"La alquimia me llevó a buscar en la naturaleza y me acercó a Doñana"

Jorge Camacho · Pintor surrealista

Compagina su vida con dos espacios, dice que vive en Almonte y trabaja en parís, allí sigue acudiendo tres meses al año, fue su encuentro con el surrealismo de André Breton

Jorge Camacho ante uno de sus cuadros.
Jorge Camacho ante uno de sus cuadros.
Eduardo J. Sugrañes

02 de noviembre 2008 - 01:00

Jorge Camacho, uno de los últimos artistas integrantes del movimiento surrealista, coetáneo y amigo de su iniciador, André Breton, vive en Almonte, desde que en 1973 descubriera Doñana. Ahora este cubano, nacido en La Habana en 1934, tiene su propio museo en Almonte, en la Pinacoteca Municipal, pero aquí está además su casa, que es para él lo más importante, en la finca Los Pajares, donde no ha necesitado luz para vivir, le gusta observar la naturaleza y meditar, cercano siempre a su compañera de toda la vida, Margarita. Vive a caballo entre París y Almonte donde aún mantiene el vigor surrealista de sus obras, se ha convertido en motor para la cultura en esta cormarca, está cerca de los movimientos de escritores y pintores que se han interesado por él. Reflejo de este encuentro sincero con Doñana han sido varias las exposiciones que ha realizado en nuestra provincia, como 'La idea del Sur' en el programa del 92 y ha publicado 'Cruces de Doñana', 'El Lobito', entre otros; ha promovido los cursos de verano 'Doñana y el arte' y ha ofrecido varias conferencias en la Universidad de Huelva.

En La Habana de los años cincuenta comienza a interesarse por el movimiento surrealista, se traslada a París en 1959, lo hace becado por el gobierno cubano, salieron gente de las artes, de la pintura y el teatro. Consiguió la becada aunque no había estudiado en la Facultad de Bellas Artes, porque considera que lo mejor es afrontar el aprendizaje uno mismo, entiende que la técnica puede perjudicar la sensibilidad del artista. Al realizar una exposición tuvo la oportunidad de conocer a André Breton, lo que le da un nuevo sentido a su trabajo. Aquel era un momento en el que el propio Jorge Camacho se califica como de ingenuo, porque esa salida de artistas a Europa "fue una trampa, era para hacer ver que el gobierno tenía un halo de libertad, de cultura...". Pero nada fue así, se lamenta hoy, cuando después de tantos años de exilio reconoce que ya no tiene interés por regresar a Cuba, "no tengo allí a nadie, ni familia, ni amigos, quienes no murieron, lo mataron". Así que dice estar desarraigado, que aquí en Doñana ha encontrado lo que venía buscando, lo que le hacía falta, porque Andalucía tiene mucho de lo de allá, "la luz, el sol, el tabaco... los frijoles negros me lo hacía yo".

Volvió a Cuba ocho años después de aquella salida a París y conoce al poeta Reinaldo Arenas, "pero nos tuvimos que volver a París desencantados; cuando la invasión de Checoslovaquia fue la ruptura total; luego nos fuimos enterando de los muertos en manos del Che, de Raúl y Fidel Castro". Asegura hoy que "el mundo se dará cuenta después de cincuenta años de ese cambio tan drástico y dramático", pone cifras y es que en 1958 Cuba era el segundo país de Iberoamérica después de Uruguay y hará es el penúltimo, "eso es el fruto de cincuenta años de dictadura". Tiene un encargo de su amigo fallecido Reinaldo Arenas, exiliado también como él, del que es heredero suyo junto a otro amigo de Nueva York, Lázaro Gómez, "que tiene sus cenizas esperando que podamos esparcirlas por el Malecón cuando llegue la democracia, como quería Reinaldo, no se si llegará ese momento, espero que algún día sea posible, cuando me digan que Castro ha muerto". No se esconde al criticar gestos hacia la Cuba de Fidel Castro, es la reacción normal "cuando se ha sufrido ese régimen", por eso no entiende "que vayan Moratinos y Zapatero a Cuba, es como hacerle una visita a Franco en los años cincuenta; aunque entiendo que todo lo mueven proyectos comerciales".

