Huelva de ayer a hoy

La Virgen de la Cinta, peregrina en el V Centenario

  • Hoy, rogativa en El Conquero. A las 20:30 tendrá lugar la salida de la Virgen de la Cinta para presidir el santo rosario pidiendo el don de la lluvia, que convoca el obispo Santiago Gómez Sierra

La Virgen de la Cinta llegando a su snatuario tras la peregrinación por las parroquias en 1991.

La Virgen de la Cinta llegando a su snatuario tras la peregrinación por las parroquias en 1991. / Eduardo Sugrañes

La Virgen de la Cinta ha estado siempre en el latir de la ciudad, en los momentos difíciles y en esos otros de grandes acontecimientos vividos, tanto en lo espiritual como de la sociedad civil, pero eso lo veremos en otro momento. Ahora es la rogativa por el don de la lluvia a la que ha convocado el obispo Santiago Gómez Sierra a todos los fieles en un santo rosario que tendrá lugar hoy, a las 20:30, y presidirá la Virgen Chiquita de la Cinta en una salida de su santuario que recorrerá el paseo de la Procesión de los Marineros.

Si la peregrinación penitencial y de rogativa de las misiones de 1952 traerían luego a Huelva la alegría de la creación de su diócesis, en los años noventa del siglo pasado la Virgen de la Cinta, como estrella de la evangelización, centró los grandes acontecimientos de la celebración del V Centenario del Descubrimiento y Evangelización de América, compartido en la provincia con otras devociones marianas y marineras de gran fuerza espiritual como fueron Montemayor, la Bella, Angustias, Milagros, y Rocío.

En la tarde del 9 de septiembre de 1991 la Virgen de la Cinta atravesaba el arco de su blanco santuario, las campanas de la espadaña se volvían locas de alegría, se iniciaba una peregrinación por las parroquias de la ciudad previa a su coronación canónica enmarcada en la celebración de los Congresos Internacionales Mariano y Mariológico, era la continuación de la misión general evangelizadora que se celebró en nuestra ciudad y concluyó en enero. La capital, toda la diócesis de Huelva, se disponía a vivir el acontecimiento mariano más importante de su historia. Los onubenses entendieron esa relevancia y la peregrinación de la Virgen de la Cinta supuso un acontecimiento que hoy se recuerda con intenso gozo.

La Virgen Chiquita de la Cinta portada en una sencillas andas, solo en su templete con toda sobriedad, sin su paso para poder entrar en todas las parroquias donde se recibía con un amor desmedido, se demostraba en altares profusos de cera y flores. No había duda alguna que Ella es la gran devoción mariana de los onubenses que de siempre la tuvo de Patrona, como faro que alumbra desde El Conquero el navegar de esta ciudad.

La peregrinación que dirigió el jesuita padre Huelin culminó el 22 de diciembre, previa a la fiesta de la Navidad, como ocurriera en 1918 cuando la Virgen bajó a la parroquia de San Pedro por la pandemia de la gripe.

La Virgen de la Cinta llegando al convento de las Oblatas, en 1991. La Virgen de la Cinta llegando al convento de las Oblatas, en 1991.

La Virgen de la Cinta llegando al convento de las Oblatas, en 1991. / Eduardo Sugrañes

La última visita fue a las Madres Oblatas, allí el padre Juan Mairena Valdayo, coordinador de los congresos e impulsor de todos los actos religiosos que se llevaron a cabo, dijo ante la Virgen que los onubenses habían sido en esta peregrinación “apóstoles de tu amor”; “ahora sí que te podemos coronar”, será “una corona del corazón de tus hijos”.

San Juan Pablo II arrodilla ante la Virgen de la Cinta, agarrado a su paso. San Juan Pablo II arrodilla ante la Virgen de la Cinta, agarrado a su paso.

San Juan Pablo II arrodilla ante la Virgen de la Cinta, agarrado a su paso. / Arturo Mari · Archivo Sugrañes

En esta alegría llegó el 26 de septiembre de 1992 y se coronó en la avenida de Andalucía, en un acto multitudinario sin igual, la hermandad presidida por su hermano mayor Julio Buendía González, con la presencia del obispo Rafael González Moralejo y el nuncio de Su Santidad Eduardo Martínez Somalo, que en nombre y autoridad del Santo Padre San Juan Pablo II coronó a la Virgen de la Cinta.

Estas peregrinaciones tendrán su momento culmen con el traslado de la Virgen de la Cinta para presidir el 14 de junio de 1993 el acto central en la diócesis de Huelva de San Juan Pablo II, nunca se había visto a un papa arrodillado y agarrado a un paso como fue ante la Virgen de la Cinta. No estaba marcado en ningún protocolo, el papa quiso estar profundamente metido en el sentimiento mariano de Huelva que representa la Virgen de la Cinta.

La Virgen de la Cinta en la parroquia de los Dolores en la peregrinación de 2003. La Virgen de la Cinta en la parroquia de los Dolores en la peregrinación de 2003.

La Virgen de la Cinta en la parroquia de los Dolores en la peregrinación de 2003. / Josué Correa

Posteriormente, la celebración del cincuentenario de la diócesis de Huelva tuvo su preparación con una misión evangelizadora de la Virgen de la Cinta por las parroquias de la ciudad en 2003, promovida por el obispo Ignacio Noguer Carmona, siendo hermano mayor José Luis Gallardo Alcañiz. Una peregrinación que se inició el 11 de octubre de 2003, víspera de la llegada a América de los marinos de nuestra costa y para retornar el 16 de noviembre, con el objetivo de “reanimar la fe de sus hijos en el cincuentenario de la Diócesis”.

Es significativo ver cómo la Virgen de la Cinta peregrinó por la ciudad en 1952 el año anterior a la creación de la Diócesis, lo que se venía esperando desde el siglo XIX. Recibió al cardenal Pedro Segura y Sáenz, arzobispo de Sevilla, el 26 de febrero de 1952 y al primer obispo de Huelva, Pedro Cantero Cuadrado, que visitó su santuario como primer acto nada más entrar en la Diócesis, él promovió su bula de Patrona canónica de la ciudad dada a conocer a su marcha, el 29 de junio de 1964, siendo traslada la Virgen ese día a la Catedral de Huelva.

La Virgen de la Cinta en la proclamación de la bula de su patronazgo canónico y la despedida del obispo Cantero, en 1964. La Virgen de la Cinta en la proclamación de la bula de su patronazgo canónico y la despedida del obispo Cantero, en 1964.

La Virgen de la Cinta en la proclamación de la bula de su patronazgo canónico y la despedida del obispo Cantero, en 1964. / Archivo Hermandad de la Cinta

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