Huelva

La asociación de víctimas Miriadas se extingue por falta de fondos

  • En los 15 años de vida del colectivo casi 850 mujeres han escapado del infierno del maltrato

Logotipo de Miriadas y pintada en un asalto a la sede de la asociación.

Logotipo de Miriadas y pintada en un asalto a la sede de la asociación. / josué correa

Manuela y Exdra Noguera, madre e hija y rostros visibles de la asociación onubense de mujeres víctimas de la violencia machista Miriadas durante más de 15 años, han dado de baja al colectivo, básicamente, "por falta de fondos".

La labor que realizan "requiere abrir a diario, como mínimo, de nueve de la mañana a tres de la tarde, que es generalmente cuando la víctima puede venir a vernos". Es en esa franja horaria cuando "deja a los niños en el colegio y el agresor va a trabajar". Salirse de ella "puede significar que la pongamos en riesgo".

En los años de vida del colectivo "cerca de 850 mujeres de Huelva y la provincia han salido adelante", dejando atrás el infierno de la violencia de género que no solo han vivido ellas, sino también sus hijos.

La propia Manuela Noguera ha sido víctima de los malos tratos. Conocía muy bien la realidad que le planteaban las mujeres que le pedían ayuda. "Hemos aguantado estos años con algún trabajillo por la tarde mi madre, yo los fines de semana en hostelería, pero la vida va avanzando, me he casado, mi madre es mayor y necesita cotizar, porque el maltratador de mi padre no la había dejado trabajar... y a la asociación no vienen proyectos que cubran el personal, con lo cual es todo voluntario". Con estas circunstancias sobre la mesa, "hemos tenido que salir a buscar trabajo un poco más en condiciones para sustentarnos nosotras y no podíamos dedicar a la asociación lo que ella requiere", explica Exdra.

En los últimos ejercicios tuvieron que reducir el horario de atención a las víctimas a "una mañana y dos tardes, pero eso no era efectivo". Así que Manuela y su hija convocaron una asamblea de socios para ver si alguien se hacía cargo de la atención diaria de Miriadas, "pero nadie podía dedicarse a ello".

Antes de dar por extinguida la histórica asociación onubense, "hemos buscado subvenciones hasta debajo de las piedras". Son de ámbito andaluz o estatal "y solo cubrían ciertos programas; por ejemplo, presentábamos uno de 30.000 euros y nos concedían 2.000 euros; y lo primero que quitábamos era el personal y dejábamos el taxi de emergencia de la mujer, el comprarle los primeros alimentos, etcétera". El Ayuntamiento de Huelva "ni se ha pronunciado", asegura.

Noguera cree que el no decantarse nunca en favor de un color político, "sino solo estar al lado de la mujer", les ha pasado factura. "Ahora seguimos en contacto telefónico con las víctimas y, si tenemos que asesorarlas o acompañarlas a algún lado, lo hacemos en la medida de lo posible; pero oficialmente ya no podíamos seguir".

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