Huelva

Un profesor de la Universidad de Zurich imparte en la UNIA una conferencia de neuroeconomía

Sede de la UNIA en La Rábida.

Sede de la UNIA en La Rábida. / Alberto Domínguez (Huelva)

La Universidad Internacional de Andalucía ha organizado la conferencia La neuroeconomía de las decisiones erróneas, segunda sesión de su ciclo divulgativo Lecciones UNIA, impartida por el profesor de la Universidad de Zúrich y experto en neuroeconomía, Carlos Alós-Ferrer, y que está organizada en colaboración con la Facultad de Ciencias Empresariales y Turismo de la Universidad de Huelva.

Así, el experto en neuroeconomía ha señalado que ante la pregunta de si se está dispuesto a hacer trampas para pagar menos impuestos, "hombres y mujeres responden de manera mayoritaria que no". Pero que, atendiendo a la información que dejan sus tiempos de respuesta, "se advierte que la preferencia de ellos es mucho más débil".

Alós-Ferrer ha impartido la conferencia La neuroeconomía de las decisiones erróneas dentro del ciclo Lecciones UNIA impulsado por la Universidad Internacional de Andalucía. Una charla donde ha contrastado preceptos de la economía clásica y los últimos avances científicos, que conectan con áreas como la psicofísica, la neurología o la microeconometría.

"La neuroeconomía no son máquinas caras, es aprender cosas como que los tiempos de reacción ante una elección ofrecen información valiosa a la hora de interpretar una respuesta", ha señalado antes de apuntar que un dato "fácil de obtener, por ejemplo, en una encuesta online", y que "ayuda a conocer de manera más precisa la posición de las personas y, con ello, poder predecirla en el futuro".

"Si elegimos entre naranjas y manzanas, no sé si las preferencias son cercanas o alejadas, es una variable binaria", algo importante de resolver para el experto, porque cuanta menor diferencia se perciba ante dos estímulos, mayor puede ser el margen de error. "Nos equivocamos más si comparamos 5 y 6 que si buscamos el número mayor entre 2 y 9", ha apuntado.

Los tiempos de reacción se revelan aquí como aliados para el análisis de la decisión, ya que "la gente puede mentir en sus respuestas, pero no en sus tiempos de reacción". Algo útil a la hora de interpretar sondeos de opinión que deriven en toma de decisiones en materia de política económica, ha señalado el profesor de la Universidad de Zúrich.

Sesgos cognitivos

Junto al valor de medir cuánto tardamos en tomar una decisión, Alós-Ferrer ha introducido otra variable de peso distinta: los sesgos cognitivos. "La toma de decisiones entre un conductor novel y otro con 30 años de carné es diferente", hay procesos automáticos que pueden "crear tendencias, incluso, a hacer algo incorrecto" debido a cuestiones como el refuerzo: "si algo me ha salido bien lo repetiré, aunque las circunstancias sean diferentes".

En su trabajo, el neuroeconomista estudia la actividad neuronal para detectar estos sesgos. "Tenemos una red en el cerebro que computa conflictos. Es una especie de semáforo que los detecta", lo que resulta importante para la detección de sesgos y que "se puede medir con electroencefalografía". Un proceso, ha señalado, "que tiene lugar mucho antes incluso que la reacción".

Este tipo de evaluaciones permite conocer sesgos cognitivos, como si existe mayor o menor preferencia al riesgo. También permite aproximarse a otro tipo de decisiones, como el fenómeno de inversión de preferencias. Entre ganar una pequeña cantidad de dinero con gran probabilidad o ganar mucho con poca probabilidad, los sujetos eligen de forma mayoritaria la primera opción. "No obstante, si se les pregunta con más detalle se muestran dispuestos a invertir más en la segunda", ha subrayado.

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