Antonio Oliveira, experto en control de mosquitos: "No se ha dado ni un caso de Virus del Nilo porque nos ha cogido preparados"
Fue pionero en Huelva en la aplicación de métodos para acabar con la proliferación del insecto
Antonio Oliveira Assalit, el químico que liberó al turismo de la provincia de la pesada losa de los mosquitos
Antonio Oliveira formó en 1981 el Equipo de lucha contra los Mosquitos de la Diputación, pionero en el control de las plagas existentes en Huelva. Ya desde su época de estudiante tenía claro que algo tenía que hacer para solucionar este problema. Su padre, que fue alcalde de Huelva, le instó a ello cuando estudiaba química en Madrid y una vez que le llegó la oportunidad no lo dudó
Pregunta.–Llegó un momento en Huelva que hubo que tomar medidas para combatir de manera efectiva al mosquito, ¿qué llevo a ello?
Respuesta.–Las nubes de mosquitos. Hubo una época en la que había verdaderas nubes de mosquitos. En Punta Umbría, la gente corriendo cuando aparecían, parecía que había un concurso de carreras. Fue una decisión que tomó Jaime Madruga, como presidente de la Diputación. Tenía contacto con el periodista José Antonio Gómez Marín y sabían que en el sur de Francia se habían hecho campañas de mosquitos. Entraron en contacto con la Embajada francesa y vinieron tres especialistas a Huelva, que se fueron diciendo que si uno se quedaba dormido en la marisma amanecería muerto, era exagerado.
R.Una comisión de Huelva fuimos a Francia para captar una idea general, porque nosotros teníamos que encontrar nuestro propio camino y yo con eso estaba de acuerdo. La primera idea era ver en qué situación estábamos. En toda la costa de Huelva había entonces dos mochilas para fumigar, eso es lo que había.
P.–¿Cuándo se fumigaba entonces en Huelva?
R.–En Huelva nada más que se fumigaba en la época de festejos y contra el mosquito adulto. En las fiestas del pueblo era cuando se daban tratamientos contra los mosquitos, en Palos, Punta Umbría...
P.–¿Cuál fue el primer paso?
R.–La primera idea fue ver la Costa y el territorio a tratar, y yo propuse desde la carretera Huelva a Ayamonte y hasta Palos y Moguer, era el territorio que comprendía la campaña, once pueblos. Una vez establecido el territorio, se decidieron los equipos, unos equipos terrestres y que cada ayuntamiento montara sus propios equipos de tratamiento, y unos tratamientos aéreos, que era los que llevaba directamente yo desde la Diputación, y así empezamos.
P.–¿Cuál era su sistema?
R.–El abate era el insecticida que utilizaban los franceses, y yo, en 1981, empecé a hacer las pruebas sobre unas cien hectáreas en la marisma, en la Isla Saltés. Me fui al Rocío y al volver vi que estaban todos los mosquitos muertos, fue el primer tratamiento que yo di. Tuvo su proceso, primero hice unas pequeñas pruebas, tenía un charco, al lado del Club Marítimo. Yo trabajaba en la fundición y antes de ir a la fábrica iba a ver los charcos de la marisma que tenía seleccionados y les hacía un seguimiento. Ahí no utilizaba insecticida, sólo observaba a los mosquitos. Me movía entre ese charco junto al Monumento a Colón y la Isla Saltés, después me extendía al Estero Domingo Rubio. Así empecé a ver cómo evolucionaba el tema, cómo iban las mareas y la importancia de la influencia de las mareas.
R.Tenía el insecticida, pero había que establecer cómo aplicarlo. El primer déficit eran los equipos de tierra, las mochilas. Tuve reunión con gente de paro y, sobre todo, con los capataces de los pueblos. Eso fue en el 82, tuve un montón de reuniones para que se formaran los equipos. Primero hubo gente del paro comunitario y luego fueron sustituidos por personal de los ayuntamientos.
P.–Empezó con ese insecticida que usaron los franceses
R.–Con ese insecticida empecé todas las pruebas y daba muy buen resultado, recomendado por la Organización Mundial de la Salud, muy respetuoso con el medio ambiente. Hay que tener en cuenta que en los charcos de las marismas había mosquitos y alevines de pescado, y éste es un insecticida muy específico.
P.–¿Qué hizo con la información obtenida con la observación y las pruebas?
