El Yeyo se exculpa del robo con una coartada y su colaborador lo confiesa

Sergio Mora presenta en el juicio a dos testigos que afirman que el acusado estaba en Madrid cuando se perpetró el atraco · Algunas grabaciones del interior del edificio judicial no aparecen en el juicio.

La azotea del Palacio de Justicia de Moguer, por la que los ladrones accedieron al interior tras descolgar una cuerda por uno de los huecos.
M. Rosa Font / Huelva

26 de noviembre 2010 - 01:00

El dispositivo policial doblaba al público en el segundo y definitivo intento del Penal 3 por enjuiciar a los tres acusados en el asalto a la sede judicial de Moguer (marzo de 2007), en el que se robaron siete de los ocho tomos de un macrosumario por narcotráfico y blanqueo de capitales que se instruía por entonces en el Primera Instancia e Instrucción 2. En esta causa estaban imputadas más una veintena de personas, entre las que figuraban algunos de los procesados que ayer se sentaban en el banquillo de una minúscula sala de vistas de diseño Ikea en la quinta planta del viejo Palacio de Justicia: Sergio Mora Carrasco, El Yeyo, el que durante años fue uno de sus más estrechos colaboradores J.B.E.M., El Jony, y un tercer adjunto al traficante , A.R.

Un año después de que la vista quedara en impasse, el hombre que provocó el parón con unas declaraciones sorpresa que provocaron una investigación paralela para determinar nuevas imputaciones (finalmente se cerró sin novedades), vuelve a sorprender: el ex lugarteniente de El Yeyo se confiesa ante la juez y admite su participación en el robo. "No quiero continuar con esto, que me condenen: soy autor". El Jony no dijo ni media palabra más y se negó a dar explicación alguna sobre la polémica declaración que hizo en octubre de 2009 y la presunta participación de sus compañeros de banquillo. A partir de ese momento, el ex colaborador de El Yeyo y su abogado fueron convidados de piedra en una sesión que se prolongó hasta casi seis horas.

Sergio Mora, por contra, negaba la mayor afirmando que nada tuvo que ver con aquel asalto a la sede judicial, ni en primera persona ni por encargo. "Yo no he robado nada ni he pagado nada a nadie para que lo haga". El Yeyo se presentaba ante la juez con una coartada perfectamente hilada por su defensa: aquel fin de semana en el que se produjo el robo estuvo en Madrid por negocios y no regresó hasta la tarde del lunes 5 de marzo de 2007, horas después de que se descubriera el asalto cuando el juzgado abrió sus puertas.

Mora llevó dos testigo: un trabajador de la empresa de compraventa de vehículos que regentaba en aquella época y una persona que se presentó como propietario de una empresa de coches, que había contactado con El Yeyo para comprarle un vehículo de alta gama, que afirmó que había una factura de la operación (que no presentó). La coartada de El Yeyo llegaba documentada con el recibo de un hotel de Madrid, en el que dijo que habían dormido la primera noche (la segunda los acogió en su casa el comprador al que acababan de conocer), y con otras dos facturas por la compra de sendos relojes.

El saqueo de la sede judicial de Moguer se produjo en la noche del 4 de marzo de 2007. Los ladrones accedieron al edificio desde un solar próximo, en el que el equipo de Criminalística de la Guardia Civil localizó pisadas de un acusado y un furgón al que supuestamente se subieron para acceder a la azotea del Palacio de Justicia. "Sólo hay que dar un salto", dijo el investigador.

En la azotea del edificio hay al menos un hueco parapetado con barrotes de hierro (se muestra en la fotografía que ilustra esta página), desde donde se entró al edificio tras abrir un hueco con una sierra, que Criminalística también encontró y QUE tenía restos que pertenecían a J.B.E.M. Desde este punto del patio, los acusados supuestamente descolgaron una cuerda por el hueco y, una vez abajo, rompieron una ventana para entrar en las dependencias judiciales.

De las grabaciones que existen del momento del robo no se ha podido hacer ninguna identificación ya que las imágenes están oscuras con la excepción de algunos destellos de linternas, indicó la Policía Judicial. Lo más llamativo es que los ladrones fueron directamente al lugar en el que se encontraba el sumario, que los agentes judiciales habían camuflado en un lugar que conocían pocas personas. "Los asaltantes sabían perfectamente donde ir, no hemos podido investigar del todo y el interrogante ha quedado", concluyó el informe realizado por la fiscal.

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