Ser asertivo, el arte de hablar en el equilibrio del respeto

La asertividad significa bastante más que saber decir "no", que quizás sea la definición más frecuente que me encuentro. Ser asertivo es ser capaz de decir lo que queremos decir, que no es poco, y hacerlo en el equilibrio del respeto hacia ti y hacia los demás.

Se trata de hablar sin culpabilidad, sin agresividad, sin inseguridad, sin dejarnos influir y sin intentar influir a los demás. Por eso es tan difícil mantenernos en la asertividad pura y por eso no creo que nadie puede ser asertivo todo el rato. Si acaso, entrenando, conseguimos serlo la mayor parte de nuestro día a día, y siempre dependiendo mucho de las situaciones que vivamos y con quién las vivamos.

Así que si quieres trabajar tu asertividad, lo primero es verla como un equilibrio entre el tú y el yo de cada situación en la que te relacionas con otras personas. Es como encontrar el punto medio de ese respeto mutuo. Para lograrlo, es útil dedicar un tiempo a ver con quién eres capaz de mantener ese equilibrio y con quién no. Identifica cuándo eres más pasivo y te dejas influenciar, y cuándo sale tu versión más agresiva para imponer tu opinión. Porque sólo observándote a ti mismo podrás pensar cómo hacerlo mejor la próxima vez y entonces entrenarte en las actitudes y palabras que decidas para conseguirlo. Y todo eso sin olvidar que no somos responsables de las consecuencias de lo que decimos, pero sí de la intención con la que lo decimos. Otro interesante equilibrio que observar.

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