Animalario Emocional: creatividad para expresar, sanar y conectar.

En un momento en que la inteligencia emocional ha dejado de percibirse como una competencia “blanda” para convertirse en un eje central del desarrollo personal y profesional, surge una propuesta que conecta arte, metáfora y expresión emocional: el Animalario Emocional.

Lejos de ser la aplicación de una técnica rígida, esta metodología es una invitación a abrir puertas interiores muchas veces cerradas por la falta de palabras, el miedo y la falta de conocimiento. ¿Y la herramienta? Animales imaginarios que nacen del corazón, la experiencia, los lápices.

¿Cómo se desarrolla la metodología?

Cada persona generará un animal simbólico que conecte con la emoción, la vivencia o la sensación elegida. No es necesario tener grandes capacidades artísticas—es suficiente con un papel y un lápiz o la acuarela y un espacio óptimo para ello. Se nombra, se explica, se identifica y se caracteriza aquél animal, que pasa a ser un personaje que canaliza aquello que resulta difícil verbalizar y nuevo de compartir.

Ello se acompaña de la creación de un texto breve—una reflexión, una frase tocada en el corazón o un pequeño poema—que puede ayudar a canalizar el proceso. A sí pues, el lenguaje verbal y el lenguaje visual se combinan y dejan brotar la vivencia emocional en su totalidad.

Aplicaciones en diferentes contextos

Este modelo de trabajo se aplica con pleno éxito en diferentes contextos, como:

Educación: Ayuda a los niños y adolescentes a descubrir e identificar sus propias emociones, aumentar la autoestima y facilitar el desarrollo de la empatía en otros. Es muy eficaz en contextos de educación inclusiva.

Trabajo comunitario: Establece un lugar donde personas de colectivos vulnerables o con diversidad puedan formar su sentido de pertenencia y de expresión. Permite desarrollar el respeto, la escucha activa y la cohesión grupal.

Organizaciones: Mejora el clima de trabajo, disminuye el estrés y ayuda a crear comunicación interna. Varias organizaciones han iniciado procesos de integración de este modelo de trabajo como parte de sus estrategias de bienestar y Responsabilidad Social Corporativa, obteniendo resultados muy positivos.

Más allá del dibujo: experiencia transformadora

El Animalario Emocional es especial por su carácter respetuoso, simbólico y flexible. Ni la perfección, ni la sencillez, sino la autenticidad del proceso. El arte como puente, como medio de conexión consigo mismo y con los demás, creando historias que pueden dar lugar a procesos de transformación.

Como afirmaba Marián López Fernández Cao, catedrática de Educación Artística en la Universidad Complutense de Madrid, "el arte tiene un poder para transformar el dolor en relato, el relato en posibilidad".

También el informe "Artes, emociones y creatividad: investigación, aplicación y resultados", de 2022, publicado por la Fundación Botín, sostiene que las artes son potentes afloradores y alimentadores de la creatividad, y que la creatividad se encuentra necesariamente entrelazada con el bienestar emocional y social.

En estudios recientes, la Dra. Margarita Lorenzo de Reizábal, del Centro Superior de Música del País Vasco, ha demostrado cómo el arte puede provocar emociones personales fuertes y permitir el autoconocimiento del alumnado universitario.

Un recurso emocional para profesionales

El hecho de incluir en su práctica profesional el Animalario Emocional no solo aporta riqueza a las dinámicas grupales, sino que facilita además un enfoque cálido, participativo y profundamente humano. En efecto, en la clase, en el taller de la comunidad, en la formación corporativa, esta propuesta nos brinda espacios para sanar, comprender y crecer juntos.