Treinta radares móviles y 11 fijos controlan la velocidad en Huelva
La carretera con más cinemómetros del territorio onubense es la N-435, con tres fijos y tres portátiles
Los dispositivos temporales se ubican en los tramos más peligrosos

Huelva/En la maraña viaria que discurre por la geografía onubense la Dirección General de Tráfico (DGT) tiene dispuestos 11 radares fijos: dos en la A-49, a la altura de las salidas de La Palma y Bollullos; otro en la H-31, a su paso por La Ribera; tres en la carretera de la sierra, la N-435; otros tres en A-497, la autovía que conecta Huelva con Punta Umbría; uno en la A-483, que lleva de la autovía del V Centenario a Matalascañas; y uno más en la A-494, carretera que va de Moguer a Mazagón.
Hasta ahí todo bien. Pero el dato más llamativo del compendio de cinemómetros publicado en la página web de la DGT es el de los móviles. Treinta llegan a ser en las carreteras onubenses. Las vías donde la velocidad se controla en la provincia con estos dispositivos portátiles con más intensidad son la A-483, la A-494, la A-497 y la N-435, con tres radares móviles cada una de ellas.
En el cómputo final la carretera más vigilada, con un total de seis cinemómetros, tres fijos y tres móviles, es precisamente esta última, la N-435, una de las más largas de nuestro territorio y también una de las más peligrosas por tener un único carril para cada sentido de la circulación.
La Dirección General de Tráfico ha identificado 1.500 tramos de vías interurbanas, todos ellos en carreteras secundarias, de especial peligrosidad. Y hace públicos estos datos para que los conductores los conozcan, "de forma que cuando transiten por ellos extremen las medidas de precaución y, sobre todo, cumplan con los límites de velocidad establecidos en cada uno de ellos".
La velocidad incide en gran medida en los datos de siniestralidad vial. El grado de lesión de las víctimas y la gravedad del accidente son mayores cuanto más pisamos el acelerador.
Afirma la DGT que los criterios para la identificación de estos tramos por su peligrosidad y la elección de la ubicación de los radares móviles "son el resultado de analizar el número de accidentes graves, con víctimas mortales o heridos que necesitaron hospitalización; el número de accidentes en general y la información de la velocidad media de circulación en esos tramos".
Entre las carreteras con tramos fiscalizados por los cinemómetros portátiles de la Agrupación de Tráfico de la Benemérita, se encuentran también la A-461 (Santa Olalla-Zalamea), la A-472 (San Juan del Puerto), la A-474 (Almonte), la A-481 (Hinojos-Chucena), la A-484 (Bonares-Almonte), la A-486 (Lucena-Rociana), la A-492 (Aljaraque), la A-493 (La Palma-Valverde), A-496 (Valverde-Cabezas Rubias).
También están vigiladas por estos dispositivos la A-5053 (Cartaya-El Rompido) , la A-5054 (Isla Cristina-La Antilla), la HU-4403 (Alosno-Puebla de Guzmán), la HU-5101 (Sanlúcar de Guadiana-Castillejos), la HU-6102 (El Cerro de Andévalo), la HU-3300 (Islantilla) y las nacionales 431, 433, 442 , 445 y 630.
El control de la velocidad en estos tramos de alto riesgo de siniestralidad se intensifica durante estos días de Semana Santa, con desplazamientos que se cuentan por millones. La DGT subraya que los agentes de la Benemérita deben situar los cinemómetros portátiles visibles para los usuarios de la vía. La finalidad, dice la Dirección General de Tráfico, es "que los conductores respeten los límites de velocidad establecidos en general, y en particular en aquellos tramos identificados como potencialmente más peligrosos". La denuncia "no es, en ningún caso, el objetivo final".
Los que tengan la tentación de utilizar dispositivos con capacidad para avisar al conductor de la presencia de un radar móvil deben saber que es mejor abstenerse. Hasta 6.000 euros de multa y seis puntos del carné pueden caerle de multa al que eche mano de un inhibidor. Tampoco están permitidos los detectores: la sanción alcanza los 200 euros y los tres puntos del permiso de conducción.
Los únicos dispositivos que sí son legales son los avisadores, pero estos no funcionan en el caso de los cinemómetros móviles, puesto que toman la información de una base de datos en la que únicamente se integran los radares fijos.
Minirradares en las patrullas integrales de Semana Santa
La Dirección General de Tráfico (DGT) estrenó hace justo una semana 60 nuevos minirradares con los que controla la velocidad de los más de 12 millones de desplazamientos previstos durante esta Semana Santa. Son dispositivos infalibles ante cualquier detector o inhibidor, funcionan en plena noche, se pueden colocar en los guardarraíles o en las motos de los agentes y pueden ser controlados por la Guardia Civil a kilómetros de distancia. Con estos dispositivos de tecnología punta la DGT ha activado las llamadas patrullas integrales de la Agrupación de Tráfico del Instituto Armado, equipadas tanto en la moto como en los coches con un etilómetro portátil, un lector de drogas portátil y un cinemómetro láser ligero para tener autonomía a la hora de hacer controles más dinámicos y efectivos. Hasta ahora, la presencia de un coche patrulla de la Benemérita en la carretera podía ser una señal de que en ese punto hay un radar móvil. Luego, unos metros más adelante, otros agentes daban el alto al coche que hubiera quebrantado los límites de velocidad. Esto ya no será así, sino que estos minirradares podrán ser controlados por los efectivos de Tráfico mediante conexión 3G o 4G y una tableta. Se podrán alejar todo lo necesario para permanecer fuera de la vista de los conductores. Estos recién estrenados aparatos de la DGT cuentan además con un iluminador infrarrojo que los mantiene operativos por la noche. Es más, tienen una batería que les permite ser autónomos durante cinco horas.
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