Tiempo y memoria, a través de la pintura
María José Cumbreras expone 38 cuadros en la Sociedad Cultural Casino de Rociana
Quien ha observado con ojos ávidos y prestos la carrera artística de María José Cumbreras sabe de la evolución que han experimentado su obra; como ha curtido su talento y lo ha adiestrado hasta pulir sus conocimientos y técnicas pictóricas que hoy sobresalen con luz propia en un lenguaje universal que conecta con todo tipo de público.
Tiempo y Memoria es el título de la exposición que acoge en estos días la Sociedad Cultural Casino de Rociana, prueba irrefutable del talento de una artista que no sólo a sorprendido a sus vecinos tras décadas de exilio voluntario en la ciudad de Marrakech, si no a los propios artistas del gremio que no escatiman en elogios hacia un trabajo en el que ha regalado a su tierra natal un pedazo de su mejor genio creativo.
En total se trata de 38 cuadros de gran formato, la mayor parte de ellos realizados en su última etapa creativa. Su desembarco, cual hija prodiga, coincide con la presentación del libro de poemas de su sobrina Sefi Cárdenas. Para la ocasión, el presidente del Casino, José Antonio Cabrera, le encomendó la tarea de exponer su trabajo como artista con algunas pinceladas de su última hornada como profesional. Presta al encargo, en sólo cuatro meses Cumbreras fue capaz de alumbrar quince soberbios trabajos, la mayor parte de gran formato y dimensiones, que llegan a alcanzar los tres metros de ancho por dos y medio de alto. Un prodigio creativo que ha sorprendido a la propia autora, que afirma haberse liberado de los grilletes y encorsetamientos de la pintura comercial. "Cuando recibo un encargo vierto todo mi amor y busco la fidelidad y la óptica que me demanda el cliente", si bien "eso te impide ser libre, pintar lo que deseo, aquello que me viniera en gana" con independencia de si es comercialmente explotable.
En estos meses de intensa creación reconoce que no ha tenido ni tiempo para las más elementales necesidades del ser humano. "No quería ni comer, deseaba aprovechar cada minuto, cada segundo" de este periodo de gracia. El resultado está a la vista
Esta liberación ha sido clave para explotar nuevas ideas como las que recrea en lienzos como Diógenes, donde se vale del uso de materiales como la hoja de una ventana vieja para jugar con nuevas dimensiones, mientras que la otra hoja está plasmada en óleo y dan una profundidad que de otra manera sería imposible. El Cementerio de los libros es otra de las pieza de mención que retrata imágenes del municipio que utiliza para vestir de lírica con ideas que tienen alma propia.
En otros trabajos coquetea con el simbolismo como en la obra homónima que da título a la exposición Tiempo y Memoria. En ella sitúa la escena de una añeja bodega en la que jugaba de pequeña y que tiene tatuada en su memoria; reminiscencia de juventud de una etapa feliz que recrea con sus miedos: el tiempo que corre y nos lleva inexorablemente hasta otra vida, el aislamiento de las nuevas generaciones; los juegos antiguos en color sepia que se pierden en los albores de nuestra memoria; e incluso los dramas y éxodos humanos que arrinconamos como sociedad para no verlos de frente. Un trabajo en el que sobrecoge y muestra el inconmensurable dominio de las fuentes de luz.
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