"Al que tiene alta capacidad lo que le gusta es saber y no estudiar"
carmen sánchez padilla. administrativa y estudiante
Esta onubense con un coeficiente intelectual elevado subraya la importancia de la atención precoz a los niños superdotados
Es onubense de nacimiento aunque en la actualidad vive en Valladolid donde estudia y trabaja. Procede de la zona del antiguo estadio y estudió en Teresianas, Alonso Sánchez y la UHU. Actualmente tiene 40 años y un alto coeficiente intelectual que le permite ingresar en Mensa, una asociación internacional cuyo único requisito de ingreso es conseguir una puntuación por encima del 98% de la población general, en una prueba creditada de inteligencia.
-¿A qué edad se dieron cuenta sus padres y profesores de que su coeficiente intelectual (CI) era superior? ¿Cuándo fue el momento en que le hicieron la prueba?
-Siempre fui una niña inquieta y hacía muchas preguntas; iba por delante de otras compañeras, me aburría con facilidad... Son los síntomas típicos, aunque por sí solos no significan nada. Al poco de entrar en el colegio, me hicieron un test y les propusieron a mis padres adelantarme un curso (cosa que luego no se materializó). Ésta no es la única prueba que me han hecho pero sí fue la primera.
-¿Cómo vivió todo eso?
-Prácticamente no me enteraba. Sí que notaba que la gente me señalaba a veces, en el sentido de que me colgaron rápidamente la etiqueta de lista. Los que te rodean tienden a pensar que tú no tienes que hacer nada y te asignan poco menos que superpoderes. Los niños con altas capacidades necesitan mucha atención y en muchas ocasiones, que los lleven de la mano para que no se pierdan por el camino. -¿En qué colegio e instituto estudió?
-En Teresianas y luego pasé al Alonso Sánchez. Tuve la suerte de poder estudiar en un colegio privado. Es otro mundo. El nivel es muy bueno y la atención por parte de los profesionales del colegio es todavía mejor. Y quizás gracias a eso me hicieron una identificación a tiempo. Creía que con el tiempo la escuela pública se pondría a la altura y la verdad me da pena ver cómo más de 30 años después todo, sigue igual. Son los padres los que tienen que moverse si quieren que el niño progrese un poco y aunque se han creado protocolos de detección y atención, luego no se terminan de llevar a la práctica.
-¿Tuvo miedo alguna vez de afrontar el fracaso escolar?
-¡Qué va! Miedo ninguno. Fui muy buena estudiante durante el colegio. Luego empecé a fracasar estrepitosamente, pero creo que no me importaba mucho. Pasé una época más o menos larga tratando de encontrar mi sitio. Para mí era difícil tener que estudiar cosas que no me gustaban y que no entendía bien qué hacían en el plan de estudios. Además, la gente que tiene altas capacidades si no desarrolla un buen método de estudio se puede hacer vaga con el tiempo.
-¿Cómo eran las relaciones con sus compañeros y amigos?
-Muy buenas. Como en la vida de todos, en la mía ha habido gente mejor y peor, pero yo he sido siempre muy selectiva y me he quedado con lo mejor.
-¿Qué tal en la Universidad? ¿Dónde estudió? Supongo que no tendría muchos problemas.
-Estudié Filología Inglesa en la Universidad de Huelva, que por cierto ofrece una formación excelente. Esto es otro mito sobre los superdotados que hay que empezar a descartar: Ni todos sacamos matrículas de honor, ni a todos nos dan una beca para estudiar en Harvard. Estudiar no supone un problema para un superdotado cuando hace algo que le gusta, pero al superdotado lo que le gusta realmente es saber, no estudiar. Satisfacer su curiosidad intelectual puede ser suficiente y no acumular títulos universitarios.
-¿Cómo se ve la sociedad con un CI elevado? ¿Como un grupo de torpes?
-No, para nada. Yo, desde mi CI elevado te puedo confirmar que no he conocido a nadie que sea tonto. La gente parece estar más o menos bien adaptada a la vida que lleva.
-¿Piensa que los docentes están concienciados y preparados para afrontar el trato con niños con CI elevado?
-Afortunadamente hay excelentes profesionales que viven su trabajo con verdadera vocación, y las últimas tendencias en enseñanza apuntan a que lo mejor es no hacer diferenciaciones entre los niños, independientemente de su CI. Pienso que esto es correcto siempre que los niños con altas capacidades no se vean coartados en su progreso natural. El problema no creo que sean los docentes, más bien los recursos. Sí que es verdad que conozco casos de gente que ha tenido que recurrir a los tribunales para que a su hijo se le reconozca la superdotación y a veces se encuentran con el trato negligente de los profesionales.
-¿Pese a su CI había algunas materias que le costaba aprender?
-Me encantaba la asignatura de Física, pero me costaba sacarla adelante. Me iba bien mientras me parecía fácil. En cuanto se complicó un poco se me atragantó.
-¿Está trabajando en estos momentos? ¿Quiere seguir estudiando?
-Sí, estoy trabajando y estudiando. Después de Filología hice Programación de Aplicaciones Informáticas, y actualmente estudio Psicología y Especialista en Perfil Criminológico. Estudiar en sí no me entusiasma pero hay conocimientos que sólo voy a poder adquirir estudiando.
-¿Hay más onubenses en Mensa?
-Sí, aparte de mí (que actualmente estoy censada en Valladolid) hay 7 entre capital y provincia. Somos unos 100 en toda Andalucía y más de 1.700 en toda España.
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