500 años de La Concepción

La Inmaculada Concepción es una devoción incardinada en el corazón de la devoción del pueblo cristiano, que es el que ilumina a los papas para avanzar hasta la declaración de su dogma de fe. Mientras que en el siglo XVI aparecen las polémicas sobre el misterio de la Inmaculada Concepción de María, en Huelva en 1515 se tiene todo claro y se le dedica la segunda parroquia tras la de San Pedro.

Esta semana se cumplen los quinientos años de la autorización por parte del arzobispo de Sevilla, Diego de Deza, de la fundación de Cristóbal Dorantes para levantar el templo en unas casas de su propiedad.

Hoy, a las 20:00, se celebrará una solemne misa conmemorativa de la creación de la parroquia de la Purísima Concepción en una celebración que presidirá el obispo de Huelva, José Vilaplana Blasco, y a la que asistirán el párroco del templo, Diego Capado Quintana, y los diáconos Juan Romero e Isabelo Larios. Intervendrá la coral del Liceo Municipal de Moguer.

La iglesia parroquial de la Purísima Concepción se convirtió en el siglo XVI en una de los primeros templos dedicados en España a este dogma. Baste recordar que treinta años antes de comenzar el Concilio de Trento (1545-1563) y, por consiguiente, mucho antes de la aprobación y declaración de la Inmaculada Concepción de María, ya contaba la capital onubense con una iglesia consagrada a tan glorioso misterio mariano. Será Cristóbal Dorantes quien promueva que se le llame iglesia de Nuestra Señora Santa María de Concepción, sumándose a ese movimiento inmaculista que promovía especialmente el pueblo español. Un templo dedicado a la Inmaculada, incluso antes que la primera parroquia de la capital, la de San Pedro, le dedicara una capilla, por deseo de Ginés Martín, en 1535.

No fue este el único gesto en honor de la Inmaculada Concepción en la ciudad de Huelva. En ese camino hacia la aprobación del Dogma de la Inmaculada Concepción, en 1854 por el papa Pío IX. El 20 de abril de 1586, con ocasión de la sequía que se padecía, el Consejo invocó a las que tiene como singulares abogadas de los onubenses, a la Inmaculada Concepción y Nuestra Señora de la Cinta. Esa devoción se vio reflejada en el siglo XVI en la existencia de una Hermandad de la Inmaculada Concepción, recuperada en 2004.

El fervor inmaculista de los condes de Niebla se hizo sentir muy especialmente en Huelva, tanto en la fundación del convento de la Merced, como en la presencia de cuadros de la Inmaculada en los cabildos de su condado. Promovió, en 1641, el monumento o triunfo a la Inmaculada Concepción en la Plaza de la Merced, destruido con la invasión francesa y recuperado en 2004, mirando ahora a la parroquia de la Inmaculada Concepción, en la Plaza de la Vera Cruz.

Lo más importante fue el voto de sangre de la ciudad de Huelva, en 1653. El 21 de septiembre el cabildo secular de la villa de Huelva se obligó a defender la Pureza de María, en el altar mayor de la iglesia de la Merced.

La celebración de la proclamación del dogma de la Inmaculada Concepción se celebró de manera muy especial en 1855, en las dos parroquias de Huelva, con procesión solemne de la Inmaculada Concepción desde su parroquia.

Otras muchas pinceladas históricas se han vivido en Huelva enmarcadas en la devoción inmaculista, dando nombre a fundaciones, conventos, congregaciones o el seminario.

Si el Papa Clemente XIII, en 1760, nombra a la Inmaculada Concepción Patrona de España, de las Indias y de todos sus reinos, la Inmaculada Concepción es Patrona de la Diócesis onubense desde su fundación. El primer obispo de Huelva, Pedro Cantero Cuadrado, solicitó de la Santa Sede que se asignaran patronos de la misma a San Leandro y a la Inmaculada Concepción, accediéndose a tal petición en un breve pontificio fechado el 14 de junio de 1954. Justificaba esta petición señalando que convenía elegir Patrona de la Diócesis "a la Bienaventurada Virgen María en el misterio de Inmaculada Concepción, por ser muchas las advocaciones bajo las cuales se honra en esta Diócesis a la Santísima Virgen María y no ser fácil elegir una de ellas".

La celebración de estos 500 años se inició el 21 de noviembre de 2014 con un amplio programa de actos que culminará en la fiesta de la Inmaculada, el 8 de diciembre. Se ha solicitado a Roma la celebración de un tiempo jubilar que arrancaría el 15 de agosto. Hasta ahora se ha tenido la visita de la Virgen de Fátima peregrina y el 19 de septiembre se espera coronar a Nuestra Madre y Señora de los Dolores.