R.–Empezamos a hacer cosas. Por ejemplo, quitarle el hábitat, reducirla. Fue una época muy bonita de trabajo porque hubo una gran colaboración. Tráfico Pesado tenía un doble problema por las aguas fecales y todo eso se rellenó. Enrique Clauss se dedicaba a los movimientos de tierra y venía con los camiones de arena de Palos y los volcaba allí, se rellenó todo eso, Tráfico Pesado y la avenida de Cádiz, la zona de la estatua de Colón, y así se fueron rellenando muchas zonas.
P.–También tuvo que dar con las dosis precisas al aplicar el insecticida
R.–Para saber las dosis que tenía que utilizar, de lo que no tenía información, de la que se necesitaba para el mosquito de aquí, compré una pecera y la puse en la terraza de mi casa y mis hijos cuando se levantaban por la mañana iban a ver cómo iban las larvas de los mosquitos. Fueron a un concurso de lucha contra el mosquito a Granada y ganaron el primer premio.
R.Yo iba a la marisma cogía un tarro de larvas y las traía a casa, a la pecera, porque una parte era el insecticida y la otra, el manejo de las larvas. Es lo que aprendí en Madrid, en la cátedra de Gil Collado. Fui un día, le pedí una cita, estuve charlando con él. No sabía cómo se manejaban las larvas y me dieron todas las facilidades, y ya tenía el juego completo: la pecera con sus larvas y el insecticida, y ya cambiando las dosis en cada tarro en el que tenía las larvas, determinaba la concentración de insecticida y el tiempo que tardaban en morir.
P.–¿Era determinante el tiempo?
R.–El tiempo que tardaban los mosquitos en morir era importante por las mareas. Para tratar la marisma tenía que tener en cuenta que la marea subía y los charcos quedaban. Hay una máxima y al bajar va dejando los charcos detrás y eran los charcos los que había que tratar. Lo iba dejando para cuando la marea estuviera al coeficiente más bajo para que pudiesen morir todas las larvas que allí hubiese antes de que volviera a subir la marea.
R.En la Isla Saltés había unas grietas, unos terrenos de los fondos de la ría, que cuando la dragaban los echaban sobre la marisma, y eso se agrietaba y parecía que en el fondo había mosquitos y eso lo aré. Antonio Baena, que vivía en La Ribera, tenía un tractor e iba de vez en cuando a arar.
R.Con José Antonio Fonseca, concejal y compañero mío en la Corporación municipal de UCD, todos los movimientos de tierra que había en la ciudad iban a Tráfico Pesado, que era el sitio más peligroso que había y por eso lo quise quitar de en medio rápidamente y lo conseguimos.
P.–¿Cuándo comenzaron a dar sus frutos todas las actuaciones realizadas en la lucha contra los mosquitos?
R.–En el mismo año 82 ya se notó, porque fue el primer gran tratamiento contra las larvas de mosquitos. Hay tratamientos de adultos y tratamientos de larvas y los de larvas son mucho más efectivos, más rápidos y además más rentables.
P.–Anteriormente, ¿no se realizaban tratamientos contra las larvas?
R.–No, que yo sepa, nada más que contra los adultos. En el campo de las larvas había experimentos, se habían hecho experimentos. Un delegado de sanidad hacía pruebas con una botella de petróleo en los charcos, pero no se pasó de ahí.
R.El primer tratamiento fue en el 81, de prueba, y en el 82, ya tenía todos los parámetros medidos, ya se veía por dónde se tenía que ir, habíamos encontrado un camino, y se trataron cerca de 5.000 hectáreas, en las marismas del Odiel y del Tinto, y ya se notó el efecto, empezaron a desaparecer esas grandes nubes de mosquitos.
P.–Había varias especies de mosquitos identificadas
R.–A mí no me importaban las especies, me importaba el mosquito y allí donde había mosquitos o larvas de mosquitos, lo trataba. Que te pique el mosquito es molesto, pero son inocuos, pero hay mosquitos que son vectores de enfermedades, puede transmitir doscientos tipos de enfermedades, cuando el mosquito te pica te está inoculando una especie de anestesia y ese líquido que te inyecta puede ser caldo de cultivo para determinadas especies de bacterias o virus. Se dio un caso posible de filalia en Aljaraque, al día siguiente se aplicó un tratamiento contra adultos, y no hubo otro caso.
P.–Ahora está la amenaza del mosquito portador del Virus del Nilo
R.–Es curioso, que en Huelva, que era la gran productora de mosquitos, no se ha dado ni un solo caso, porque nos ha cogido preparados.
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