Huelva

Yolanda y Rafael, los héroes que Huelva envió a una devastada Turquía tras el terremoto

Rafael Rivas y Yolanda López, ambos en el hospital de campaña de Turquía.

Rafael Rivas y Yolanda López, ambos en el hospital de campaña de Turquía. / M. G.

Un sí rotundo a salvar vidas. Turquía les pedía su mano y ellos se la tendieron desde Huelva. La enfermera Yolanda Amalia López Ventrone y el técnico de Farmacia Rafael Carlos Rivas Gil, del Hospital Universitario Juan Ramón Jiménez, se desplazaron a la ciudad turca de İskenderun en misión humanitaria tras el terremoto que asoló el país el pasado 6 de febrero. Una experiencia que, según cuentan a Huelva Información, les ha cambiado la vida. 

Ambos profesionales forman parte del Equipo Técnico Español de Ayuda y Respuesta a Emergencias (Start por sus siglas en inglés Spanish Technical Aid Response Team), dependiente de la Agencia Española de Cooperación Internacional (Aecid). Al mismo hay que inscribirse en convocatorias periódicas y, tras ser aceptados, los miembros reciben formación de cara a misiones humanitarias en zonas donde se ha producido una catástrofe.

Hospital de campaña en Turquía. Hospital de campaña en Turquía.

Hospital de campaña en Turquía. / M. G.

Yolanda López entró "en shock" cuando recibió la llamada, reconoce a este diario, pero "no dudé en que tenía que viajar a Turquía para ayudar a las personas". Acudió en la segunda rotación -son turnos de 15 días-, desde el 22 de febrero al 9 de marzo, y lo hizo como enfermera quirúrgica. 

"Lo primero que piensas es cómo voy a funcionar con otros profesionales de otros puntos del país a los que ni conocemos", coinciden los dos sanitarios de la provincia onubense. Dudas que se disiparían a los pocos minutos de llegar al hospital de campaña. "Allí no hay roles y comprendes que formas parte de un equipo multidisciplinar en el que todos vamos a una y que, además, formamos una gran familia", relatan.

Es por ello que, pese a que Yolanda López tuvo que hacer frente a cesáreas, curas con anestesias o intervenciones de traumatología, sus ocupaciones iban más allá de lo que se le presupone a una enfermera quirúrgica. "Triajes, desinfección de material, ayuda a bomberos e, incluso, cocina", recuerda la enfermera, quien añade, además, "todo lo que demandaba el pueblo turco". "Hemos llegado a atender en un día hasta 300 pacientes", apunta.

Rafael Rivas, que acudió en la tercera rotación a ese mismo punto, se encargaba de asegurar todo el abastecimiento de medicamentos y productos sanitarios, incluidos aquellos para los pacientes crónicos que se desplazaban al hospital de campaña para su medicina. 

Rafael Rivas en la farmacia del hospital de campaña. Rafael Rivas en la farmacia del hospital de campaña.

Rafael Rivas en la farmacia del hospital de campaña. / M. G.

Si bien es cierto que ambos profesionales ejecutaron funciones diferentes, también lo es el hecho de que compartían los 'turnos de 24 horas'. Tenían sus descansos, pero estaban siempre operativos para la población que les requiriese, un gesto que los propios turcos apreciaban mucho. Muestra de ello era el continuo cariño con el que se dirigían a ellos.

"Hemos dado mucho, pero hemos recibido más", expresa Rivas, al tiempo que pone de manifiesto "esos abrazos que te daban fuerza para dar todo lo que teníamos". Precisamente, los abrazos y la bendición de una señora mayor eran el "chute de energía" que todos los días recibía Yolanda López, quien encontró un gran apoyo en esta mujer.

Yolanda López junto a la señora que conoció en Turquía. Yolanda López junto a la señora que conoció en Turquía.

Yolanda López junto a la señora que conoció en Turquía. / M. G. (Huelva)

Las gracias de las población también se materializaban en regalos. "Con la primera cesárea, una familia nos regaló un cordero", recuerda López, quien enumeraba los muchos presentes de unos vecinos que, "pese a haberlo perdido todo, nos daban aquello que tenían, desde un saco de patatas a unas mandarinas".

El hospital de campaña en el que trabajaban los dos sanitarios del hospital Juan Ramón Jiménez se componía de tiendas de arco inflable que aunaban una zona asistencial o, lo que es lo mismo, el hospital con hasta una veintena de camas de hospitalización, y un espacio con comedor y ducha; además de una despotabilizadora y grupos electrógenos, que les permitían llevar a cabo todo tipo de cometidos y acciones.

En la zona en la que se desplegaba el grupo Start, según explica el farmacéutico del hospital onubense, "habían caído dos de los tres hospitales que había, mientras que ese tercero funcionaba al 35%". "Es ahí y cuando entras en contacto, en el día a día, con los pacientes, las patologías y, sobre todo, con las historias de las personas, cuando eres consciente de todo lo que sucedía en Turquía", narra.

Yolanda López junto a varios compañeros. Yolanda López junto a varios compañeros.

Yolanda López junto a varios compañeros. / M. G.

Los medicamentos no eran infinitos y los mismos tenían que servir tanto para situaciones de urgencia como para pacientes crónicos. Por tanto, aunque "desde España se traía mucha medicación", fue muy importante la ayuda turca, así como el ingenio y la creatividad de los profesionales. "Recuerdo a un niño que requería un inhalador y, como no disponíamos de más cámaras, tuvimos que improvisar para él una especie de careta con una cámara de inhalación para adultos", recuerda Rafael Rivas.

Historias como esta no se borran de los recuerdos de estos profesionales. No olvida así Yolanda a un niño que, en silla de ruedas con una férula puesta, "lloraba tras perder a su hermana y sus padres". "Se te encoge el corazón", finaliza tras recordar su experiencia en triajes, "donde las personas acudían también para hablar contigo y contarte sus historias".

Los profesionales sanitarios en el hospital de campaña. Los profesionales sanitarios en el hospital de campaña.

Los profesionales sanitarios en el hospital de campaña. / M. G.

Para Rafael Rivas ha sido "una de las mejores experiencias de mi vida", la cual "volvería a repetir". Cuando se bajó del tren a su regreso, el farmacéutico asegura que "pensé que nos quejamos por nada, después de venir de un sitio en el que las personas lo habían perdido todo". Una percepción que también comparte Yolanda López, quien destaca "la gran suerte que tenemos de tener de todo", pues "además se nos olvida disfrutar de todo cuanto tenemos".

La misión que emprendieron hace ya cuatro meses estos dos sanitarios no se entiende sin la labor altruista de ambos. Como tampoco se explica sin el cariño, el amor y el mimo con el que desempeñan su profesión en Huelva. Se trataba de trasladar a una zona devastada el carácter y la energía con la que cada día llegan al hospital Juan Ramón Jiménez. Y lo consiguieron. 

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