Huelva

War Room: entrenarse o cómo triunfar en política

  • Los políticos necesitan trabajar, ensayar y estar preparados para atender a los medios porque la improvisación es garantía de fracaso

Ronald Reagan, modelo de presidente dominador de la puesta en escena.

Ronald Reagan, modelo de presidente dominador de la puesta en escena. / Efe (Huelva)

En 1983, Ronald Reagan celebraba en televisión un debate electoral con su oponente, el demócrata Walter Mondale. Un periodista le pregunta: “¿No cree, presidente Reagan, que la edad es un problema para usted? A lo que éste responde: “no señor, la edad no es un problema para mí. No voy a permitir que en esta campaña se haga de la edad un tema político y perjudicar a mi oponente por su juventud e inexperiencia”. Todo el mundo ríe en el set de televisión, incluido el propio aludido. En sus memorias, cuando ya estaba retirado de la política, Mondale explicó que se reía sólo con la boca y por dentro lloraba, porque comprendió en ese instante que acababa de perder las elecciones.

Reagan trasladó sus dotes de actor a la política y logró convertirse en uno de los presidentes más populares de EEUU. Preparaba todas sus intervenciones para luego interpretar el papel de presidente, justo lo que hizo en ese debate. Reagan llevaba la pregunta de la edad preparada, se anticipó a las intenciones del sagaz periodista, y acertó. Eso es media training.

Los medios de comunicación tienen un papel determinante en el proceso de construcción de la imagen de un dirigente político. Pero para enfrentar a la prensa con éxito hay que entrenarse, igual que un atleta se ejercita con disciplina antes de correr una maratón. Y, sin embargo, todavía muchos políticos acuden a los medios de comunicación sin tener claro a dónde van, para qué van o, lo que es peor, qué quieren decir. Atender a un medio de comunicación y salir airoso sólo tiene un secreto: estar preparado.

En la política actual, sobre todo en tiempos de campaña, los candidatos se entrenan para ofrecer ruedas de prensa y entrevistas en medios de comunicación. El entrenamiento incluye todos los aspectos que ayudan al candidato a comunicarse mejor con los electores.

Media training es una expresión anglosajona que se traduce literalmente como “entrenamiento en o para medios”, y designa la técnica empleada por expertos en medios de comunicación en el entrenamiento de políticos. En la mayoría de los casos, las consultoras especializadas trabajan con cada dirigente para optimizar los recursos a los que se les puede sacar partido y perfeccionar sus carencias mediante el entrenamiento y la capacitación. Tras asistir a sesiones de media training, los políticos adquieren habilidades individuales en expresión, creatividad en la forma de contar y técnicas de argumentación efectivas. No se trata de cambiar al candidato, sino de trabajar con los mimbres que existen. Como dicen los consultores, be yourself (sé tú mismo).  

Comunicar, no responder

“A las entrevistas no se va a responder preguntas, sino a comunicar mensajes”, afirma el especialista en media training y debates Javier Maza. En esa misma línea se pronuncia el media trainer Yago de Marta: “Si crees que se trata sólo de responder preguntas es que no te enteras de nada. Son necesarios tres mensajes, que se van colocando durante todo el discurso de manera sistemática y sostenida, con aportación de valor continua. Lo que te hace ser sólido en una entrevista es que seas capaz de ser eso que dices, porque lo eres, porque lo llevas de casa”.

Mediante simulacros en tiempo real, se pretende que el político pierda el miedo que provoca enfrentarse al periodista y a las audiencias. Se trabaja tanto el lenguaje verbal como el corporal mediante la recreación de entrevistas en estudios de radio y televisión. La idea es corregir errores e ir dotando a la persona de confianza y seguridad. “Acción, repetición, acción… así hasta que sólo haya buenas respuestas”, revela de Marta.

El manejo del cuerpo es imprescindible para cualquier orador. El media training ayuda a conocer y a dominar los puntos de apoyo, la distribución de la energía, así como una respiración correcta para conservar el control físico y mental y facilitar la expresión oral. Otros aspectos que se trabajan son la mirada y la postura frente a un auditorio, así como todo lo relacionado con la imagen física y el vestuario.

Manejar la proxemia, es decir, la relación con el espacio, permitirá al político no sentirse intimidado y, en el mejor de los casos, podrá intimidar al otro. El control de las distancias íntima y personal inciden directamente en la emisión y claridad del mensaje.

Conocer la propia voz y dominarla con técnicas de relajación; la articulación, la entonación y los silencios del discurso, así como la elección de las palabras y hasta el tamaño de las frases son aspectos que se entrenan para lograr el objetivo de seducir al electorado. “Para ganar una elección hay que llegar al corazón de la gente. Todos los candidatos que han ganado han conquistado el corazón de los electores, incluido Donald Trump”, asegura Javier Maza.

Pero no vale con cautivar a la audiencia. En este proceso de seducción, “también hay que conquistar a los periodistas. Obama, Macron y Trudeau enamoraron a la prensa y ganaron”, afirma el periodista Óscar Díaz.

Estos expertos coinciden en que, para triunfar ante los medios de comunicación, se trata de tener el control de la entrevista en todo momento, y eso se logra con “preparación y prudencia”. Por tanto, queda absolutamente descartada la improvisación. En este punto, Javier Maza lo tiene claro: “Si te hacen una pregunta y no la sabes, repite lo que ya dijiste o di que no lo sabes, pero no improvises. Meter la pata puede ser el primer y el último error en una campaña”.

Junto a la improvisación, el otro gran error en las intervenciones ante los medios de comunicación es hablar por hablar. En opinión de Yago de Marta, “si el político habla de sus historias, está perdiendo el tiempo. Tiene que hablar de los problemas de la gente, de las metáforas de la gente, de las historias de la gente. Todo lo demás, es equivocarse”.

La política es una carrera exigente y no hay margen para el error. Eso al menos opina el experto Daniel Ivoskus: “Entrenarse para hablar en público es esencial en la carrera de un político. Si no se entrena, está jodido. Del ridículo no se vuelve”.

www.charotoscano.com

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