La autopsia de Mari Luz abre la hipótesis de asfixia por confinamiento
Los forenses acotan la data de la muerte entre la desaparición de la niña, el 13 de enero, hasta el 8 de febrero · El cadáver presentaba lesiones en la cabeza, el torax, una rodilla y la muñeca derecha
La autopsia practicada al cadáver de la pequeña Mari Luz Cortés por el Instituto de Medicina Legal (IML) no sólo maneja la posibilidad de que la niña muriera por asfixia por sofocación sino que baraja, en la misma medida, la hipótesis de la asfixia por confinamiento. Los forenses del IML han realizado un exhaustivo y amplio informe (de hecho la autopsia se prolongó desde las 19.30 horas de la fatídica fecha en la que se encontró el cadáver, el pasado 7 de marzo, hasta las 15.00 horas del día siguiente, con un receso de sólo pocas horas) en el que excluye tanto el ahogo de la pequeña de forma mecánica (como el estrangulamiento) como el ahogamiento (no se han encontrado restos de aspiración ni en las vías respiratorias, pulmones, ni en el estómago).
No es posible confirmar ni rechazar, afirman los forenses en el informe al que ha tenido acceso este diario, el fallecimiento por asfixia por sofocación y tampoco se descarta la asfixia por confinamiento.
A la espera de conocer los resultados de las pruebas complementarias y el examen microscópico (bajo secreto sumarial), los expertos del IML acotan la data de la muerte de Mari Luz entre la fecha de la desaparición (13 de enero) y el 8 de febrero, en un plazo de cuatro semanas o superior al día en el que el cadáver de la niña fue hallado flotando en las aguas de la ría de Huelva. El cuerpo de Mari Luz presentaba signos de putrefacción parcial y había estado sometido a la acción de la fauna acuática, de ahí la complicación para cerrar una fecha de la data sin más informes.
En ese mismo periodo de cuatro semanas, fue abandonado el cuerpo, posiblemente -indican- en aguas remansadas o que no estaban estancadas y estuvo todo ese tiempo medio sumergido.
De hecho, la autopsia explica que el cadáver presentaba un proceso de saponificación (una transformación de los tejidos influida por la humedad extrema y el obstáculo al acceso de aire) de forma especial en los planos anteriores , mientras que los planos posteriores se encontraban desecados. La niña estuvo sumergida parcialmente en el agua y boca abajo y murió, según los forenses, antes o poco antes de entrar en contacto con el agua.
Respecto a los daños anteriores que había sufrido la pequeña, el informe concreta que el cuerpo presentaba varias lesiones "insuficientes" para haber provocado la muerte. Estas lesiones aparecen en la cabeza, bajo los parietales con un descabalgamiento del hueso de entorno a un centímetro, una lesión subcutánea en la muñeca derecha, una cambio de coloración compatible con una equimosis en el hemitorax izquierdo y, en el plano anterior de la rodilla izquierda, los forenses detallan que se ha producido el desgarro de la ropa, bajo el que se encuentra una bolsa hemática de alrededor de un centímetro de diámetro.
Además, el cuerpo de la pequeña presenta dos manchas negruzcas en la frente y otra mancha en la zona de la nuca. Los forenses no encuentran traumatismos en el cuello, el torax, el abdomen ni las extremidades y aseguran no haber encontrado en la zona genital ninguna alteración compatible con una agresión de naturaleza sexual. Mari Luz tenía la ropa bien colocada y abrochada.
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