una forma de alojamiento original

La alternativa de vivir en un camping

  • Cada año miles de personas mudan sus domicilios a estos lugares para pasar las vacaciones

Pasar las vacaciones en un camping es una opción muy recomendada para los turistas y veraneantes que visitan cada año la costa onubense. De hecho, es una práctica que se ha puesto de moda en los últimos años y tiene una gran aceptación. Aquellos que lo han experimentado lo saben: ser campista es un modo de vida.

La visión estereotipada de hace unos años sobre los campings, como por ejemplo si es para jóvenes, para pobres o que allí se pasan calamidades, ha quedado atrás y actualmente son muchas las personas de variada condición económica y social, de procedencia nacional e internacional, que acuden a estos alojamientos no sólo en verano, sino durante el resto del año. Amantes de las playas, del campo o de la naturaleza encuentran aquí su sitio. Y lo recomiendan.

En la provincia de Huelva hay más de una decena de campings repartidos por la Costa, el Condado y la Sierra, si bien este verano uno de ellos, el Camping Doñana, ubicado en el término municipal de Lucena del Puerto, se encuentra cerrado temporalmente a consecuencia del reciente incendio forestal de Moguer.

Para conocer la vida y las personas que residen en estos emplazamientos, en esta ocasión visitamos el Camping Playa de Mazagón, ubicado arriba de un acantilado desde donde se contempla el infinito océano Atlántico. Sus huéspedes pueden disfrutar de piscinas, aseos, lavaderos, lavandería, zonas de juego y un parque infantil, como se puede ver en un plano próximo a la recepción, además de contar con chiringuito o un supermercado, entre otros servicios.

Al pasear por las calles del camping descubrimos un pueblo con centenares de personas que acuden desde hace muchos años a este enclave, como Luis Flores y Rocío Luque, un matrimonio sevillano que pasa buena parte del año en su parcela, ubicada en el corazón del camping. Es la hora del desayuno y se sientan a la mesa junto a varios amigos y familiares. En su campamento disponen de todo lo necesario para vivir, ya que cuentan con algunos espacios fundamentales como dormitorios, una pequeña cocina y un salón con televisión. También se han traído sus mascotas. Debido a la cercanía de la playa, cuando quieren ir a la orilla bajan, y si no, descansan a la sombra en sus instalaciones. Se sienten cómodos en este ambiente natural y les gusta su estilo de vida, tanto que visitan el camping con bastante frecuencia, no sólo durante los meses de verano.

Otros huéspedes, sin embargo, acuden por primera vez, como Juan Morgaz, que junto a su familia se estrena aquí al estar cerrado el Camping Doñana, donde acudían anteriormente. Es la misma situación de varias familias de Francia y Reino Unido que acaban de llegar con sus blancas caravanas y sus matrículas extranjeras.

Recorremos uno de los rincones más populares de este establecimiento mazagonense, como es el chiringuito. Allí conocemos a Marina Domínguez, que disfruta de un momento de ocio con sus amigos. Entre risas comentan algunas noticias y anécdotas, probablemente relacionadas con su vida en el camping.

Y es que aquí, como seguramente en otros campings de la provincia, casi todos se conocen pues al acudir cada año los lazos de amistad se fortalecen y, en algunos casos, se convierten en parte de la familia. De esta forma, estos grandes y efímeros pueblos pueden presumir con tesón de tener mucha vida.

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