La mujer acuchillada por su ex marido muere horas después del brutal ataque
Julia Madruga no consiguió testigos en el último juicio que tuvo contra su presunto asesino por amenazas de muerte · La familia de la víctima denuncia que las medidas de protección no han servido
Julia Madruga Benítez (56 años) no logró sobrevivir al brutal ataque sufrió en la tarde del pasado jueves. Su ex marido, Cayetano G.M., la cogió por sorpresa cuando se encontraba en una habitación de la clínica Blanca Paloma junto a su madre enferma y presuntamente la cosió a puñaladas por todo el cuerpo. Eran las 19:00.
El equipo médico del Hospital Juan Ramón Jiménez, que la asistió e intervino de inmediato, no pudo hacer nada por mantenerla con vida pese a los esfuerzos. Ya de madrugada, apenas siete horas después de la agresión, Julia fallecía a consecuencia de las gravísimas lesiones que dejaron en su cuerpo la ristra de cuchilladas que presuntamente le asestó el hombre con el que había compartido su vida hasta hace diez años, cuando el matrimonio se separó.
Los concentraciones de condena por el crimen y los gestos de solidaridad con la familia Julia (tercera víctima mortal de la violencia de género en Andalucía en este 2010) se sucedieron por toda la provincia y estallaron en Lepe, donde Julia había nacido, y en la capital.
Al parecer, Cayetano siguió a su ex mujer a la clínica para cumplir con sus amenazas. No era la primera vez que el presunto asesino echaba mano de la violencia. De hecho, tenía una orden de alejamiento desde comienzos de año. Sin embargo, según confirmaba ayer su compañera de trabajo en el Teléfono de la Esperanza, Ana María López, también había llevado a juicio a su ex marido al ser consciente de las amenazas de muerte que había proferido contra ella pero no tuvo respaldo. "Las amenazas de muerte a ella le habían llegado, pero las personas ante las que él había manifestado su intención de matarla, cuando se celebró el segundo juicio no quisieron testificar", aseguró.
La mujer consiguió llevarlo a juicio por "romperle la cara" el pasado agosto, según fuentes familiares, pero no fue capaz de probar ante un juez la intención de su ex marido de asesinarla, como efectivamente ocurrió hace dos días, informa Efe.
Aunque la pareja se separó hace una década, hace cinco años Julia volvió a acogerlo en su casa "por pena" hasta hace aproximadamente un año y actualmente tenía una nueva pareja, informaron fuentes de la familia de la víctima.
En la actualidad, el presunto agresor vivía en Lepe (de donde también era originario) con una hija, mientras que la mujer residía en el complejo turístico de Islantilla, a unos seis kilómetros de distancia. "Él estaba muy celoso de ella, y nos temíamos que iba a pasar algo así", señalaron las mismas fuentes, que han lamentado que las medidas judiciales puestas en marcha para evitar el desenlace no han sido efectivas.
En su localidad natal, cientos de personas y representantes de colectivos sociales se concentraban al mediodía de ayer para en repulsa por el crimen a las puertas del Ayuntamiento de Lepe, que ha decretado una jornada de luto.
El alcalde, Manuel Andrés González, expresó "el dolor y la rabia de saber que la vida de esta mujer lepera se ha ido porque un verdugo ha querido acabar con su vida, asesinándola a puñaladas". Tras manifestar "la más absoluta y rotunda repulsa hacia este brutal acto de violencia de género", mostró la solidaridad de Lepe con la familia de Julia, madre de tres hijos, "una mujer vitalista, alegre, sociable y emprendedora", al tiempo que lamentó que "aunque en los últimos tiempos se han conseguido logros importantes en relación a la defensa de los derechos de las mujeres, aún queda mucho camino por recorrer y la prueba la tenemos aquí, en un día que se ha teñido de luto".
La Subdelegación del Gobierno indicó que el presunto asesino permanecerá ingresado (se autolesionó tras atacar a su ex mujer) en un centro hospitalario previsiblemente todo el fin de semana por recomendación médica y que, de momento, no pasará a disposición de la autoridad judicial.
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