WWF cree que el arreglo de ocho puntos negros reducirá la mortandad un 90%
Ecologistas en Acción apuesta por la conectividad, la reintroducción del conejo, y la limitación y el control de la velocidad
Para evitar un daño irreversible, WWF exige tanto a la Consejería de Fomento como al Ministerio de Fomento que arreglen de inmediato los puntos negros en las carreteras para evitar nuevos atropellos del felino más amenazado del mundo.
Según Ramón Pérez de Ayala, "sólo con estas actuaciones, se reduciría un 90% la mortandad de linces por esta causa". Aunque, según advierte, arreglar los puntos negros no es suficiente para solucionar el problema a medio y largo plazo, ya que es "imprescindible" ejecutar medidas de permeabilización, como pasos de fauna y una correcta planificación territorial. Para lograr todo esto, son necesarios "fondos adicionales".
La corrección de puntos negros, tal y como advierte el portavoz de Ecologistas en el Consejo de Participación de Doñana, Juan Romero, debe ir acompañada por la recuperación de hábitat de todos los corredores ecológicos, logrando así la conectividad. "Si sales de Doñana, que es un zoológico, te encuentras carreteras, autopistas y zonas de cultivo. La fauna salvaje, entre ellos los linces, lo tienen muy difícil para salir y conquistar nuevos territorios. Si un lince quiere ir del Rocío al Castillo de las Guardas o a la Sierra de Aracena es imposible porque tiene que atravesar muchas barreras", explica.
Esto se arreglaría, a su juicio, creando carreteras para fauna. Estas vías, en lugar de llevar asfalto, estarían sustentadas por reforestaciones, especies arbóreas y arbustivas, y discurrirían por los arroyos y las riveras.
Junto a la recuperación de hábitat, Romero apuesta por la reintroducción del conejo y por propiciar una alianza con los cazadores para intentar, entre todos, que se recuperen estos animales ya que, de lo contrario "fracasaremos todos", advierte. Junto a estas dos medidas, aboga por la continuidad de las campañas de educación ambiental y sensibilización, limitando la velocidad o controlándola en aquellos puntos que son sensibles pero de una manera "eficiente", ya que hay señales de paso de fauna o de lince, con limitación a 50 que no se respetan.
Se trata, según explica, de lograr implicar a la población, para que colabore y sea respetuosa con estas medidas. "Hay que lograr que la sociedad no las vea como un fastidio, sino como una oportunidad. Porque el lince y los espacios protegidos siempre son un yacimiento de empleo", asegura.
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