volver a hacer lo mismo si no se ha arrepentido", asegura. Una vez puesta la denuncia en la Policía Local, trataron de dar con algún testigo -policía portuaria que la atendió o la pareja que la ayudó-, pero no lograron dar con ellos. "Estamos intentando localizar el coche de las personas que vinieron a ayudarme. Ojalá hubiera cámaras, pero no hay. Y me siento súper indefensa", concluye.
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