Por segundo año consecutivo, las instalaciones del colegio Reyes Católicos dejan de ser un lugar para la enseñanza y pasan a ser el escenario de los juegos y actividades de la Escuela de Verano Cristina Pinedo. Desde el pasado 27 de junio, 30 niños, con edades comprendidas entre los 6 y los 12 años, asisten de lunes a viernes a este campamento municipal, donde pasan toda la mañana.

Según explicó Antonio Gutiérrez, uno de los monitores, "nuestra metodología es no obligar a nada. Diviértete y convive es la filosofía que aplicamos". Los niños, que pasan desde las 10:00 hasta las 13:00 en la escuela, pueden divertirse con diferentes propuestas, de las que ellos eligen la que prefieran. "Si los niños descansan de la escuela y los deberes en vacaciones, tratamos que también descansen aquí de ser obligados a hacer algo" afirmó Gutiérrez.

El campus fomenta valores como la solidaridad y el respeto a través de juegos

Las actividades y juegos llevados a cabo siempre buscan fomentar valores como el respeto, la cooperación, el compañerismo o el trabajo en equipo, sin olvidar elementos esenciales como el deporte, el medio ambiente, el arte o la cultura. Entre los planes que se llevan a cabo en la escuela de verano se encuentran: excursiones a la playa, ir al cine o a la piscina. Además, en el patio del Reyes Católicos se realizan también juegos de agua para que los niños se refresquen y se diviertan a la vez.

Este año, la escuela de verano cuenta con la presencia de una monitora de la asociación Asperger Huelva Aosa-Tea, Juani Ponce, que es la encargada de integrar a los niños con Asperger, y mediar entre todos para que haya una perfecta convivencia.

Ayer por la mañana, la concejala de Políticas Sociales e Igualdad, Alicia Narciso, visitó la escuela de verano y compartió un rato con los niños. "Una de las características de esta escuela es que se promueve la integración de niños y niñas de la barriada con otros menores inmigrantes y pequeños que padecen el síndrome de Asperger". explicó la edil. Gracias a esta iniciativa, los niños y niñas que asisten, encuentran una manera productiva de ocupar su tiempo libre en vacaciones, poniendo a su disposición los materiales, medios y recursos para ocupar toda la mañana.

La concejal recordó que hasta el pasado año la zona del centro Cristina Pinedo no disponía de este tipo de escuelas de verano para los más pequeños. Una oferta lúdica y formativa con la que se presta un servicio muy importante a una treintena de familias, a las que se les facilita la conciliación familiar en esta época del año. De esta forma, mientras los padres trabajan, los niños se divierten y pasan una entretenida mañana.

"Nos gusta venir porque nos lo pasamos bien y preferimos estar aquí en lugar de pasar la mañana solos en casa aburridos." afirmaron Sara y Encarnación, dos niñas de 12 años que participan en la escuela de verano. "Nos sentimos muy a gusto con los profesores, son muy cariñosos con nosotros, los queremos como a unos padres" explicaron las jóvenes.

Ésta es una de las seis escuelas de verano y cinco de inclusión social que ha puesto en marcha el Ayuntamiento este verano, en las que participan alrededor de 500 niños de la capital onubense. Una iniciativa que no sería posible sin la ayuda de diferentes entidades de la capital.