Entre los beneficios del jamón y la baja incidencia del cáncer colorrectal

Frente al polémico informe de la OMS se sitúan ahora los estudios que han demostrado los beneficios para la salud del consumo de jamón ibérico. Uno de ellos, publicado en 2009, y centrado en la población anciana de la Sierra de Huelva, demuestra la menor incidencia de factores de riesgo cardiovascular y la mayor expectativa de vida de la población.

Como complemento, y directamente relacionado con el nuevo informe sobre la incidencia de la carne roja en el cáncer de cólon y recto y en el de próstata, ya se publicó el año pasado otro sobre la incidencia de estas enfermedades en los municipios españoles, en el que, precisamente la población serrana onubense, con una dieta con gran protagonismo para los ibéricos, no destaca sobre la media española, con niveles normales, en un muestreo de 15 años.

La investigación con título Perfil lipídico y hábitos alimentarios en una población rural de edad avanzada en el sur de España : El estudio Sierra de Huelva fue realizada, entre otros, por el doctor Francisco Martín Florido, experto en Medicina Antienvejecimiento, centrándose en núcleos poblacionales pequeños y con personas de 79,36 años de edad media.

El doctor Martín explicó, entre las conclusiones presentadas en un congreso, que el jamón "disminuye el colesterol y los triglicéridos por la gran cantidad de ácido oléico que contiene, además de vitamina E y selenio que combaten el envejecimiento neutralizando los radicales libres y el estrés oxidativo, responsables de enfermedades como el parkinson o el alzheimer".

Aunque su estudio no se relaciona con el cáncer, y pese a desconocer todos los detalles del informe de la OMS, el doctor Martín Florido aseguró ayer a Huelva Información que es conocida la incidencia del excesivo consumo de carne roja y procesada en el riesgo de sufrir cáncer, "aunque no todo el procesado es el mismo".

Cuando se habla del jamón y de los embutidos ibéricos, apunta, "se debe tener en cuenta que toda elaboración artesanal no conlleva aditivos". "No se puede comparar el fiambre con el embutido de elaboración totalmente artesanal. Hay que apoyarlo en algo más. Hay que considerar la elaboración, con un proceso de curación natural, al aire, y con una alimentación del ganado también natural, la propia del cerdo ibérico", explica el doctor Martín.

Ello no quita, insiste, en que todo abuso pueda ser perjudicial a la larga en las personas, pero los 50 gramos diarios que establece como máximo la OMS "no es nada y está lejos de ser excesivo".

"Habría que comprobar los índices de estos tipos de cáncer en la población de la Sierra pero no parece que supere a otros", apunta Francisco Martín Florido, que ejerce en una clínica de Cortegana.

A falta de datos más específicos, el estudio Las tendencias temporales en los patrones de distribución municipal de mortalidad por cáncer en España, realizado por investigadores del Centro Nacional de Epidemiología y el Instituto Carlos III, publicado en 2014 por la prestigiosa revista BMC Cancer, se fijó en la incidencia de seis tipos de cáncer en la población española, estableciendo distintos mapas municipalizados para el periodo entre 1989 y 2008.

Entre las conclusiones se observa que los índices de mortalidad por cáncer colorrectal, por ejemplo, no tienen una incidencia significativa en Andalucía respecto al resto del territorio nacional. Y en el caso de la provincia de Huelva, y más específicamente en la Sierra, pese a la mayor presencia de productos ibéricos en la dieta, no se supera la media nacional, tanto en hombres como en mujeres. Los índices más elevados se registran en puntos de Cataluña y en la provincia de León, y las causas no se relacionan con la alimentación sino con factores industriales, como la presencia de cementeras en los municipios, según han determinado análisis análogos.

La incidencia de los tumores en la próstata se revela en la media, atenuada por la medicación contra la diábetes, especialmente en Andalucía, mientras que el cáncer de estómago, aunque no expresamente citado por la OMS, sí se relaciona con la dieta pero sin tener valores significativos en Huelva.