Como todo producto de alta calidad, el fraude y los intentos de copia forman parte parte de la lucha diaria de sus órganos reguladores. Las DOP e IGP de Huelva lo tienen en su ADN. Una de sus principales funciones es asegurar que aquello que llega al ciudadano con la etiqueta producto de... lo sea realmente. Cuentan con dos elementos inimitables, la tierra y el clima. Nadie es capaz de reproducir el ecosistema que permite el secado de los jamones, la cría de la zalema o la tierra en la que hunden sus raíces la mata de garbanzos. Ni siquiera encontrar lejos del golfo de Cádiz la caballa única de Andalucía.

El caso de Jabugo es singular porque “el nombre se ha utilizado de forma fraudelanta durante años porque es una marca muy potente”. En Europa “ya estamos protegidos”, si bien “es una lucha diaria en otros mercados”. Comentó Guillermo García-Palacios Álvarez que el último frente abierto es “en México”, donde se comercializan productos cárnicos con ese mismo nombre si bien recuerda que “si nos quieren copiar es porque somos buenos”. Para plantar batalla de una forma más sólida “debemos estar unidas todas las DOP”. Uno de los productos del Condado de Huelva que más plagian sus competidores es el vino naranja. “El nuestro es único y por eso lo intentan copiar añadiendo vino de naranja u orange wine al nombre comercial. Cada vez que alguien me avisa le pido que compre la botella y me la traiga para tenerlo controlado y actuar”, comentó Antonio Izquierdo, de la DOP Condado de Huelva.

Los productos certificados ofrecen una garantía de excelencia imposible de encontrar sin ese sello. Por ello el celo con el que trabajan las DOP e IGP provinciales. Díaz del Valle plantea un proyecto mediante el cual “podamos certificar mediante trazabilidad química que lo que va en el envase sea garbanzo de Escacena porque lo que no envasamos nosotros no lo podemos controlar”. García-Palacios va más allá: “Tenemos que ser chovinistas, presumir de lo nuestro, de nuestros productos y provincia que son únicos”. En este camino para acercar el producto al consumidor directo se encuentra inmersa la IGP Caballa y Melva de Andalucía mediante una campaña de enseñanza en las escuelas de hostelería. “Enseñamos a usar las conservas en la cocina, a mostrar que es una forma rápida y cómoda de introducir el pescado azul con todas sus propiedades en la dieta diaria”, defiende Manuel Becerra. También en los colegios, donde “hemos llevado más de un millón de latas”.

Una suma de productos estrella que demuestran para Guillermo García-Palacios Álvarez “lo que Huelva es y todo lo que puede llegar a ser si trabajamos unidos”.