La ciudad celebra las fiestas de su Patrón

San Sebastián centra las celebraciones del fin de semana. Hoy es el día grande del Patrón, que recorrerá las calles de la capital en procesión, y la jornada llega precedida de los diferentes actos programados de las fiestas que se han desarrollado durante estos días atrás. Una vez que finalizó la entrega de medallas de la ciudad en la Casa Colón, el grueso de la jornada se centró en la carpa instalada en la Plaza de la Soledad. Allí, la asociación de Antiguos Vecinos del barrio de San Sebastián celebró su tradicional almuerzo en el que compartieron una jornada de convivencia con la presencia también de distintos representantes institucionales, como el alcalde de Huelva, Gabriel Cruz.

Como es costumbre la asociación aprovechó la tarde para rendir homenaje a los vecinos más veteranos y distinguidos con la entrega de un recuerdo. La carpa fue escenario además para un homenaje a personas e instituciones por méritos contraídos. La Policía Local de Huelva, el Club Deportivo Sordos de Huelva, José Antonio Redondo Pigüi – “por su colaboración para que en Huelva tuviéramos universidad”–, la cantaora Ana de Caro (previamente actuaron varios alumnos de su escuela), Pilar Patricio Boza La Forita – “a su arte en el baile y por su generosa colaboración con nuestra asociación”–, y María Teresa y María Soledad Brioso, presidenta y secretaria de Asocide Andalucía, fueron los galardonados tras el almuerzo de convivencia.

La carpa del Parque Alonso Sánchez también acogió al mediodía una fiesta infantil con colchonetas y animación. Un evento organizado por la Concejalía de Cultura, Turismo y Promoción de Huelva en el Exterior del Ayuntamiento de Huelva.

Cierto es que la presencia del mal tiempo y algunas gotas de agua impidieron que el ambiente por las calles de la capital fuese a más durante la jornada del sábado. También incidió en la presencia de puestos de palmitos. El producto típico de las fiestas de San Sebastián fue difícil de encontrar bajo el cielo encapotado del día de ayer. Manolo fue uno de los valientes que colocó su puesto con unas 16 parejas de palmitos. “Vengo todos los años y hoy realmente vengo para probar”.

Este vendedor lleva más de cincuenta años entorno a esta seña de identidad onubense. Desde que era un “chiquillo” acompañando a su padre. Cierto es que los tiempos han cambiado y “ahora se vende menos” pero aun así la tradición de San Sebastián “son los palmitos y no se puede perder”. Manolo cogió el producto en zonas de Gibraleón y Trigueros y vende las parejas entre 5 y 8 euros, siempre según el tamaño. Un precio que ya queda lejos de las “200 pesetas” de antaño.