Verano y turistas: carteristas al acecho

Aunque las denuncias por hurto se redujeron el verano pasado un 1% en Huelva, hay que extremar las precauciones Más de mil agentes trabajan por la seguridad de locales y visitantes

Raquel Rendón Huelva

01 de agosto 2016 - 01:00

Verano, calor, vacaciones y... carteristas. Son los reyes del mambo en época estival y se mueven como Pedro por su casa en los lugares donde más afluencia de visitantes hay. Se aprovechan de los despistes y tienen la capacidad de amargar el dulce tiempo de ocio hasta al más pintado. La aseguradora CPP España apunta a datos del Ministerio del Interior para evidenciar la problemática que los carteristas, esos seres que viven al acecho, provocan en los núcleos más turísticos. Y no sólo en territorio onubense, cuando miles de personas deciden aprovechar sus vacaciones veraniegas disfrutando de nuestros atractivos territoriales, sino también cuando viajamos al extranjero.

Así, afirma la multinacional de origen británico que los robos de billeteras y efectos personales sufrieron un incremento del 3,5% en el tercer trimestre del pasado año. No obstante, en Huelva descendió la cifra un 1% respecto al primer trimestre y a esta provincia corresponden sólo cinco de cada cien hurtos de este tipo que se llevaron a cabo en Andalucía. Sólo el verano pasado, los hurtos se desplomaron en nuestra provincia un 11,2%, pasando de los 4.845 de 2014 a un total de 4.300, según los datos del Ministerio del Interior. Eso sí, aquí no sólo se incluyen las denuncias relativas a las fechorías de los carteristas, sino también todas aquellas sustracciones llevadas a efecto en locales comerciales por un valor inferior a los 400 euros.

Para combatir a los carteristas están los Cuerpos y Fuerzas de Seguridad del Estado. Ellos, que son más de mil distribuidos por las zonas calientes de la provincia a lo largo del verano, son los encargados de disuadir a los cacos, de detenerlos y cortarles las alas. Son 897 agentes de la Guardia Civil y 162 de la Policía Nacional que, en el marco del plan Turismo Seguro de la Subdelegación del Gobierno en Huelva, protegen a turistas y locales de los ataques de los carteristas y otros tantos delincuentes.

La presencia de estos ladrones es más frecuente en las zonas costeras, como las provincias de Málaga, Cádiz y Almería, cuyo número de denuncias por hurto crece en verano un 10%, un 8% y un 6% respectivamente respecto al primer trimestre del año. En Sevilla se registraron en el tercer trimestre de el año pasado un 21% de las denuncias por hurtos de toda Andalucía, a pesar de que la provincia sufre el mismo fenómeno de reducción de denuncias que Córdoba (-7%), así como de Jaén (-3%) y Granada (-8%). El caso de Huelva no sigue esta regla ya que, a pesar de que el verano para la provincia supone un aumento en materia de población y turismo, se percibe un ligero descenso en la cantidad de denuncias por este tipo de delitos.

En el resto de España se produce un fenómeno parecido. El verano y las festividades con afluencia masiva de público son un caramelito para los cacos y la estadística de hurtos sube. La que más sufre esta lacra es Cataluña. Su capital, Barcelona, es conocida por la gran cantidad de carteristas y la catalana es la región en la que más hurtos se han denunciado a las fuerzas policiales, con una cuarta parte del total en todo el territorio nacional. En verano se incrementan un 5%.

Si hay una fiesta estival por excelencia ésa es la de San Fermín. Así que Navarra llega a experimentar en verano un incremento del 36% en estas denuncias respecto al primer trimestre de 2015. Es el caso contrario que otras comunidades como Madrid, que ve reducido el número un 17% en el tercer trimestre por el éxodo poblacional a zonas costeras. Aun así, el total de este tipo de delitos se ha visto incrementado en un 3,5% durante el verano de 2015, según el Ministerio de Interior.

Por desconocimiento del lugar en el que se encuentran, diferencias idiomáticas o de costumbres, generalmente las personas que están en otro lugar de vacaciones son el blanco perfecto para el carterista, y más con el aliciente de que un turista no suele interponer una denuncia y, en caso de hacerlo, debería personarse en un juicio que puede que sea en un lugar bastante lejano. Por tanto, hay que tener cuidado cuando se viaja debido a estos ladrones.

El sentido común es fundamental para no pasar el mal trago de quedarse sin dinero, documentación o teléfono móvil en el transcurso de nuestras vacaciones. Vigilar dónde dejamos nuestras pertenencias o en qué tipo de taxi nos subimos son medidas fundamentales para no pasar un mal trago.

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