Huelva

Cuando el agua llegaba a 12 de octubre

  • La plaza actual fue ganada a la Ría, donde se encontraba el Muelle del Estado en la zona del Arco de la Estrella.

Los onubenses nonagenarios aún refieren los relatos de sus mayores que hablaban de cuando el agua llegaba hasta la zona cercana a La Placeta. Todavía el callejero de la ciudad es generoso en algunos lugares y aquí mismo deja mención a ese tiempo de cuando la marisma le acariciaba y ahí está la calle de las Bocas, que alude a los reconocidos crustaceos.

Aquella Placeta siguió consolidada como espacio para la mercadería y desde aquí corría buscando la Ría la llamada Calzada, hoy la calle Marina. Desembocaba en un espacio abierto de trasiego marinero y alegre para la ciudad. Sería el espacio que hoy ocupa la Plaza 12 de Octubre, donde se levantó el Arco de la Estrella y el baluarte de defensa de la ciudad. Rogelio Buendía Abreu, en su novela Luz de 1922, refiere: "Allí precisamente en el sitio en que hoy se levanta el pequeño cuartel de Carabineros hace ya muchos años alzaba su silueta de piedra un pequeño fortín que todos conocimos con el nombre del baluarte... Adosada al muro de la referida fortaleza existían una gran puerta, obra sin duda de alarifes moros, por la que se entraba en la calle de la Calzada". Algunos datos más concretos para enlazar el lugar donde se encontraba el cuartel de carabineros se ofrecen en un artículo de Francisco Moreno Ortigosa, en el que dice sobre el cuartel que: "A principios de este siglo (se refiere al s. XX) todavía alcancé a ver el Cuartel de Carabineros que existía en el chaflán fementido que esquina la calle (de la Marina) con la avenida de Alemania".

En esta zona se levantó un baluarte con un muelle por orden del conde de Niebla a primeros de octubre de 1576, fechada en Sanlúcar de Barrameda en vista del "notorio daño" que los "moros corsarios" hacían en las cosas. El 4 de mayo de 1573 el cabildo de Huelva acuerda levantar una capilla en honor de Nuestra Señora de la Estrella en la misma Puerta del Mar -que era como se le concoía a esta zona-, para ello se serviría de las mandas "y otras cosas que hombres de la mar y personas particulares habían hecho y hicieren para tan santo efecto", quedando como patronazgo de la villa y dándose un carácter especialmente marinero.

Con esta capilla se conseguían los objetivos de que "son del servicio de Dios nuestro Señor, honra suya y aprovechamiento de todos los vecinos, estantes y contraestantes en ella porque... puedan oír misa y ver el Santísimo Sacramento desde la misma calle pública e calzada, e muchas personas que no oyen misa en días, la oirán e no quebrantarán los Santos Mandamientos", además, se acuerda que "se haga una capilla encima de la Puerta del Baluarte de la Calzada de ella".

La Calzada se había convertido en un entorno especial para el esparcimiento de la ciudad, ya en 1573 el cabildo afirma en la sesión capitular para levantar la capilla de la Estrella que se trataba de un "lugar tan público, a donde toda la gente concurre". Hay un interés claro por este lugar que lleva a los propios condes a que a principios del siglo XVII se realicen reformas en el Arco de la Estrella allí ubicado para presenciar los festejos que junto a él tenían lugar. En 1609 se realizó un gasto de 286 reales para sufragar obras en el Arco de la Estrella, entre las que se encontraba el mudar el balcón al objeto de colocarlo en el centro, para cuando "sus excelencias fueran a ver el puerto y mar y pudiesen estar cuando quisiesen, como lo hacen cada día, y para que vean las fiestas que en la dicha Calzada se hacen".

Lo ciertro es que este se convierte en un lugar especial y muy concretamente en tiempo de estio cuando la población busca el frescor de la Ría. Juan Agustín de Mora, a mediados del siglo XVIII, elogia este lugar: "A la verdad, sola la Calzada de Huelva es sitio de la mayor diversión. Da salida de esta a la Ría un espacioso arco, sobre el que está fundada una capilla de Nuestra Señora de la Estrella, que arruinó el terremoto del día primero de noviembre de 1755 y tenía dos balcones, uno que miraba a la playa y otro a la Calzada, ambos de la mayor diversión, así para ver las embarcaciones, y aun el pescado, que traían, como para verlo vender amontonado. El concurso de gente, y playeros es grande...".