Jorge Camacho ha llegado a decir que Castro es peor que Batista. "No viví aquel régimen, se machacaron mucho, pero el pueblo salió indemne, se recompuso. Todo el mundo esperaba que Castro aboliera el predominio americano y pusiera en el lugar que le correspondía a Cuba". Pero "todo ha sido una realidad muy distinta, con una dictadura que siguen sufriendo muchos exiliados".

Fuera de Cuba, su primera escalada fue el México de los muralistas, que por entonces gozaban de un prestigio en el mundo y una formidable influencia en el país. Pero a Jorge Camacho sólo le produjo desencanto, al ver ese arte extremadamente politizado. Su contacto insitu con el surrealismo, "el movimiento intelectual y poético más importante del siglo XX", según su definición, se produjo cuando en París tuvo "el inmenso placer" de conocer a André Breton, quien le anima a sumarse a las actividades de su grupo, algo que representó para su recorrido estético el comienzo de una nueva vida artística e intelectual. Un movimiento que aún hoy lejos de aquel momento considera como influyente en todo, hasta en órbitas de la vida social, como la publicidad y la moda.

Le ha interesado también, de forma muy especial, el arte precolombino, "es imponente de belleza, los Mayas, una cultura rozando el arte egipcio, fue un aporte importante para mí". A Doñana llega cuando con otros compañeros empiezan a trabajar sobre la alquimia, lo que le lleva a descubrir la naturaleza, observar los pájaros. Estuvieron en Venezuela, Marruecos y "nos dicen que si queremos ver los pájaros de Europa teníamos que venir a Doñana". Llegó por primera vez en 1973, fue un encuentro que califica de formidable, "una pequeña carretera, con baches, podías pasar tres días en el palacio, allí conocimos a Javier Castro Viejo, que tomaba la dirección". Así que en 1975 decide comprar una finca para vivir parte del año compartiéndolo con su estancia en París, que cada vez ha ido siendo más breve, ahora pasan allí unos tres meses, donde pinta al óleo, aquí son dibujos al pastel, tinta china, está trabajando ahora en los indios navajos, acaba de concluir una colección de unos 25 cuadros. En su casa de Los Pajares tenido de invitados a muchos amigos, como la escritora Zoe Valdéz o al propio Reinaldo Arenas, que empezó a escribir aquí Antes que anochezca, su biografía, cuando las terminó sintió que no quería seguir viviendo y se suicidó, no sin antes dejar patente todo su tormento sobre el exilio. La versión cinematográfica estrenada en 2000 fue interpretada por Javier Bardem. Vargas Llosa, que la vio con Camacho llegó a decir que nunca había visto una película en la que se atacara al régimen cubano con esa violencia sin decir ni una sola palabra sobre él. Aquí, en Doñana, en el 88 escribió la carta a Fidel Castro que se convirtió en un manifiesto que firmaron, entre otros Octavio Paz, Vargas Llosa o Juan Goitisolo.

Su encuentro con Doñana lo considera vital en su vida, más cuando le ha ido ofreciendo aquello que no encontraba en la orilla caribeña, porque se dijo que no volvería hasta que llegara el sistema democrático. "Andalucía es la sustitución de mi país, con el sol, la misma lengua, la gente cerca, las mujeres bellas... Me siento como en mi casa, tenemos aquí tan cerca a Sevilla, una ciudad formidable". Es de los que resume diciendo que vive en Almonte y trabaja en París.

En la actualidad uno de los proyectos que más entusiasmado le tiene es la puesta en marcha de la Pinacoteca de Almonte, en la que se cuenta con una sala permanente de la obra de Jorge Camacho, compuesta en parte por una obra donada por el propio artista. "Si todo marcha bien -dice- se seguirá ampliando, porque es el único museo contemporáneo en una ciudad como esta". Será, sin duda, un eslabón que le unirá permanentemente con este territorio de Doñana, con la cultura de esta provincia, con otros artistas y escritores que se han sentido cerca de él. Aquí también se ha producido la exposición Sur-Real, que recopila toda su obra existente en España, acercándola al público actual. Asegura que el surrealismo tiene aún muchas puertas abiertas y quien no lo entiende es porque no lo quiere comprender, "hoy sí hay muchas posibilidades de aprender, hay muchos medios, no lo entenderá a quien le falte curiosidad y eso sí es trágico".

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