Huelva

Los bares del centro mejoran las previsiones tras el confinamiento

  • El comienzo del verano y la falta de turistas extranjeros ha provocado un empeoramiento del buen arranque que habían protagonizado los establecimientos

Jóvenes disfrutan de una cerveza en el centro de Huelva

Jóvenes disfrutan de una cerveza en el centro de Huelva / Alberto Domínguez (Huelva)

La pandemia que ha causado el brote de Covid-19 por todo el mundo, ha tenido consecuencias catastróficas para muchos de los habitantes del planeta, y en específico, de España. Tras este episodio de pánico nacional, el pasado 4 de mayo, el país iniciaba un periodo de prueba para comprobar si era posible volver a la normalidad, lo que el Ejecutivo decidió llamar, 'la desescalada'. En Huelva, la desescalada ha ayudado a la reactivación económica, sobre todo en la hostelería, un sector que veía que sin su clientela habitual, su futuro no era muy prometedor. De hecho, la duda del funcionamiento de las medidas de seguridad no daba confianza para la apertura de los bares y por eso, muchos de ellos decidieron abrir para comprobar si era estable, tanto para la salud de clientes y trabajadores, como económicamente, nos afirma Miguel Suárez, empleado en La Tapería de la Plaza de las Monjas. 

Dos meses después del inicio de la desescalada, los bares del centro en Huelva afrontan una época estival difícil, aunque mucho más llevadero que lo previsto durante el confinamiento. Algunos comenzaron la desescalada con algunas dificultades por el límite de mesas y las demás medidas de seguridad, que añadido al miedo general de la población provocaban "una falta de clientela notable", asegura Suárez. Otros, como el Bratwurst Cervecería Bonilla, han tenido una afluencia de clientes igual o incluso mayor a la que tenían antes del confinamiento, nos afirma David Morueta, uno de sus empleados.  Gonzalo Rodríguez, representante del bar El Paraíso de Gonzalo, nos aclara que las ganas de salir a la calle de la gente ha favorecido la afluencia de clientes, y aunque "es muy difícil facturar como antes" siguen funcionado con buena clientela y han mejorado con creces lo que esperaban. También nos confiesa que fue algo automático y al acabar el confinamiento "todas las personas se lanzaron a la calle". Ese aumento de personas en la vía pública también influyó de manera positiva para que los bares decidieran abrir.

Unos clientes, que según Rodríguez, han actuado de forma extraordinaria, cumpliendo en todo momento las normas de seguridad correspondientes, aunque Suárez asegura que "es un tema de la edad, ya que la juventud actúa con menos consciencia y clientes habituales de más edad han dejado de venir". Ambos afirman que al principio todo era mucho más confuso y ciertos clientes no cumplían las medidas de seguridad, tanto por desconocimiento de las mismas, como por falta de interés en cumplirlas. Aunque con el paso de las semanas, las personas han ido acostumbrándose a obedecer estas normas y esto ha significado una mayor confianza en general del resto de clientes y un aumento considerable de la clientela. David Morueta, por su parte, ha concretado que hay un gran número de clientes que "no sólo hacen mal uso de las normas de seguridad, sino que al recordárselo, se moletan". Asegura que son frecuentes las malas caras y que ha tenido que insistir a algún cliente que otro para que usase debidamente las medidas impuestas.

Tras un buen arranque de los bares después el confinamiento, el comienzo de la temporada de verano y las altas temperaturas han sido los factores clave para la bajada del número de clientes en la mayoría de establecimientos. "A lo mejor abres toda la tarde y sólo facturas en las dos últimas horas", afirma Suárez, que también nos ha confesado que su objetivo es "alargar las noches" que es cuando sale la gente a la calle, e incluso si es necesario, cerrar durante el mediodía "porque ahora mismo prácticamente nos está costando dinero". Manuel Tovar, empleado en el pub La Santanera, ha comentado que la clientela ha sido constante durante mayo y junio, incluso en el servicio de cachimbas, su cometido en la empresa y que "asustaba a mucha gente por el miedo al contagio", pero que la llegada del verano ha provocado una bajada importante en la clientela de la que no esperan una mejoría hasta la llegada de septiembre y la temporada de otoño.

Otro de los factores clave para entender esta bajada en la afluencia de clientes es la falta de turistas extranjeros en la ciudad. Gonzalo Rodríguez asegura que otros años, mientras que los onubenses huyen a las playas, muchos extranjeros acuden a la ciudad "atraídos por la oferta hotelera" y son ellos, los que dan vida a Huelva durante el verano. Esta falta de reservas en los hoteles de la ciudad "provoca la falta de personas que pasan la noche en la ciudad y se va a notar en las ventas de las noches próximas". Esta falta de clientes onubenses durante el día, el miedo a que haya otro rebrote en Huelva tras las noticias de lo que está sucediendo en diferentes ciudades de España y la falta de turistas de fuera de la ciudad está provocando un agravamiento de los buenos números y las ventas que estaban consiguiendo los bares del centro. 

Después de esta etapa confusa en la que todos dudaban del futuro, los bares del centro de Huelva han sabido aclimatarse a la nueva normalidad y buscado las maneras para seguir funcionando, aún sabiendo que sería por debajo de lo conseguido antes de la pandemia. Esta nueva normalidad a la que algunos le está costando tanto acostumbrarse, está para quedarse y "sería lo ideal hasta acabar con el virus o conseguir una mejor forma de prevención para evitar los contagios" nos confiesa Rodríguez. Suárez espera que siga la mejoría y que poco a poco volvamos a una normalidad real en la que puedan ejercer su trabajo sin miedo al que pasará y asegura que eso se verá reflejado en las ventas y los ingresos. Manuel Tovar afirma que van a trabajar en función de lo que diga el gobierno, "si puedo poner aforo completo, tendré aforo completo, si sólo tenemos terraza, pues montaremos sólo la terraza, nos adaptaremos a las condiciones que nos impongan". Un futuro incierto aún, pero con mejor previsión comparada con la que tenían muchos bares tras el confinamiento, algunos de ellos con la duda de si podrían volver a abrir. Ahora espera una época estival con menor clientela, pero la justa para llegar a la recuperación en Septiembre.

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