La Universidad de Huelva vive su gran día en recuerdo de aquel 3 de marzo de 1988 reivindicativo, germen de la institución. Han pasado 33 años, el último de ellos determinado por la crisis sanitaria, al igual que el acto de conmemoración de la Onubense. "Pero se desarrolla", ha defendido la rectora, María Antonia Peña, que ha añadido que "la Universidad no falta a su cita y demuestra que es imbatible" en su empeño de prestar su servicio. Un periodo complicado sobre el que ha afirmado que "un año después somos mejores, más fuertes y más versátiles".

Las palabras de la rectora han puesto fin a una celebración más escueta pero no menos emocionante sobre todo por los merecedores de las Medallas de la institución en esta edición. En nombre de los trabajadores de los centros sanitarios de la provincia han recogido la distinción seis de los miembros de este colectivo. La doctora de la UCI del Hospital Juan Ramón Jiménez Antonia Tristancho ha intervenido en nombre de todos para dar un mensaje de ánimo a la sociedad y también testimonio de la dureza de muchas de las experiencias provocadas por la pandemia.

El acto contó con la intervención a distancia del también distinguido con la Medalla de la UHU Miguel Palacios, presidente del Consejo Social de la institución de 2015 a 2020. Palacios ha agradecido el galardón y ha resaltado "el enorme privilegio" de haber servido a la Onubense porque, ha proseguido, "pocas cosas influyen tanto en la vida como el paso por la Universidad". 

El acto estuvo precedido por la firma del acuerdo marco entre la Universidad y el Ayuntamiento Huelva, Ciudad Universitaria. Se trata de un proyecto gestado durante años pero ralentizado a causa de la pandemia. El alcalde de la ciudad, Gabriel Cruz, ha destacado que "la Universidad de Huelva debe jugar un papel esencial que nos identifique como ciudad". María Antonia Peña, por su parte, ha señalado la importancia del impacto de la población universitaria, "determinante y vertebradora".