Aquí en la explanada contigua al baluarte y Arco de la Estrella era lugar donde en los siglos XVI y XVII se corren los toros, y así lo manda el cabildo, por ejemplo, en 1627 cuando se acuerda que las celebraciones de toros "se hagan en la Calzada de esta villa donde se suelen hacer fiestas por ser la parte más apropósito desde lugar para ello".

Se aguardaba en este sitio la hora de la marea para que dejara más espacio y la plaza de toros se formaba con un cerco de barcos.

Este bauluarte era un lugar de defensa. La ciudad y su encontorno de la costa se defendía con las torres de la Arenilla y de Punta Umbría. Dos almenaras de especial entidad que servían para avisar del peligro de piratas a las poblaciones situadas a las orillas de la Ría del Odiel y el Tinto. Estas almenaras funcionaban como complemento defensivo al Baluarte de la Estrella, la Torre del Puntal y el castillo de San Pedro en Huelva.

Este era, por tanto, un lugar de defensa y diversión, pero también por donde entraba todo el tráfico marítimo de la población. En las imágenes que reproducimos, de 1860, se puede apreciar cómo los carros llegaban hasta la misma orilla. Es una estampa que más tarde, a principios del siglo XX, se verá en la llamada bajamar junto al muelle de la Compañía de Riotinto. Este es el llamado Muelle del Estado, era un espigón de tramos de madera y pilas de sillería, su cabeza no avanzaba más que hasta la bajamar, sin poder acercarse a él los buques de algún porte ni permitía por su escasa resistencia la circulación de vehículos de carga, sirviendo sólo para el servicio de pasajeros y de mercancias ligeras.

Lo cierto es que esta zona irá desapareciendo en el afán de la ciudad de ir ganando espacio a la marisma y acercándose más al río. La ciudad, en esa forma de conchena que decía Juan Agustín de Mora que tiene, irá rellenando la marisma corriendo en los dos ejes de la carretera de Gibraleón (avenida de Alemania) y la del Odiel (la de Italia), para ello servirá el desmonte de los cabezos, entonces se le decía peinar los cabezos.

La carretera del Odiel se plantea como una necesidad para conectar el puerto con la entrada de la ciudad, desde la zona del Punto. Este muelle se verá reemplazado con el tiempo y apartir de 1883 se crea el Dique de la Cabilla, donde se ubicará la nueva Pescadería que desde tiempo inmemorial se encontraba en la Calzada. Se libera este espacio portuario, luego vendrá el Muelle de Viajeros, hasta que se consolide la zona portuaria con el Muelle de Levante. Quedará entonces un espacio importante que se ha ganado para la ciudad. Aquí se ubican los Jardines del Muelle proyectado en los años veinte por Francisco Montenegro para zona de esparcimiento, como continúa siendolo hoy. Lo mismo que en antaño se celebraban aquí las fiestas, más tarde será esta zona lugar para las Fiestas Colombinas en los nuevos muelles, junto al frescor estival de la Ría. El Muelle del Estado había sido sustituido tras su desaparición por el Muelle de Viajeros, y discurría por la hoy avenida Sanlúcar de Guadiana. Una zona que quedará finalizada con el Muelle de Levante.

Se conformará aquí la Plaza 12 de Octubre que proyecta el Puerto de Huelva con motivo de la Exposición Iberoamericana de 1929 y se diseña un artístico conjunto de farolas y obeliscos que van a enmarcar la entrada del Puerto. Aquella plaza que debió ser una gran rotonda nunca tuvo la aportación de terreno del Ayuntamiento y quedó en este semicírculo desde donde parten las avenida de Italia y Alemania en el nuevo bulevar que pretende unir la zona del nuevo mercado del Carmen con todo el recorrido hasta la sede de Aguas de Huelva. La Plaza 12 de Octubre constituyó el punto de origen del servicio del transporte urbano, que se desplazó hacia la nueva estación de autobuses interurbano, en 1994, en el nuevo bulevar.

El primer edificio importante que se construye en la Plaza 12 de Octubre es la Aduana, en 1949, quedará una nueva perspectiva a la zona. Más tarde la ciudad comienza aquí a crecer en vertical, y en el Archivo Municipal se guardan los expedientes del que será el edificio más alto, con veinte plantas, concluido en 1971.

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