Siempre condujo a la Ría de Huelva. Es una continuación de la calle Duque de la Victoria. Unía de alguna forma el antiguo Mercado del Carmen con la zona de la pescadería, cuando esta se encontraba junto al Caño del Dique.
Una comunicación cercana entre la ciudad y la Ría, ya que llegaba hasta la avenida Francisco Montenegro. A la derecha el Muelle de Levante, con el acceso restringido por la valla longitudinal, con entrada por la escala de las canoas a Punta Umbría y Corrales; mientras que a la izquierda, superado el muelle cargadero de la Rio Tinto Company, se abría la zona de ocio de la avenida Francisco Montenegro, hacia la Punta del Sebo con los diferentes balnearios.
Aquella avenida se bautizó de Tomás Domínguez Ortiz. Se habían elegido dos nombres especialmente importantes en el desarrollo del Puerto, como el ingeniero director Francisco Montenegro y su presidente el comerciante, periodista y político Tomás Domínguez Ortiz. Francisco Montenegro tuvo mejor suerte pues su avenida solo fue amputada en el trozo del estadio Nuevo Colombino para denominarla aquí avenida del Decano.
La actuación contemporánea de la nueva barriada de Pescadería, aun cuando mantiene la misma línea de la avenida, con su correspondiente transformación, le llamó a la de Tomás Domínguez Ortiz en 2005 avenida de la Ría, porque lleva a ella, lo que es evidente.
A Tomás Domínguez Ortiz se le descabalgó del callejero de la ciudad, y como en otros tantas ocasiones para pasar al olvido. Hoy le recordamos esperando que algún día recupere su nombre en la avenida.
Presidió el Puerto como representante de la Cámara de Comercio, Industria y Navegación de Huelva, estuvo en este cargo en tres periodos, primero de 1917 a 1931. Le dio a la institución gran estabilidad, consiguiendo superar periodos delicados económicamente y estar al frente de ella para hacer realidad los Muelles definitivos, el llamado Muelle de Levante. Aparece como presidente en 1933 y de 1938 a 1949.
En 1910 es miembro fundador de la Asociación de la Prensa de Huelva, participando en su primera junta de gobierno como tesorero, siendo redactor de La Provincia. Como periodista colaboró también en el Diario de Huelva y en diferentes revistas.
Junto a su esposa, Teresa Vázquez Oliveira, donaron la imagen de la Virgen de la Soledad del Silencio.
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