Un año sin rastro de Abraham

La Policía Nacional de Huelva y la Brigada Central de Investigación de Madrid mantienen abierto el caso por desaparición, sobre el que el Juzgado de Instrucción número 3 ha prorrogado el secreto de sumario

La madre del chico desaparecido sujeta una foto reciente de Abraham.
La madre del chico desaparecido sujeta una foto reciente de Abraham.
M. Rosa Font / Huelva

21 de febrero 2010 - 01:00

Desapareció con lo puesto. No llevaba ni documentos de identificación ni dinero. El 20 de febrero de 2009, cuando salió de su domicilio en la calle José Valdivieso de Huelva, Abraham Medina (23 años) sólo llevaba las llaves de su casa y un teléfono móvil del que jamás se ha sabido nada desde entonces. Parece que la tierra se lo hubiera tragado.

"No se puede vivir de esta forma, sin saber nada... ¿Cuánto tiempo más tengo que estar así?". Al cumplirse un año sin rastro alguno de Abraham, su madre, Sara S., mantiene que el joven "no se fue por su propio pie". "La Policía cree que está retenido". Lo afirma ahora con el mismo convencimiento (o incluso mayor) que hace doce meses, cuando cobró cierto peso la idea de que el joven se hubiera marchado a la francesa por voluntad propia (es mayor de edad e independiente).

Sin embargo, a la vuelta de un año la Policía Nacional de Huelva lo considera un caso abierto de desaparición con dos caminos abiertos, incluida la hipótesis de que al joven se lo llevaran por la fuerza, y en la Brigada Central de Investigación Especializada de Madrid, que lleva también una investigación en paralelo, trabajan en esa misma dirección. Mientras, el Juzgado de Instrucción número 3 de Huelva, en el que ha recaído el caso y que ha tomado declaración a decenas de personas, mantiene en reserva las actuaciones: se ha prorrogado el secreto de sumario.

La desaparición de Abraham se produjo a plena luz del día. De lo que ha trascendido, nadie vio ni oyó nada. Eran aproximadamente las 14:30 del 20 de febrero del pasado año y el joven se encontraba en casa, junto a su novia, M.R.M., quien interpuso la denuncia en la Comisaría de la Policía Nacional dos días después.

A esa hora abandonó el domicilio. Abraham le dijo a su novia que había quedado con un amigo, pero que estaría de vuelta en una hora para almorzar y después ir al gimnasio. Esa era la agenda que tenía prevista para aquella tarde.

Pasó la hora anunciada y varias más. El joven no regresó al domicilio de José Valdivieso. La chica echó mano al teléfono y comenzó a llamar a familiares y amigos para saber si en ese intervalo de tiempo se había encontrado con alguien o había recibido alguna llamada que lo hubiera hecho cambiar de planes. Todas las llamadas que se hicieron aquel día fueron infructuosas, nadie había visto a Abraham ni sabía nada de él.

Al día siguiente, la joven se ausentó de la casa, dejando la puerta cerrada con el juego de llaves que tenía la madre de su novio (el otro juego se lo había llevado Abraham).

La chica volvió al domicilio ya por la tarde y al abrir la puerta, se dio cuenta de que los mecanismos de seguridad que horas antes había dejado cerrados no estaban ya echados (el portón no había sido forzado).

La vivienda estaba algo revuelta, habían deshecho una cama y faltaban 2.000 euros en efectivo, además de dos juegos de llaves de sendos vehículos de alta gama, que Abraham se dedicaba a vender.

Según la madre del joven desaparecido, el mismo día en el que se le perdió la pista, se perdió también el rastro al teléfono móvil que llevaba y la novia recibió hasta nueve llamadas de un número sin identificar (oculto), de las que ambas mujeres sólo pudieron escuchar una voz desconocida que repitió en varias ocasiones "Mamita, mamita...".

La Policía ha tomado muestras a los padres del joven (para poder realizar pruebas de ADN) y, según Sara S., ha ampliado la búsqueda a Portugal y Francia.

"Aquí hay alguien que oculta algo", manifiesta la madre cuando se refiere a las personas del entorno del joven que han podido pasar ante la Policía o por sede judicial para declarar después de la desaparición. "Estoy convencida -afirma- de que lo que haya pasado, lo que sea, lo voy a saber por la Policía. Estoy preparada para todo, pero quiero saber dónde está mi hijo, quiero la verdad".

La mujer sostiene que el joven no tiene motivo alguno para haberse marchado de Huelva sin aviso y sin dar noticias durante doce largos meses. En este tiempo, no se han producido movimientos en su cuenta corriente ni la familia ha recibido ninguna llamada en relación con la desaparición ni para pedir rescate. "Mi hijo no tiene miedo a nada, tampoco debía dinero a nadie. No se ha ido por voluntad propia". "Si alguien sabe algo, que lo digan, no se pueden imaginar como estoy yo por dentro", se lamenta.

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